Coral
Lo había confesado enfrente de mis padres, y de León. Mis lágrimas seguían desbordándose de mis ojos, las personas del hospital que están en el pasillo deben pensar que algún familiar mío habrá muerto; no por ahora. Me encantaría llorar por cualquier cosa, pero no por esto.
De seguro ahora estarán pensando en las mil formas de decirme que soy una estúpida adolescente que no supo cuidarse, que no sabré lo que es ser madre, ni siquiera terminare los estudios por estar cuidándome hasta los nueve meses, porque no solo yo tengo que estar bien, el pequeño que está creciendo dentro de mí también debe venir al mundo saludable.
¿Pequeño? Dios mío ni siquiera se si podre ser una buena madre ¿Lo seré? Aunque mi padre decida echarme de la casa, no dejare a este ser inocente solo.
Abro la puerta de la salida queda al patio trasero del hospital.
Necesito tomar un poco de aire, ahí dentro sentía que me estaba asfixiando cada vez que hablaban sobre lo que León haría en el futuro, podía sentir la culpa dentro de mi pecho carcomiéndome por estar ocultándoles algo tan grande. No tengo una enfermedad como mamá, tendré un bebé. Ahora me doy cuenta de lo importante que será, la responsabilidad, estar madrugadas despierta por si llora el bebé, cambiar pañales, llevarlo al pediatra, procurar que crezca sano y pueda ir al jardín, escuela, universidad.
¿Por qué estoy pensando a futuro?
Siento que en cualquier momento podría estallar de tanto caos que tengo en mis pensamientos.
— ¡Coral! — Escucho a León detrás de mí. Empuja la puerta para salir. Me detengo en la mitad del camino, estoy de espaldas, no seré capaz de mirarlo a la cara.
Soy demasiado cobarde.
Decido seguir mi camino, estoy dispuesta a correr por ser demasiado cobarde. Pero él me detiene, sé que no me dejara escapar.
— Coral debes decirme algo ¿Por qué dijiste eso? ¿Estas bromeando? ¿Es una de tus bromas? — Me da la vuelta. Yo solo miro el suelo. — ¡Mírame!
Me hace temblar. Es la primera vez que me grita de esa manera, no de la manera cuando estábamos en la cama, los dos disfrutando de un buen sexo. Pero en realidad, está enojado, decepcionado, frustrado, no lo sé.
— No es una broma. — Lo miro a los ojos. Pero no niego que siento algo de vergüenza y tal vez un poco de miedo de mirarlo. Esta vez sus ojos me miran diferente. No lo puedo descifrar. — Estoy embarazada.
— ¿De quién es?
Trago saliva y vuelvo a mirar al suelo.
¿Por qué me pregunta eso? Debe saberlo perfectamente.
— No voy a preguntarte por segunda vez. — Dice impaciente.
— Tuyo.
Suspira y alzo mi mirada para verlo.
Quiero ver lo decepcionado que esta de mí, por haberlo traicionado de esta manera, no quise hacerlo. No puede estar así de enojado, los dos sabemos que tenemos sexo desde siempre alguna vez nos íbamos a olvidar de cuidarnos, nos olvidaríamos de que yo podría quedar embarazada, y que él sería el padre.
Lleva sus manos alrededor de su cabello y sus ojos se tiñen de rojo.
— León... — Me agarra de los hombros.
— ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué no me lo contaste en el momento en que lo sabias? ¿No confías en mí? — Veo la desesperación en sus ojos.
— Tu estas con Jessica, no podía decírtelo, aparte sé lo mucho que te enoj...
— Al diablo con Jessica. — Dice alzándome la voz. — ¿Por qué no me lo contaste en el momento?
— Porque te amo demasiado para arruinarte tus sueños, tus planes en Harvard. — Mis lágrimas nuevamente reaparecen. — No podía hacerte una cosa así, sé lo mucho que te esforzaste para conseguir la beca, en estudiar para tener buenas notas y no quiero ser la causante de arruinar todos esos sueños tuyos.
Ya está, lo dije, otra confesión. Si lo amo, lo amo tanto que no quería arruinar nada de lo que él ya tenía planeado para su futuro.
— No puedes amarme.
— Si lo hago, puedo hacerlo porque tú no eres nadie para decidir quién y a quien no puedo amar. — Sollozo.
— ¡Diablos Coral! — Grita. Haciéndome llorar aún más. — ¡No puedes hacerlo!
— ¡Te amo! ¿¡Y!?
Ya no quiero ser una cobarde.
— ¡No debiste meterte conmigo! ¡Soy igual a unas de tus tantas mujeres que lloran por ti, porque le rompes el corazón! — Lo golpeo en su pecho. — ¡Debiste pensarlo mejor antes de acercarte a mí! ¡Eres un egoísta! — Repito mis golpes en su pecho. — ¡Eres un maldito idi...
Me atrae hacía él y me besa.
El beso esta recargado de enojo, de los dos. No hay fuego, no hay nada, simplemente una mezcla de sentimientos que no se diferenciar.
Da al fin a nuestro beso, y pega su frente con la mía.
— Hablaremos de esto luego. — Yo aún tengo mis ojos cerrados. — Pero necesito tiempo para pensar en todo esto... — Se aleja de mí. Abro mis ojos y lo veo desde donde estoy. — Puedes decirle a mi padre que estaré en casa de Jessica, tal vez me quede unos días...
Él se da la vuelta y se va dándome la espalda.
Quiero que regrese, que me dirá que me acompañara a enfrentar a nuestros padres, que todo estará bien, que ira a la casa conmigo para cuidarme y no hacerme sentir tan sola. Pero su vida ahora está en Jessica y eso termina por romper mi corazón en mil pedazos, y ese fuego ahora mismo está expandiéndose por todo mi cuerpo haciéndome doler.
Mierda duele.
¿Tanto así duele el amor? El amor no correspondido, que no puede ser. Ese amor imposible entre él y yo.
Decido irme a la casa. No regresare a la habitación con mis padres, estando yo sola, apenas pude enfrentar a León, pero mis padres... No creo que pueda hacerlo, no ahora.
Entro a mi habitación dejando que mi alma descargué todo el dolor. Me meto entre las sabanas para no sentir frio. Me aferro a mi almohada y dejo escapar un sollozo desgarrador.
Jamás me había sentido tan sola en mi vida. Antes lo tenía todo, mi madre, mi padre e incluso León, pero ahora siento como todo se aleja de mí.
Lucinda conoció un chico y se olvidó de mí.
¿Por qué no está cuando más la necesito? Antes no hacía falta enviarle un mensaje cuando estaba triste en mi habitación, y necesitaba compañía, ella siempre estuvo ahí, pero ahora no está. No está a mi lado diciéndome que todo se solucionara, que siempre todo hay una solución para los problemas, que este tranquila, que mis padres me entenderán, que León estará a mi lado a pesar de todo y sobre todo que yo estaré bien estando acompañada o sola.
*
¡Hola!
Les dejo este capítulo, y me iré a dormir porque mañana debo hacer trabajos que me faltan por entregar a la escuela. De seguro mañana a la noche subiré dos capítulos más, y de apoco se va acercando la final.
¡Tendrá segundo libro! Eso no hay duda. Coral y León merecen un final feliz; no quiero adelantarles nada.
Buenas noches.
Pueden seguirme en mi instagram: @MarrtuFarias.
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Relación Abierta [✓]
Teen FictionCoral y León dos hermanastros que se atraen pero deciden tener una relación abierta. Los dos pueden acostarse con quienes quieran, pueden ir a citas y no enamorarse entre ellos. Ambos tienen prohibido en enamorarse. ¿Quién será el primero en dar el...