O18

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— ¡Hola, cuñado!

Zayn frunció el ceño, pasó su mirada del sonriente joven castaño hacia su hermana, quién rió como una niña.

¿Qué mierda le pasaba a Safaa?

— ¿Te vas a subir o no?

Escuchó la puerta destrabarse y subió a la parte de atrás de la patrulla.

— ¿Por qué te robaste el auto de tu trabajo?

— Porque puedo— respondió la pelinegra, encogiéndose de hombros.

— ¿Cómo has estado Zayn? — preguntó Justin con una sonrisa amable.

— Bien— asintió, sonriendo forzadamente al castaño—. ¿Cómo es eso de cuñado?

— ¿No le dijiste? — Justin miró a Safaa, sin dejar de sonreír.

El pelinegro se preguntó si al chico no le dolería la cara de sonreír tanto.

— ¿Decirle qué? — preguntó su hermana, sin despegar la vista del camino.

— De que somos...

— ¿Somos? ¿Somos... Qué?

Zayn rodó los ojos, acomodándose en el asiento trasero.

Entre Harry al teléfono y aquellos dos no sabía qué podía ser peor, pero sí que preferiría estar acompañando a Niall con su tarea o durmiendo.

— Nunca me pediste ser nada— dijo Safaa—. No somos nada.

— Bi-Bien... ¿Quieres ser mí... Novia?

— Claro— dijo la chica con simpleza.

Zayn rodó los ojos con fastidio.

No supo hasta cuándo estuvieron así, pero al llegar al centro y estacionar la patrulla Zayn comenzó a ver los locales de alrededor en búsqueda de algo que pudiera ser un regalo decente.

Vió un montón de locales de ropa, y no pudo evitar ver en las librerías los bonitos cuadernos, aunque negó para despejarse de la costumbre cada vez que veía uno.

— ¿No tienes ni idea qué le puede gustar?

Zayn miró a su hermana un momento.

— Sé todas las cosas que le gustan, es que no encuentro nada que... Este a su nivel, que valga algo de lo que se merece, ¿Me explico?

Vio a Safaa morderse el labio para ocultar una sonrisa.

— Eres un cursi— dijo, y no pudo evitar reír un poco.

— Púdrete.

— Ahí está mí hermano— respondió la chica, con gracia—. Yo que tú, le compro algo que a todos les encanta.

Zayn la miró esperando que continuara.

— Una cámara instantánea— dijo la chica—. Así toda bonita, de color rosa-

— El amarillo me gusta más— la interrumpió—, es nuestro color.

Por primera vez en el día, había tenido una buena idea de qué regalar.

— Pero son muy costosas— murmuró el pelinegro, con decepción—. No tengo tanto dinero para eso.

Desde que se había ido de la casa de su familia, Zayn había vivido de algunos ahorros que tenía, y cuando se acabaron, Safaa comenzó a darle dinero, pero nunca le pedía demasiado, no quería aprovecharse.

— ¿Por qué te preocupa el dinero si al final lo pagaré yo? — dijo la chica.

Zayn negó.

— No, está bien, puedo pensar en otra cosa.

— Calla, la compraré igual— dijo—. Como dices, Niall se merece un lindo regalo, además, él me cae bien, no me molesta gastar en algo para él.

El pelinegro sonrió un poco, cálido por el gesto de su hermana.

Safaa tomó su brazo y comenzó a arrastrarlo, en búsqueda de la primera tienda de electrónica que apareciera.

Loud | ZiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora