Unos carruajes que se movían solos nos llevaron desde la estación en Hogsmeade hasta el castillo, claro, yo sabía que no se movían solos, eran los Thestrals, esos caballos que solo pueden ver las personas que hayan visto la muerte.
Un grupo de coro empezó a cantar cuando todos estaban en el gran comedor, me encantaba esa canción, el profesor Flitwick manejaba el ritmo, si que era un gran director de orquesta, tiene todos mis respetos, lo único que me pareció raro fueron los grandes sapos, aún en la película me parecieron raros y chistosos, las velas flotantes también captaron mi atención, todo era tan...mágico. Terminaron y se dividieron esparciendose hacia ambos lados contrarios, el director Dumbledore apareció por detrás, y se dirigió a su ambón iniciando el discurso de cada año.- Sean bienvenidos a otro año en Hogwarts, quisiera decir unas palabras antes que nuestro excelente banquete los dejé aturdidos..., primero me alegra recibir al profesor R. J. Lupin, quien ha accedido a ser el profesor de defensa contra las artes oscuras..., suerte profesor - los profesores y estudiantes empezamos a aplaudir, no me pude contener y dí un fuerte silbido aplaudiendo más fuerte logrando que algunos me miraran pero me valió, Lupin me sonrió y agachó su cabeza, agradecido pienso yo.
- Claro, por eso te dió el chocolate Ashley - miré a Hermione quien estaba a mi lado, los chicos me habían invitado a sentar junto a ellos, se supone que eso tendría que haberle dicho a Harry pero a huevo, ya me metí en la historia y no pienso apartarme, amo estar aquí.
-¡Potter!...¡Potter!, ¿Te asustaste?¡¿Potter te asustaste?! - Oh no, aquí vamos, Draco Malfoy, el más malote de malotes, me gusta, es uno de mis crushs, para mí no es nada, mas bien, me agrada, solo un niño incomprendido de papi, pero creo que a Harry le afectan mucho sus comentarios, he de cuidarlo, está chiquito.
- Cállate Malfoy - Ron le respondió.
- ¿Cómo lo supo? - Ay, ya dije, está chiquito, ah, ternurita.
- Ignoralo - le aconsejó Hermione, esa mujer es de armas a tomar, creo que nunca me he de meter con ella, su cara de molestia me dejó en blanco. He de meterme yo también a ver como sale.
- Harry - el mencionado me miró - no le hagas caso, que no te afecte, lo supo porque hay rumores por todos lados y tal vez le llegó uno que otro, aquí siempre ha sido así, la próxima vez que te diga algo mejor haz oídos sordos - mi mirada se dirigió hacia la mesa de serpientes y vi a Malfoy voltear los ojos con una expresión aburrida, los demás ni siquiera me prestaban atención excepto una Pansy Parkinson un tanto desafiante. ¿Y esa perra que?
- Sí, gracias por el consejo, lo tomaré en cuenta.
Dumbledore nos miró expectante mientras seguía hablando, Mierda, se me había olvido, este viejito puede leer mentes, holiwi, algún día hablaré con usted del porque estoy aquí pero plis déje que me quede, y pues, ya que, solo le dije a esa niña lo que es, además tuve una vez una vecina quien le puso Pansy a su mascota, así que es válido mi comentario mental, no se me moleste querido abuelito. Observé que mientras continuaba su discurso una media sonrisa se asomaba por su cara.
- ...que enseñaba Criaturas Mágicas, ha decidido retirarse para pasar más tiempo con el brazo que le queda, por fortuna me alegra decirles que la materia será impartida por nuestro querido y gran amigo Rubeus Hagrid - el gigante se levantó torpemente botando todo lo que estaba en la mesa en medio de aplausos y un grito de Hermione, fue tan cómico que me empecé a reír junto con otros alumnos - Finalmente un aviso menos agradable..., por orden del ministerio de magia Hogwarts va a ser custodiada por los dementores de Azkaban hasta nueva orden - los susurros no tardaron en escucharse, y es comprensible, esos feos monstruos no tendrían que estar en un colegio lleno de niños, ¡Niños!, Los del ministerio sí que no son razonables - Notificación que me disgusta..., los dementores estarán apostados en cada entrada, aunque me aseguraron que su presencia no interrumpirán nuestras actividades, tengan cuidado, los dementores se alimentan de tus miedos más profundos y no podemos engañarlos, ellos no distinguen entre la presa que persiguen y aquel que se cruza en su camino, debo advertirle a cada alumno que no busque razones para lo dañen..., no está en la naturaleza de un dementor perdonar..., pero entiendan, que la felicidad puede estar incluso en un oscuro momento, sólo no olviden encender la luz - Hermoso, simplemente brillante, su discurso me ha conmovido hasta el alma querido abuelito director.
...
Después de el exquisito banquete infinito los prefectos dirigieron a los de primer año, yo me fuí siguiendo al trío de oro hasta las escaleras cambiantes, allí se escuchaba a la dama gorda cantar, todos subieron las escaleras y uno le dijo "Fortuna Major", si no me equivoco ese a de haber sido Seamus, el colorado personaje secundario de la trama, como se nota que es impaciente como yo.
- No sé porqué no me deja entrar - nos dijo.
- Fortuna Major - Harry no estaba de buen humor al parecer.
- No, no, no, aguarden, escuchen, ajam, AHAHAH - Ya pues señito, deje pasar, puede hacer eso que trata de hacer luego, quiero mi camita, buahh, me entró un sueño, y nadie hacía nada más que escucharla cantar - AHHHH - Por Merlín, esa voz, ni que le estuvieran partiendo el cráneo.
Mientras todos se tapaban los oídos, la dama gorda rompió el vaso golpeándolo contra la pared.
- Ah, sorprendente, y fue mi voz, jajaja.
- Fortuna Major - Eso Harry, no te andas con rodeos he.
- De acuerdo entren.
- Hasta que al fin señito, mire, yo que usted estaría un tantito avergonzada, no es por faltarle el respeto pero si no se tiene talento para algo se prueba con otra cosa, no es a la fuerza, y mis oídos no tienen porque pagar el precio, no vuelva a hacerlo por favor que la próxima vez voy a llorar de impotencia, esos gritos me carcomen hasta los huesos - se me quedo mirando entendiendo que estaba siendo regañada, me lanzó un puchero e hizo mala cara pero a mí no me importó y pasé, a veces la dama gorda se podía poner irritable, pobres gryffindors, todos los años tienen que aguantarla y ahora yo también.
Todos pasaron hablando de temas triviales, escuché a Seamus y Harry comentando sobre la doña, como pasó en los libros y en la película, este año sin duda va a ser grandioso, con eso en mente me dirigí a mi habitación, bueno, en realidad Hermione me dirigió a mi habitación porque me dijo que le habían dicho que este año yo estaría con ella y sus compañeras de habitación, que una de ellas pidió un cambio y que ahora dormiríamos juntas, me entusiasmé más de lo que ya estaba y al llegar ví mis cosas ordenadas, mi laptop y celular estaban encima de mi cama, rápidamente las puse en un baúl, menos mal que nadie vio nada, creo.
Wonky estaba fuera de su jaula saltando en una de las camas cuando Hermione salió del baño ya cambiada y lista para mimir.- Oh, ¿Quién es? - señaló al escarbato.
- Se llama Wonky, saluda pequeñín - Wonky graznó feliz y Mione río.
Me paré y busqué mi ropa para dormir entre mis cajones, la hallé y me metí al baño, nunca había visto el baño de los dormitorios, pero no era gran cosa, ¡Que decepción!, salí con pijama y me acosté, las demás chicas entraron luego de unos minutos hablando ya cambiadas también y apagaron la luces, mañana será un nuevo y brillante día.
- Hasta mañana Ashley.
- Hasta mañana Hermione, hasta mañana a todas - recibí unos cuantos "hasta mañana".
-Hasta mañana Wonky - le susurre al pequeño bulto al lado mío y seguidamente, me dormí.
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Ashley y el prisionero de Azkaban ☆ Dimensión HP
FantasyAshley McCollin es una chica que, sin lugar a duda, tiene la mente más allá que aquí, siempre volando en historias y situaciones con sus personajes favoritos que sabe que nunca se van a cumplir, pero... ¿Y si está equivocada? Un trágico día podría c...