Para Akaashi el tercer año no había resultado gran cosa.
Tenía los mismos compañeros de clase, los mismos profesores y apenas una notable dificultad en los temas académicos. Podría decir que el esencial cambio que padeció su vida era el equipo de voleibol, del cual ahora era capitán, aunque eso tampoco era del todo cierto. Para Bokuto, entre ser capitán y ser estrella, era obvio lo que elegiría la mayor parte del tiempo. Al ser vice-capitán, Akaashi varias veces había adoptado las responsabilidades oficiales de ser la cabecilla del equipo; como estratega y como colocador. El principal trabajo de Bokuto era mantener la voluntad elevada, y puede que ese en realidad fuera la novedad más significativa de todas. Se había dado cuenta del trabajo que conllevaba animar al equipo. No obstante, se las arreglaba.
Un día después de terminar el entrenamiento, la nueva manager de primer año repartía las botellas de agua a los miembros del equipo mientras ella misma bebía de su estilizado recipiente. Al llegar a Akaashi se dio cuenta de que se había quedado sin botellas. Akaashi, que se moría de sed, le preguntó inocentemente si no podía beber de su cantimplora.
La chica, castaña y menuda, se sonrojo y balbuceo algunas cosas inentendibles, pero al final le entrego la botella. Akaashi bebió la mitad de golpe, sintiéndose vivo de nuevo. Ya hidratado, le agradeció, y la chica asintió, corriendo a los vestidores sin haber recuperado su botella. Akaashi miró confundido a sus compañeros, quienes le devolvían a su vez una colectiva expresión de incredulidad.
– Akaashi-kun, que atrevido. – Le dijo Anahori, moviendo las cejas de forma exagerada – No creí que fueras tan temerario.
– ¿De qué hablas? – Inquirió.
– Eso fue un beso indirecto, Capitán – Explico otro, de primer año – Ella tomó de la botella, y luego tú lo hiciste, y es como si sus labios se hubieran tocado.
– Eso no tiene sentido.
– ¡Es conocimiento universal, Akaashi-san!
Hubo un breve revuelo del tema que fue interrumpido cuando el entrenador se acercó a darles las orientaciones finales. Sin embargo, Akaashi siguió pensando en ello. Seguía opinando que era ridículo. Después de todo, él y Bokuto habían compartido botella centenares de veces, principalmente porque Bokuto olvidaba traer hidratación a los entrenamientos y Akaashi terminaba apiadándose de él. Luego pensó que solo porque lo había hecho con Bokuto no podía no ser verdad. Después se encontró especulando cuantos besos indirectos le había dado a su ex capitán durante los últimos dos años sin haber sido consciente de ello. Finalmente, estaba en cama, mirando al techo y preguntándose cuantos besos indirectos tendría que acumular alguien para que se convirtiera en un beso real. No le gustó el silencio de su cabeza al instante de plantear la cuestión.
La mañana siguiente le pregunto a sus compañeros, quienes se emocionaron lanzado ilimitados números al azar. Fue Onaga el único que le dio una respuesta que pudo asimilar, en medio de la práctica:
– Creo que si a una de las personas que comparten el beso indirecto tiene sentimientos hacia la otra, nunca se alcanzara un beso real de ese modo. No es una consulta que alguien casual haga sin razón ¿no?
Y aquello sí que fue una novedad; el mayor cambio en la vida de Akaashi cursando su tercer año de preparatoria: darse cuenta que le gustaba Bokuto, después de imprudentemente haberlo besado de forma indirecta sin estar al tanto de ello.
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Flufftober - Haikyuu! (Bokuaka)
FanfictionEste fic participa en el reto Flufftober de la página de Facebook "EsDeFanfics" 31 prompts para cada día de octubre. Serie de drabbles Bokuaka. (Los capítulos tienen continuidad entre sí; sin embargo, debido a la naturaleza del enunciado, puede cont...