ᴀᴍᴏʀ ᴅᴇ ᴍᴇᴅɪᴀɴᴏᴄʜᴇ┃ʀᴏʙʙɪᴇ ᴋᴀʏ

ᴇᴘɪʟᴏɢᴏ

Después de dos semanas de la dolorosa partida de Dorothea, Robbie se encontraba listo para irse de la ciudad a su nuevo instituto.

Pero antes, decidió ir a despedirse de Norman.

Cuando llegó a la casa, la observó durante un minuto y se quedó observando la ventana de la habitación de Dorothea, le hacía mucha falta.

Norman abrió la puerta y lo desconcentró de sus pensamientos.

─¡Ahí estás! ─sonrió.

─Hola, señor.

─Es un gusto que vinieras antes de irte.

─Claro, de hecho, me voy hoy ─sonrió─ el primer entrenamiento es en dos días.

─¡Que emocionante!

─Si, muchas gracias.

─Tu entrenador envió tu calendario para poder ir a verte competir.

Robbie lo miró confundido.

─Pero, ¿por qué mi entrenador se lo envió a usted?

─Porque sigue en contacto después de que Dorothea lo buscó.

─Dorothea, ¿lo buscó? 

─Si, ella me marcó, le dijo que debía echarte otro vistazo.

─Ella nunca me lo contó ─dijo aún sin entender pero con una pequeña sonrisa.

─¿Sabes qué? Tengo algo para ti, dame un segundo.

Norman se metió a su casa dejando a Robbie fuera de esta por unos segundos, después volvió con la libreta de Dorothea en sus manos.

─Quiso que tú lo tuvieras.

Robbie lo miró con nostalgia y comenzó a hojear unas cuantas páginas, no pudo contener las lágrimas y comenzó a sollozar.

─Señor Norman yo... Nunca le dije que lo sentía, jamás debí salir con Dorothea hasta tarde y...

─No, basta, no sigas, no es culpa de nadie ¿si? Sabíamos que era muy pequeña, que cada iba a ser un regalo. Debo agradecerte yo, lo único que siempre quise fue hacerla feliz, y tú, Robbie, la hiciste muy feliz.

─Gracias ─susurró.

Ambos de dieron un abrazo.

─Suerte en la escuela hijo.

─Muchas gracias, señor.

Robbie subió al auto de su padre e iba leyendo el cuaderno de Dorothea.

─¿Te importa si pongo la radio? ─preguntó su padre.

─No, para nada.

El hombre encendió la radio y dejó la primera estación en la que estaba.

A continuación un gran éxito de YouTube, con más de dos millones de visitas en apenas dos semanas. Pronto inundará las demás estaciones pero no olviden que la escucharon primero aquí. Esto es "La canción de Robbie" con Dorothea.

─Papá, ¿puedes subir el volumen? ─habló Robbie y puso atención a aquella canción.

Su padre hizo caso y aumentó el volumen.

Era su canción, era Dorothea, no puedo evitar sonreír  y soltar unas cuantas lágrimas.

Rápidamente Robbie tomó si celular y le mandó un mensaje a Norman.

Ponga la radio en el 98.7 ahora.

Norman leyó ese mensaje en su oficina, se quedó un poco confundido pero hizo caso.

Subió el volumen de la radio y esuchó de nuevo su voz, después de dos semanas la oía de nuevo.

─No puede ser ─sonrió─ ¡Oigan, escuchen todos, esa es mi hija! ─gritó llamando la atención de todos los de su oficina.

Por otro lado Adella estaba trabajando cuando escuchó la canción.

─Jeremy ─dijo Adella sin creerlo aún.

─¿Qué pasa?

─Es Dorothea ¡Es Dorothea! No puedo creerlo es ella ¡Sube el volumen! ¡Oigan mi mejor amiga está en la radio!

Se sentían felices de que Dorothea pudo dejar huella en la música como siempre lo quiso, lo merecía.

El padre de Robbie se detuvo u minuto a comprar algo para el camino y Robbie encontró una carta de Dorothea en su libreta, bajó del auto y se recargó en este para leerla.

"Querido Robbie, siempre me he sentido más cómoda escribiendo letras de canciones que oraciones de verdad. Me es imposible expresar lo que ha significado desde el primer momento para mí que nos vimos en la estación, o el gozo que me has brindado desde la primera vez que te ví desde mi ventana. Aunque nuestro tiempo juntos fue breve las estrellas estuvieron iluminando cada momento juntos, y la luz de esos momento continuará brillando los próximos mil años. Ojalá de alguna forma pueda verte desde el cielo, Robbie, y todos y cada uno de los momentos increíbles que te esperan allá afuera. Y si me necesitas, sólo recuerda que tienes que mirar hacia arriba... Te amo"