Souvenirs d'amour -KTH&JJ-

Capítulo I

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Mi ley de vida era no confiar en las personas, eso era lo peor que pudieras hacer, eran malas, egoístas, crueles y desalmadas.

Si tú pedías ayuda ellos simplemente te ignoraban y quedaba más que claro en las pequeñas cosas que pasan día con día, por decir, niños que le aventaban rocas a los nidos de pajaritos que se encontraban en mi colonia, vecinos que hacían oídos sordos hacías los gritos de auxilio del niño que siempre es golpeado por su madre, personas que ignoraban y escupían a los ancianos que bailaban, tocaban o cantaban en la calle para poder comprar un poco de pan.
No solamente eso, también eran cínicos, porque después de haber hecho todo eso van y le piden a Dios que por favor ayude a los más necesitados, van y sienten lastima por esas personas cuando ellos no hicieron nada.

Después de observar todas esas acciones me fui alejando de las personas poco a poco y ellos no parecieron extrañarme, ambos estábamos bien mutuamente.

Y así fuí desde siempre, no tenía amigos ni me interesaba tenerlos, según mis recuerdos el único amigo que tuve, un día simplemente se fue de la escuela, ni siquiera se despidió de mí.

Por lo que mis demás grados no fueron muy diferentes, hasta mi universidad en donde cursaba segundo semestre. Llegó un chico nuevo a la escuela, alguien muy sociable y alegre, compartimos algunas clases y a me causaba mucha curiosidad por lo que empecé a verlo muy seguido, a prestar más atención a sus actitudes.

Incluso dejé de ir una semana, pensando que estaba enfermo por sentirme así, pero al parecer no era una enfermedad.

Pase casi todo el semestre apreciando desde lejos, me hacía sentir tímido.

Y por primera vez me quise acercar a hablarle, no tuve el valor, hasta que por un trabajo en equipo el profesor me puso junto Taehyung.

Kim Taehyung era su nombre completo.

Todavía recuerdo cómo me puse nervioso al tener que hablarle, al tener que sentarme junto a él para checar de que tema íbamos a exponer, puedo recordar la expresión amable que me dio cuando temble un poco con su cercanía.

-Hola, Jungkook-ah. Me alegra que seamos equipo.
Me dijo Taehyung con una sonrisa, pero lo más importante, él sabía mi nombre, él me conocía, me sentí muy emocionado así que abochornado le conteste.
-Hola... A mi... A mi tambien me gusta que seamos equipo.

Taehyung sonrió y prestó atención a las indicaciones que dijo el profesor, yo igualmente volteé a la pizarra, lo único diferente es que yo estaba inmerso en mis pensamientos y emociones.

Después de eso Taehyung y yo empezamos a convivir más, cada tarde nos reunimos en la biblioteca para avanzar a nuestro proyecto que si bien recuerdo sacamos un 100 de 100 se podría decir que nos hicimos más cercanos, hablamos de algunas cosas fuera de la escuela o más bien él hablaba y yo escuchaba, pues aun no le tenía confianza como para contarle cosas personales, todo lo contrario a él, pues supe que él tenía un perro que cuidaba con todo el cariño, sus padres se habían divorciado y por eso el se vino a seúl, también que su helado favorito era el de chocolate con café y un poco de helado de chicle, si, rara combinación pero me aseguraba que sabía delicioso y como me mostré escéptico ante eso él decidió invitarme a comer un helado.

Aún recuerdo el sabor impregnado de su helado favorito en mi boca, pues me había obligado a probarlo, en ese entonces era una incógnita el porqué había aceptado cumplirle ese capricho a Taehyung.

-Ándale Koo.
Si, me decía Koo como un apodo cariñoso por el tiempo convivido, según él.
-Prueba el helado, se que te encantará.

-No.
Fue mi respuesta banal por lo que el suspiro y se acomodo en la banca donde estábamos sentados, vió hacia los niños jugando en los juegos y se metió a la boca una cucharada de su helado.

Yo simplemente me le quedé viendo, no sabía porque pero me sentía mal el haberlo rechazado, por lo que suspire y llame su atención jalando un poco su camisa, el me volteo a ver y yo simplemente abrí la boca un poco, su reacción aún la visualizo claramente, me sonrió para después dar brinquitos en su lugar tomando su misma cuchara, colocando en ella una buena porción y metiéndola a mi boca, terminado con su dedo picando tiernamente mi nariz y mi lunar que tengo debajo del labio.

-Se que te gustara, Koo. Disfruta. Tuvo razón pues también se convirtió en mi mezcla de helados favorita.

Y así pasaron distintas tardes, se nos había hecho una costumbre ir a comer helados donde ahora no solamente pedíamos nuestro helado favorito, sino que probamos más mezclas.

Aunque yo no quisiera tanto, él ganó confianza en mí, como yo en él.

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Cualquier error háganmelo saber, espero les guste.