tres

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—No puede ser— dije en un murmuro.

En el salón solo se escuchaban murmullos de personas diciendo.

"wow, parece extranjera"

"Que bonita"

"1000 yenes a que la hago mi novia para el próximo mes"

Estaba viendo colores y me sentía totalmente desorientada, volví a mirar a Baji que me hacía señas para que me siente delante suyo y sentía que no podía reaccionar, el chico rubio que estaba sentado a su lado no dejaba de mirarme y yo me enfocaba en que mis mejillas no se sonrojen.

—Alumna Kimura, ve a sentarte— me dijo el profesor.

Reaccione e hice un reverencia en modo de saludar a todos los de mi clase y avancé al sitio que Baji me había guardado.

—Vaya que te quedaste como si hubieses visto a un fantasma— soltó una risa.

— ¿Enserio?— dije mientras tocaba mi rostro y en vez de estar sonrojada sentía mi piel fría, seguramente me puse pálida.

—Si, hey, te presento a mi amigo, se llama Chifuyu— dijo señalando al rubio que estaba su lado.

El me miro y cuando estaba a punto de hablar me di cuenta que mencionaría lo de los colores y lo mire con ojos de por favor no digas nada y parece que no entendió.

—Ya la conocía— dijo Chifuyu con una voz relajada.

No se si lo decía en modo de sarcasmo o no, pero parecía que el también estaba sorprendido.

—¿Como se conocen?— dijo Baji.

—¿Te acuerdas de la vez que encontramos gatitos cuando éramos niños?— dijoChifuyu— pues ella es.... —.

—¡HEY!, como que hace calor— solté y me levante de mi asiento—

—Es primavera, el clima está fresco— dijo Baji mirándome extrañado.

Me levante de mi silla y puse mi mano en el hombro de Chifuyu para luego susurrarle en el oído.
No le digas, al menos aún....

—Bueno, y ¿como se conocen?— volvió a decir Baji.

—Veo los colores..., de nuevo— dijo Chifuyu susurrando.

—¡te dije que aún no le digas!— replique algo molesta pero parece que a él y a Baji les causo gracia.

—¿Porqué no querías que lo sepa T/N?— me dijo Baji.

La verdad no quería que lo sepa porque aún no los conozco el todo, no quería que me vean como sospechosa pero me avergonzaba que mi alma gemela sea su amigo, ósea no en el sentido de "que vergüenza" sino porque cuando era pequeña me fui corriendo asustada.

—Porque me avergüenza ese día— finalmente dije— salí corriendo porque me asuste del grito que soltó Chifuyu y luego volví a mi país natal—.

Baji me miró extrañado o ¿decepcionado?, me empecé a preocupar hasta que soltó una risa.

—¿De qué te ríes?— le dije.

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