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Mis manos dieron leves golpes sobre mis piernas intentando calmar la ansiedad que recorría mi cuerpo, ninguno de los dos sabía como podíamos afrontar esa conversación tan importante que nos debíamos.
Lo mire viendo como observaba todos dentro de la sala de estar, como si buscara las palabras correctas para comenzar hablar.
— Disculpa el desorden.. Hoy fue un día bastante complicado y no tuvimos mucho tiempo para organizarnos.— Murmure en un tono bajo.
— ¿Desorden? Vamos, daka. Esta todo en su lugar de forma perfecta, incluso estoy empezando a creer que tienes un toc, ¿No lo has pensado?— Me miro con una sonrisita.
— Bueno.. Puede ser.
Mire como todo a mi alrededor estaba en su lugar, todo exactamente como él lo describió: todo en su lugar e forma perfecta. Y tenía razón, todos teníamos mañia con el orden en la casa, todos, menos de tommy.
Me quedo mirando.— Daka, lo lamento. Es lo primero que tengo que decirte.. Tuve un comportamiento tan infantil, incluso uno peor que noah y yo te prometi que no iba a ser ese tipo de novio.
— Todos cometemos errores.. Lee, enserio lo digo.. Creo que podemos dejar todo lo que paso atrás y te perdono, no quiero seguir con esta "pelea".— Murmure jugando con una de mis pulseras sin dirigirle la mirada.
— Te mereces algo mejor, daka. Eres tan impresionante y tienes un futuro jodidamente perfecto, y yo no quiero arruinarte nada de eso con mis propios problemas de desconfianza.. No desconfió de ti, en lo absoluto. Desconfió de mi mismo, no me veo capaz.— Se sento a mi lado agarrando mis manos obligándome a mirarlo.
— Y yo no me veo capaz de seguir sin ti, hay una parte de mi que de todas formas te necesita.. — Baje la mirada.— Quiero creer que tenemos un futuro juntos, uno lindo, uno como siempre soñé.
— Vos misma siempre me has dicho que las cosas cambian, que no podemos aferrarnos a cosas que planeamos siendo niños.
— Lo se, mierda. Pero, quiero hacerlo. Quiero aferrarme a esa idea.. No es algo tan loco, no quiero renunciar a eso.— Susurre con miedo a dejar que mi voz se rompa, de seguir mostrándome tan indefensa ante él.
— Ven aquí.— Me abrazo.— No quiero prometerte nada, porque no suelo creer en las promesas.. Pero, te voy a demostrar con hechos que realmente valió la pena que volvamos a intentarlo.
—¿Enserio?
— Enserio, vamos a poder.— Murmuro a cunando mi rostro entre sus manos antes de dejar un pequeño beso en mi frente y luego, uno en los labios.
— Gracias por haber venido.
— No, rubia. Gracias por seguir creyendo en mi, en lo nuestro.
