Pasó el tiempo y ya era pleno otoño, el clima estaba templado las clases eran muy tediosas y hasta ahora no había aprendido casi nada excepto los hechizos que necesitaría para ocasiones difíciles, como no era estudiante no tenía exámenes que aprobar ni tareas que entregar estaba tranquila por ese lado, pero por el otro algunos profesores ya estaban enterados que yo no era de aquí, la profesora McGonagall, Sprout, madam Pomfrey, el profesor Snape, y Flitwick sabían el secreto, solo ellos eran de la total confianza de Dumbledore, a los demás el director les había dicho que yo no tenía que dar nada porque había aprobado ya el año por medio de un examen de conocimientos muy riguroso y que solo me debían calificar práctica, supuestamente la idea era un prototipo de calificación para los alumnos con las mentes más brillantes que se iba a implementar si daba un buen resultado y tenía magníficas habilidades al final del tercer curso, lo que me preocupaba solo un poco.Ahora estaba esperando al profesor Snape, me había pedido que manejara el proyector que iba a utilizar para el tema de hoy porque yo no tenía el libro correspondiente, el podía hacerlo solo con su magia pero no, me tuvo que poner de asistente personal, quería joderme la vida; no sé si él estaba enterado que sabía acerca del problema de Lupin, nunca especifique que la información que tenía del futuro se refería no solo a Voldemort pero al ver que no me dijo nada creo que pensó que sí.
Mis compañeros hacían una bulla enorme y yo no tenía con quién conversar por lo que estaba aburrida, seguí así hasta que Snape entró azotando la puerta, me tapé los oídos por el fuerte ruido que ocasionó e iba a ocasionar, con su varita pasó cerrando abruptamente las ventanas para que la proyección pudiera ser visible, cuando terminó respire en paz y bajé mis manos, la elegancia con la que había hecho todo aquello era digna de admirar, se notaba que había sido Slytherin, la mayoría de su generación portaban un estilo nato, pero los de ahora nada que ver, un claro ejemplo los brutos con los que se juntaba mi querido Malfoy, estúpidos sin duda.- Vamos a la página trecientos noventa y cuatro - dijo el profesor, bajó el telón del aula y volteó girando hacía nosotros, ninguno chistó y todos abrieron sus libros, claro menos yo que no tenía.
- Disculpe señor, ¿Y el profesor Lupin? - Ay Harry tu solo te matas mijo. Snape lo miró.
- Eso no le interesa, ¿O sí Potter?, basta decir que su profesor se encuentra incapacitado para enseñarles en este momento - siguió caminando hasta llegar a mi lado - vamos a la página trecientos noventa y cuatro - me hizo un ademán y encendí el bendito proyector, me sentí nerviosa por su cercanía, Severus también me agradaba, más bien, le tenía compasión desde que en la última película ví sus recuerdos de pequeño, por lo que no sabía cómo tratarlo. Ron, que estaba pasando hojas de su material buscando la página, se asombró al ver que estas de la nada se movían solas parando en la sección de hombres lobo, Snape había utilizado magia para pasarlas, miré al pelirrojo soltando un suspiro pesado.
- ¿Hombres lobo? - Sí Roni, hombres lobo.
- ¡Pero señor apenas íbamos a ver a los Hinkyponks! - exclamó Hermione luego de sacar su libro correspondiente en su asiento al costado de Harry, esta vez me fijé que había aparecido de la nada, al fin - las bestias nocturnas son después.
- Silencio - le dijo Snape.
- Eres muy serio Severus, ¿Te lo habían dicho? - le susurré acercándose un poco para que solo él me oyera, pero me ignoró poniendo una cara aún más seria.
- ¿A qué hora llegó?¿Tú la viste? - dijo Ron en voz baja mirando a Harry, este negó moviendo la cabeza y alzando un hombro.
- Bien, ¿Quién sabe la diferencia entre un animago y un hombre lobo? - Mione solo levantó la mano, chucha Mione baja la maldita mano - ¿Nadie?, que decepcionante.
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Ashley y el prisionero de Azkaban ☆ Dimensión HP
FantasyAshley McCollin es una chica que, sin lugar a duda, tiene la mente más allá que aquí, siempre volando en historias y situaciones con sus personajes favoritos que sabe que nunca se van a cumplir, pero... ¿Y si está equivocada? Un trágico día podría c...