El gimnasio de la Academia Fukurodani estaba empañado por un agradable albor azul. Había algunas luces de navidad adornando y globos monocromáticos en sitios estratégicos, dando una atmosfera simple pero elegante. Bokuto admiro un instante la belleza del salón, perdido en los recuerdos que ese lugar, quitando la parafernalia festiva, le traían. Se permitió distraerse un segundo y nada más; necesitaba encontrar a Akaashi.
Esa fiesta de graduación era obra del grado; él no había tenido nada parecido cuando estuvo en tercero. Akaashi se había estado quejando un tiempo del dinero que se veía obligado a gastar en ese festejo solo porque la moda occidental de los bailes había contaminado las mentes de sus compañeros. A Bokuto, en cambio, la idea se le antojaba grandiosa. Había visto las suficientes películas estadounidenses estilo romcom para hacerlo fantasear por la llegada de ese evento. Kuroo y él, eufóricos, se habían encargado personalmente de preparar a Akaashi para la ocasión: lo acompañaron a rentar un traje, cortar su cabello y, por voto mayoritario, a hacerse pedicure. Akaashi recibió todo con dignidad, únicamente negándose a las insistencias de los dos para que aceptara alguna de las invitaciones de chicas que recibió.
Pero no iban a dejar que el fruto de sus esfuerzos fuera a su baile de graduación en tren, como tenía planeado hacer. Por suerte, Kuroo conocía a alguien que conocía a alguien que les alquilo una limosina sin que tuvieran que vender sus riñones. Después de llevar a Akaashi, el plan era dar una vuelta mientras esperaban. Pero pasados unos minutos Kuroo le dijo esto:
– ¿No vas a entrar? – Cuando Bokuto negó confundido, Kuroo se apresuró a decir: – Eres exalumno, no creo que haya problema.
Así que termino entrando. La música era animada, aunque no cargante, y le hizo desplazarse por la pista de baile con mucha soltura, saludando a las personas que lo reconocían en el camino. Estrechaba manos y hablaba con emoción. La música era lo suficientemente alta para no alertar a los chaperones de su presencia, así que en efecto no hubo problema. Encontró a Akaashi sentado en una mesa acompañado de Onaga y Kaori. Los chicos sostenían unos vasos desechables y Kaori tenía un bol de plástico lleno de botanas en las piernas, probablemente sustraído del bufete principal; una costumbre que había adoptado de Yukie.
– ¡Senpai! – Onaga se levantó para abrazarlo. Bokuto lo alzo al apretujarlo de un lado para el otro – ¡Que sorpresa!
– ¿Qué haces aquí, Bokuto-san? – Pregunto Akaashi, tanteándose los bolsillos – ¿Olvide algo?
– ¡Sí! ¡A mí! – Bokuto libero a Onaga y este soltó una exhalación – ¿Cómo puedes ser tan cruel, Akaashi? ¡Asistir a una fiesta tan genial y no invitarme a entrar!
– No creí que...ya sabes, te interesara una graduación de preparatoria. – Akaashi se veía genuinamente consternado.
– ¡No lo hagas sonar como si fuera un viejo! Solo soy un año mayor... Todavía iría a una fiesta infantil si me invitaran.
– Lo siento, debí imaginarlo. – Akaashi hizo un ademán – Adelante, disfrútala entonces.
– ¡Yeeeey! – Exclamo, sus brazos al aire. Algunas personas cercanas rieron.
Lo arrastro al centro de la pista de baile. Akaashi protestó, pero no opuso mayor resistencia. Bokuto, en lugar de bailar, brincaba. Tomó las manos de Akaashi y usaba sus brazos para moverlo como un muñeco de trapo, haciendo mímica de sus propios pasos. Pronto Kaori y Onaga se unieron a ellos, participando también en el juego de hacer bailar a Akaashi. Bokuto gritaba y reía, secundado por los demás. La estaba pasando bien. Incluso en un momento de la noche, Akaashi en realidad lo sonrió.
Fue ahí cuando los pensamientos sobre las notas emergieron. Desde que descubrió que era Akaashi quien se las escribía, no había hecho nada más. Pensó que era solo Akaashi animándolo con sus estudios, pero entonces las notas harían referencia a su inteligencia, que no era el caso. También podría tratarse de Akaashi tratando de subirle la autoestima, y se lo hubiese creído si Akaashi no le señalara con tanta frecuencia que tenía demasiada confianza en sí mismo. Tampoco le había dicho nada a Kuroo, sin ninguna buena excusa esta vez. Cuando pensaba en la posibilidad de gustarle a Akaashi, se ponía tan alegre que sentía que explotaría, se apresuraría y terminaría arruinando todo. De todos modos, no habría sabido cómo proceder, aunque le gustaría poder averiguarlo a su ritmo.
Las cavilaciones sobre Akaashi continuaron hasta que la pegadiza música pop cambió por una sutil balada, un susurro de música, apenas un suspiro. Varios cuerpos a su alrededor se unieron para comenzar a balancearse al unísono. Fue una epifanía para Bokuto: la idea llego a él como si siempre hubiera estado ahí, esperando que la encontrase.
Akaashi ya se estaba retirando a la mesa; Bokuto se lo impidió volviendo a sujetar sus manos y jalando para acercarlo. Akaashi le devolvió una mirada que no supo interpretar. Todos los que bailaban parecían estarse abrazando, así que eso fue lo que hizo. Sus brazos rodearon a Akaashi y apretaron. Y ahora estaban bailando.
ESTÁS LEYENDO
Flufftober - Haikyuu! (Bokuaka)
FanfictionEste fic participa en el reto Flufftober de la página de Facebook "EsDeFanfics" 31 prompts para cada día de octubre. Serie de drabbles Bokuaka. (Los capítulos tienen continuidad entre sí; sin embargo, debido a la naturaleza del enunciado, puede cont...