Colours

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Me encontraba subiendo al avión con mi madre, nuestros asientos estaban en primera fila, la verdad tuve que llamar a la aerolínea porque suelo marearme muy rápido, así que tuve que hace un pago extra por eso, pero ese no es el detalle, son las 3 de la madrugada, el vuelo dura 11 horas, lo bueno es que tengo mis pastillas para dormir, así que no me debería preocupar por quedarme despierta.
Levante mi mochila y abrí mi organizador de pastillas, pero, por alguna extraña razón no encontraba mi pastilla para dormir.
Me asuste un rato y volví a buscar, en definitiva, soy una tonta, ahora estaré 11 horas despierta haciendo nada mientras se me adormece el trasero por estar sentaba en el avión. Por suerte tenía un plan B, mi computadora, cuando despegue el avión me pondré a ver una serie hasta que lleguemos o hasta que me de sueño, volteé a ver a mi madre y esta estaba dormida, no importaba, seguro estaba cansada, no dormimos por alistar las cosas, mi madre estaba un poco triste por tener que dejar Inglaterra, la mayoría de sus recuerdos con mi padre los tiene ahí.
El avión despegó y cuando estábamos en el aire, saqué mi laptop y de mi mochila se cayó un paquete de pastillas.

—Pero...—

Yo ya había planeado ver mi serie, pero ya no importa, igual me siento cansada, saqué mi botella de agua y me tome la pastilla, cerré mis ojos y sentí como mis sentidos se adormecían hasta que supongo que quede profundamente dormida.

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Sentí como alguien me estaba sacudiendo el brazo y abrí mis ojos lentamente.

—T/N despierta, ya no queda nadie en el avión— me miro mi madre un poco desesperada.

Espabile y mi madre tenía razón, el avión estaba vacío y había una azafata tratando de ocultar su risa.
Me levante rápidamente y guarde mis cosas, agarre mi mochila y salí, mi madre comenzó a hablarme de muchos temas y del lugar donde nos quedaríamos, al parecer íbamos a vivir con mis abuelos hasta que mi madre consiga un departamento.

Llegamos a la salida del aeropuerto y vi a mis abuelos esperándonos afuera, guardamos nuestras maletas en el coche y los abrazamos, subimos a este y nos dirigimos a casa, la abuela empezó a contar las cosas que habían pasado durante el último año, dijo que como ya no pueden trabajar en la tienda de mascotas contrataron a un joven para que los ayude y es muy cariñoso con las mascotas, en especial con los gatos.
Hablaron de muchos temas hasta que mi madre me dijo que el lunes empezaría clases, bueno, hoy es viernes, tampoco es que tenga mucho tiempo libre, tendré que ir a comprar mi uniforme y cuadernos.

Cuando llegamos a la casa cada una desempaco sus cosas en su habitación hasta que vi a un gato en mi ventana, era un gato supongo negro y tenia una cadenita, me pareció muy lindo entonces lo cargué, parecía ser muy tranquilo ya que se dejaba acariciar.
Pero por la cadena parecía tener dueño, era una pena, me parecía muy lindo, de la nada el gato se levantó y se fue por la ventana, traté de seguirlo pero cuando alcancé a la ventana vi como su cola desaparecía en la esquina de la cuadra.