<<Novia>>

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Coral

Volver a la escuela es una cosa que más odio, tener que ver los rostros de esos tontos chicos que siempre me miran como si fueran atacarme, o cuando me dicen cosas por lo bajo. Lucinda esta vez prefirió quedarse en su casa, creo que bebió demasiado en la fiesta que todavía se siente mal del estómago, y parece ser que sus padres la regañaron por llegar tarde a su casa, y encima en estado de ebriedad. Me culpo por haberla dejado sola, e irme con León a ese motel, bueno aunque no me arrepiento del todo.

Wendy sigue buscando a mi hermano, pues la vi todo el día estando sentada en los bancos para ver al equipo de básquet. Pero mi hermano no está ahora en entrenamiento, de seguro debe estar acomodando sus materias, pues no le falta mucho para graduarse, y con las buenas notas que tiene, de seguro será el primero de su clase en llevarse el diploma.

¿Qué hare cuando se valla lejos?

Conocerá otras mujeres y encima universitarias. Tendrá donde elegir a una mujer muy esbelta, con una gran cintura y tendrá sexo en una de las residencias.

— ¿Qué piensas? — León me saca de mis pensamientos. Ni siquiera me di cuenta que estaba al lado mío hace unos segundos.

— Nada. — Suspiro y cierro la puertita de mi casillero.

— No creo que no sea nada. — Apoya su brazo izquierdo en el casillero. Tiene unos libros en sus manos que lo aprieta contra su pecho. — ¿Estas bien? — Su rostro se torna en una de preocupación.

— Si, solamente estoy cansada. — Sonrío de lado. — Deberías ir con Wendy... ya sabes, te estuvo buscando todo el tiempo.

— Se cansara. — Dice sin importancia.

¿Cuándo será que él presente a una chica en la casa?

— Acepte salir con Jessica. — Rasca su barbilla.

¿Jessica? ¿La de último año?

— Es una chica que esta del carajo. — Muerde su labio inferior. — Así que te llevare a la casa, y después me iré.

— Jessica la de ojos grises ¿no? — Él asiente. — Que bueno, espero que te vaya bien con ella entonces...

— Me iré a la última clase. — Me da un beso en la frente.

Veo en cuanto se va, pero ahí está Jessica los dos se cruzan cuando ella sale del baño y puedo ver lo loco que lo tiene. Ella sonríe, le da un beso en los labios y entrelaza su mano con la de él.

¿Por qué estoy mirándolos de esta forma? ¿Desde cuándo Jessica y León tienen tanto acercamiento entre ellos?

Ni siquiera sabía que León le gustaba Jessica pero en la forma que los dos se van hablando tan feliz, él mirándola con tanto aprecio como si la llevara al baño privado de profesores para follarsela ahora mismo. Aparto mi vista de ellos, y camino hacia a mi última clase del día; odio los lunes.

La clase de Filosofía se me parece tan aburrida que ni siquiera estoy prestando atención. Me siento tan sola si Lucinda no está a mi lado, hubiese fingido que también tenía un dolor estomacal para no venir a la escuela.

Una vez que el timbre suena por todo el pasillo dando por finalizado la última clase. Agarro mis cosas y salgo rápidamente del salón.

Busco el auto de León y al verlo con Jessica mi estómago se revuelve. Sus ojos van hacia a mí, me hace una seña para que me acerque a él.

— Coral lo siento, llame a papá para que venga a recogerte tengo trabajos quehacer con Jessica.

Si solo trabajos ¿no? Maldito mujeriego.

— ¿No te molesta verdad? — Niego con la cabeza y regalándole una falsa sonrisa. Me conoce perfectamente cuando soy falsa.

— Hey tu eres Coral... creo que te conozco porque Hernán estuvo hablando siempre de ti por todo el colegio. — Jessica me mira.

— Si claro, es un tonto nerd así que estaba perdiendo mi tiempo con ese chico.

No sé si soy yo quien está hablando o mi subconsciente.

— De acuerdo ¿nos vamos? — Ella lo mira a él.

— Vamos.

León me mira pero yo ni siquiera le prestó atención. Simplemente estoy mirando hacia el otro lado de la calle para ver si papá viene con su auto, si no lo hace en cinco minutos me iré caminando. Él no me dice nada, se sube a su estúpido auto que me dan ganas de darle una patada en las ruedas, y se va dejándome sola.

Siento mis mejillas arder del enojo.

¿Segura que es solo enojo? No te pusiste a pensar que tal vez estas celosa, de que tu hermano este embobado con una chica, en realidad, una mujer demasiado perfecta para él.

No son celos. Me había dicho que él me llevaría a la casa, y de repente se va con Jessica hacer trabajos; claramente no van hacer trabajos, de seguro le mostrara su cama y sus sabanas para poder enrollarse con ella.

— Cariño sube al auto.

Ni siquiera me di cuenta que papá ya estaba aquí. Sin más que decir, me subo al auto y cierro la puerta.

— ¿Todo bien amor? — Se pone a conducir para ir a la casa.

— Si papá esta todo más que bien. — Digo irónicamente.

— Pareces molesta.

O claro que lo estoy.

— Tengo demasiada tarea por eso estoy así. — Miento. Aunque papá se lo cree.

Aunque no puedo quitar esa escena de ellos dos dándose un beso como si fuese que salen hace tiempo.

¿Por qué yo me lo conto? Sabía lo de Wendy, aunque con ella era solamente tener sexo en su casa, o ir a moteles, pero no sabía lo de Jessica, ni siquiera se me paso por la cabeza que ellos dos tal vez hubiesen tenido sexo, pero jamás tener una especie de relación; León no es de tener novias, si las tuvo, pero desde que llegó aquí, siempre jugo con el corazón de las mujeres.

Ayer estábamos los dos en un motel, teniendo sexo, los dos sudando, gimiendo. No sé cuántas veces tuvimos sexo en ese motel, fue la primera vez que mi cuerpo termino un poco adolorido, pero era un dolor espectacular. O tal vez este en mi periodo, por eso estoy teniendo estos momentos de que quiero matar a cualquier persona que se me cruce por al lado mío.

Entro a mi habitación, y cierro las cortinas.

Miro mi celular por si tengo una notificación de un mensaje de León. De seguro ahora mismo están teniendo sexo.

Suspiro frustrada, y bajo a la sala.

— ¡Amor vendrá esa tal Jessica a presentarse como la novia de tu hijo! — Mamá grita desde la cocina, y se asoma para ver si papá esta por la sala. — Coral, pensé que era tu padre quien bajo.

— No mamá. — Entro en la cocina con ella. — Dijiste que...

— Si León traerá a una chica esta noche. — Veo que está preparando una masa. — Haré una deliciosa pasta.

Aunque mi madre no es la mamá biológica de León; ella lo quiere como si fuese su propio hijo, lo adora, y sobre todo está orgullosa de él porque se va a Harvard.

— Se ve delicioso. — Finjo estar de ánimos. Aunque en realidad quiero gritar. — Solo vine a buscar una botella de agua, tengo que estudiar para mañana.

— De acuerdo cariño. A las ocho tienes que estar vestida para la cena.

Asiento, y subo nuevamente a mi habitación.

Cierro la puerta con seguro y me dejo caer en la cama.

Mis mejillas arden y mis ojos también.

¿Por qué mierda estoy llorando? Seguro son las hormonas de que me está por llegar el periodo.

Relación Abierta [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora