Love letters

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"Tu sonrisa es la palanca de la mía"

Bokuto leyó las palabras escritas en la furtiva nota escondida en su cuaderno varias veces, intentando encontrar otros significados ocultos. Era un inconfundible papel de post-it, que muchos de sus compañeros de clase usaban para anotar los recordatorios de clases y tareas; el mismo Kuroo se pasaba pegando esas notas por todo su dormitorio, con garabatos, chistes y alguno que otro aviso importante. Le letra de Kuroo era curva y pequeñísima; ideal para hacer apuntes que quepan en los márgenes de sus gruesas enciclopedias. En cambio, la letra de esta particular nota era recta, ancha, un poco inclinada a la izquierda; similar a la de los profesores de primaria cuando corrigen una composición. Sin embargo, se notaba que la frase había sido escrita cuidadosamente, no había rastro de la severidad de los profesores en ella; estaba escrita con cariño concienzudo.

En las pasadas semanas, este era el cuarto mensaje del estilo que hallaba en su mochila. Al principio pensó que se trataba de un error; pero en este punto hasta él podía darse cuenta que esos mensajes estaban dirigidos a su persona. Nadie podía equivocarse tantas veces de destinatario. También podría estarse equivocando él y aquella persona anónima sólo era muy distraída.

No tenía idea de quien podría ser. Eran alarmantes las veces que Bokuto dejaba olvidada su mochila en cualquier lugar; llevarla en su espalda era casi un acontecimiento. De ese modo, no era capaz de saber el momento exacto en que una nueva nota se filtraba en sus libros.

Se le hacía muy amable que alguien se tomara el tiempo de escribir ese tipo de cosas, fueran para él o no. Hablaban de sus ojos, de su sonrisa, de su risa y de su forma de ver el mundo. Nunca comprendió la poesía, así que era una suerte que los mensajes, a pesar del tinte literario, eran precisos al hacerse entender sin demasiados rodeos. No se consideraba diestro para expresar en palabras el completo espectro de sus sentimientos sin caer en el ridículo. Por eso era todo lo honesto que podía. Las notas conseguían franqueza y aun así abarcar una gran emoción. Era abrumador.

No le había comentado nada a Kuroo. Siempre recurría a él para esas inquietudes, siempre lo entendía incluso cuando él no podía explicarse; pero había algo en esta situación que deseaba resolver por su cuenta, aunque no supiera exactamente como. Guardaba las notas y pensaba y pensaba, dando vueltas en círculos como un tren de juguete. Primero debía averiguar quién dejaba los mensajes. Al menos sabía que se trataba de alguien directo.

Repasaba los momentos de su día: sus clases en la mañana, durante el almuerzo, en la práctica, después de las sesiones de estudio con Kuroo y Akaashi o de noche en el dormitorio. Bokuto esperaba poder concentrarse lo suficiente para estar pendiente de ese objetivo. Tal vez debía escribirse una nota para recordárselo. 

Flufftober - Haikyuu! (Bokuaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora