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Dorothea

Me encontraba en mi habitación, dibujando algo en una libreta, Adella estaba a mi lado, mandando un texto a alguien pero había algo extraño en ella, se veía más contenta de lo que ya es y le está dedicando una sonrisa torpe a la pantalla de su celular.

─¿A quien escribes? ─pregunté con intriga.

Adella me miró, apagó su celular y lo hizo a un lado.

─A nadie.

Dejé la libreta a un lado y le sonreí.

─Adella... A quien mensajeas.

─A Jeremy ─susurró con los ojos cerrados.

─¿Qué? No te escucho si solo susurras...

─¡A Jeremy! ¡Besé a Jeremy!

Me contestó frustrada y después me dio la espalda. Para mí esa pareja es muy rara pero linda.

─No, ¿Por qué te pones así? Es un chico muy lindo y tierno, y tú le súper encantas ¡vamos Adella!

No obtuve respuesta alguna, sabía que tenía un batalla de sentimientos interna, así que no le insistiría, decidí cambiar de tema.

─Tranquila ─la abracé─ ¿Puedo pedirte un favor?

Adella solo volteó a verme esperando a que hable.

─¿Puedo decirle a papá que estaré en tu casa y así salir con Robbie?

Adella se levantó de la cama sorprendida y me miró de inmediato.

─¿Me pides que te ayude a mentirle a tu padre para que salgas con un chico?

Solo la miré, en realidad sonaba muy mal con esas palabras pero tenía muchas ganas de ver a Robbie esta noche.

─¡Nunca me sentí tan orgullosa de ti!

Suspiré aliviada y le di un abrazo.

Después de un gran rato me vestí, Adella fue a su casa y me dijo que pasaría por mi después , así que bajé a la sala para hablar con mi papá.

─Ah, papá, iré a casa de Adella esta noche ¿está bien?

─Si, si, no hay problema ─me sonrío─ Oye, por cierto ¿Cómo estuvo la fiesta?

Mi piel se enchinó.

─B-bueno estuvo... linda.

─¿Conociste gente divertida?

─No, la verdad no, todo el mundo decía "agh" ¿sabes? No había gente casi ─le di la espalda para retirarme─ Te quiero.

─Yo más.

Odio mentirle a papá, no puedo hacerlo, así que me arrepentí y volteé a verlo de nuevo.

─Te mentí ─suspiré con un puchero.

─Divagabas así que lo supuse.

Me acerqué a él y me senté a su lado.

─Voy a salir con un chico ─suspiré─ se llama Robbie Kay, es muy decente, dulce y en verdad me agrada, mucho.

Papá solo me hizo un gesto de desaprobación.

─Estás molesto ─afirmé.

─Pues no me hace feliz que me mientas, sabes que siempre me puedes contar lo que sea.

─Lo sé, lo sé, perdón ─dije algo apenada y arrepentida.

─¿Tú confías en él?

─Sí ─contesté segura.

─¿Voy a odiarlo?

─¡No! Claro que no, ya lo verás.

─¿Ya le dijiste...

─No, no le he dicho ─interrumpí.

─¡No Dorothea, no me parece bien que él no lo sepa! ─regañó.

─¡Lo haré, le diré! Tranquilo, necesito tiempo.

─¿Para qué?

─Para no ser sólo una enfermedad.

─Dorothea...

─Sólo, unos días más, por favor, como alguien normal.

Mi padre me miró pensativo y suspiró rendido.

 ─De acuerdo ─me acerqué a su mejilla para darle un beso.

Ambos escuchamos como la puerta se abría, era Adella.

─Oiga, ¿Está bien si Dorothea y yo pasamos la noche juntas? Toda la noche.

─Ya admití que mentí.

─¿Qué?¡No aguantas ni dos horas!

─Es patético, ya habías aguantado más de dos horas ─respondió mi padre.


ᴀᴍᴏʀ ᴅᴇ ᴍᴇᴅɪᴀɴᴏᴄʜᴇ┃ʀᴏʙʙɪᴇ ᴋᴀʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora