Prólogo

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Ashley o como ella quería que la llamen, Ash, era una chica no tan sociable, se la pasaba en su casa leyendo historias de Wattpad o viendo en su laptop sus sagas favoritas: Marvel, DC, Transformers, Animales Fantásticos, Harry Potter, y muchas más. Se estaba preparando a sus 17 cortos años para entrar en alguna universidad nacional por petición de sus padres pero ella no estaba segura acerca de su futuro no se veía en unos años trabajando en una oficina o en algún edificio haciendo las mismas rutinas de siempre, lo que ella quería era volar, metafóricamente, lejos de lo ordinario y estar en un universo ficticio en donde no tendría las limitaciones que tiene en esta vida, pero no todo es como uno quiere y eso lo aprendió a las malas, bueno... en realidad murió antes de procesarlo porque volvió a olvidarse de aquello para siempre.

Para que lo entiendan mejor hay que volver unos minutos antes de la tragedia que lo cambiaría todo para nuestra querida Ash.

Unos minutos antes...

- ¡Mamá no hay mayonesa!

- ... -

- ¡Mamá!

- ... -

- ¡Mamá! - ¿Por qué no contesta?¿Será que de tanto gritar en esta casa ya está sorda? o ¿No me escucha desde el segundo piso? rayos, en serio no hay mayonesa en la nevera no puedo comer mi pan con pollo sin mayonesa sería una abominación.

- ¡Mamá no hay mayonesa!

- ¡No grites!¡Si quieres mayonesa ve a comprartela que yo no te voy a dar nada! - Bueno al menos lo intenté, soy una vaga lo sé.

Terminé de alistarme a duras penas y con mis ahorros fui a mi tienda de confianza a comprar la mayonesa para mi pancito, estaba un poco lejos pero no me importaba porque no hay mayonesa como la de esa tienda ¡Exquisitez en su máximo esplendor  señores! Llegué y esperé a la señito, ella me saludó gentilmente y le dije - buenos días lo mismo de siempre Carito gracias - pagué cuando recibí mi producto y caminé devuelta a mi casa a seguir viendo la maratón que habían puesto de Harry Potter pero al momento de regresar escucho a la vuelta de la calle unos sonidos aturdidores, los diferencié fácilmente ya que no eran tan comunes por aquí, eran balazos, y mi casa se encontraba de ese lado.
Corrí tanto como pude aterrorizada, en mi barrio todos éramos como familia, había crecido aquí era mi hogar, vi a los inquilinos de la vecina Romi pelear mientras ella se metía a su edificio, unos ladrones querían robarles sus cosas, fuí rápidamente a ayudar a Romi, no quería llamar la atención así que me acerqué con precaución, ella era anciana y podría darle algo en momentos como estos - niña Ash vete no deberías estar aquí, ¿Donde está Paulina? corre a tu casa con tu madre si algo te pasa no se lo perdonaría - me susurró para que los ladrones no escucharan que estábamos ahí escondidas detrás de las rejas - no se preocupe doña Romi mi madre aún tiene a mi padre con ella, además dejarla sola así... no deseo que algo malo le pase - seguimos en silencio durante unos segundos, los inquilinos que estaban rendidos entregando sus pertenencias habían dado una buena lucha, pero un muerto en el piso me sacó de mis casillas, los ladrones ya se habían fijado en nosotras y valientemente tuve que darles mi celular y las monedas que la señora Caro me dió de vuelto; doña Romi no tenía nada en sus bolsillos - no sea tonta vieja apresure y deme todo lo que tenga - exclamó uno de los malos, sabía que la doña le iba a responder a regaños así que me adelanté a responderle - oigan ella ya dijo que no tiene nada - los mire tímidamente, el que había hablado antes me miró y apuntó con su pistola - no me hagas matarte mocosa no te metas - en total eran tres, los otros dos habían copiado su acción - pero es que enserio... - ¡Pum!¡Pum!¡Pum! caí al piso inconsciente, me habían disparado.

Pasó lo que pasó, recibió unas cuatro balas, una en la pierna otra en el estómago y la dos últimas en la cabeza todas al mismo tiempo, por consecuencia murió en el acto. Sí un triste final.
Ni siquiera se pudo despedir, tampoco tuvo tiempo de pensar en su pasado ni de recordar sus momentos que le marcaron de por vida tanto felices o tristes. Después de morir y cerrar los ojos entró en un estado de ensoñación solo veía oscuridad completa, no sentía ni un hueso, no supo que le estaba pasando hasta que bruscamente, despertó.

Ashley y el prisionero de Azkaban ☆ Dimensión HPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora