Una Semana Con Rus: Día 3, Paseemos

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Estaban tranquilamente durmiendo ambos adolescentes semi vestidos exceptuando la camisa de ambos que yacía en el suelo, había sido un día pesado para ambos después de llegar de la biblioteca así que solo cayeron rendidos a la cama mientras el albino le hacía caricias delicadas como si se tratase de una prenda hecha de seda. Tan simple como eso los hacia sentirse en paz hasta que terminaron durmiendo abrazados solo con una manta algo abrigadora encima de ellos.
Se empezaron a despertar siendo algo temprano dedicándose una sonrisa amigable como si fuera un saludo, no había nada que hacer ese día pues estaba lloviendo a cántaros así que se dignaron a levantarse y hacer un desayuno más decente que un plato con cereal acompañado con leche. Comieron tranquilamente mientras hablaban del pasado, no era para nada doloroso en realidad, sólo eran dos niños pequeños juntos contra el mundo cruel que casi los hace caer en varias ocasiones pero nunca cedieron, miradas coquetas se soltaban por parte de Rusia avergonzando al Colombia, era su pasatiempo favorito, no lo hacía para molestarlo simplemente amaba esa expresión sonrosada que le daba a el y únicamente a el como si fuera el único en su mirada. Lo hizo con frecuencia toda la mañana, no insinuaba nada solo quería verlo así, que no fuera sólamente en ocasiones cuando tenían sexo o lo intimidaba en la universidad, lo había vuelto un loco idiota con todo lo que tenía para ofrecer.

Habían llegado las 3 P.M, seguía lloviendo pero sin tanta fuerza esta vez haciendo que ambos adolescentes se vistieran informalmente, Rusia con un suéter de cuello alto y encima su chaqueta de béisbol mientras que Colombia tenía un suéter bastante abrigador de color carmesí y debajo una camisa de botones. Salieron con un paraguas en la mano caminando tranquilamente sin mucha preocupación pues casi no había nadie por la anterior lluvia, charlaban entre leves risas llegando finalmente al parque sentándose en una banca mayormente seca en donde Rusia empezó a darle besos profundos, poco le importaba si los veían como si no fuera normal ver burdeles por esos lados pero aún así quería proteger lo más posible a su gafufo favorito de cualquiera que le haga alguna cosa, ya lo tenía debajo suyo mientras caía en ambos gotas grandes en sus cabellos provenientes del árbol que tenían encima de sus cabezas.
El humo blanquecino de sus respiraciones se hizo presente al bajar la temperatura, se empezaron a escuchar pisadas haciendo reaccionar rápidamente al ojiazul cargando al rubio como una princesa dirigiéndose a la parte menos visitada del parque tratando de no hacer tanto ruido.

- Eres muy liviano gafitas, pero al menos eso es una gran ventaja.|Dijo riendo un poco dándole varios besos dejándole en varias ocasiones sin aliento.

- M-me recuerda a cuando me taclearon en Fútbol, me c-cargaste hasta la enfermería.|Decía a duras penas por los repentinos besos del contrario causándole un sonrosado bastante intenso.

Al llegar no lo bajó y en cambio se sentó en el suelo poniéndolo en sus piernas como un niño pequeño dando ese mismo aire de ternura y lindura.

- Sabes Colombia, desde que éramos niños siempre me gustaste.|Depósito un beso bastante dulce y hermoso en los labios del ojiesmeralda. -Yo te gustaba a ti?.

- S-siempre, la verdad nunca pensé que tú m-me quisieras de la misma manera.|Dijo con un sonrosado algo intenso en sus mejillas mirando al albino con algo de vergüenza.

- Te querría de muchas maneras más si existieran, sabes, me encanta cuando te avergüenzas, porque sólo lo haces por mí y me hace sentir el único en esa mirada detrás de esos lentes.|Le dió un abrazo bastante cariñoso siendo correspondido de la misma manera empezando a acostarlo en el césped lleno del rocío que dejó la llovizna.

Un beso profundo lleno de sentimiento se posó en los labios de ambos acomodándose mejor en ese lugar, Colombia abriendo las piernas y entrelazandolas en la cintura de Rusia sosteniéndose de su nuca mientras que el antes nombrado se sostenía de la cintura sensible del rubio. Toques ligeros y roses se hacían presentes allí al igual que suspiros llenos no de deseo, sino, de amor puro y sincero en su máxima expresión. El cielo se volvió más gris empezando a llover de nuevo pero eso no les importó tanto en realidad siguiendo un poco más lejos cada vez como siempre parecía ser aunque no duró mucho al escucharse de nuevo unas pisadas cerca, alarmó a ambos arreglando su ropa lo más rápido que pudieron y saliendo de allí caminando tratando de no sostener sospechas de la mujer que pasó por allí lograndolo, Rusia sólo pudo reír un poco mientras revolvía el cabello del rubio.

- Tal vez no fue lo que queríamos, pero al menos tuvimos una linda caminata.|Mostró una sonrisa ladina a su acompañante. -Vamos a la farmacia ya se acabaron las vendas y el alcohol para tu cuerpecito de pluma.|Rió un poco abrazando levemente a su contrario.

- H-hey!.|Mostró algo de su molestia la cual nunca era en serio dirigiéndose al albino.

Entraron a la farmacia, pagaron y se fueron mirando al cielo pintado de color naranja con azul para ellos llegando en unos minutos a la casa del de mayor altura.

- Muy bien, ya están sanando a la perfección, sólo faltarían unos pocos días para que no te duela más, ahora pondré el alcohol está bien? Avísame si te duele demasiado.|Puso alcohol en un trozo de algodón y lo puso en las heridas desalmados que España le había hecho a su progenitor.

- Agh! D-duele un poco.|Dijo aguantando un poco mejor agarrando la mano libre de Rusia para resistir las lágrimas traicioneras que querían salir.

- Un poco más, la última mi gafitas.|Lo calmó un poco para terminar de limpiar y vendar la herida.

No era tan fácil para Rusia verle casi llorar del dolor que nunca tendría que experimentar pero era la única forma de que no se infectara, lo vendó para luego darle uno leves besos en donde salieron un par de sus lágrimas, lo abrazó suavemente tumbandolo a la cama con el empezando a dormirse de a poco.

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The Nerd And The Bully Donde viven las historias. Descúbrelo ahora