Los Holmes, un Watson y una Hudson

Extra: Estrella de plata

Un otoño más iniciaba. Las hojas de los árboles comenzarían a caer.
Clara observaba con una sonrisa como sus tres hijos corrían por todo el jardín. El tiempo había pasado demasiado rápido. Ese día Abraxas y Hamish cumplían 7 años. Mientras que Rosie ya tenía 8 años.
Los invitados no tardarían en llegar.

En efecto, los primeros en llegar fueron Pai quien venía acompañado de su hijo George.
-Tía Clara- saludó el pequeño y le dio un beso en la mejilla.
Clara le abrazó con mucho cariño, mientras decía, -mi precioso niño, ya te extrañaba, cómo estuvieron las vacaciones.
-Geniales, tía. Pero y mis primos- preguntó George ansioso
-Están en el jardín, así que, anda ve con ellos- dijo Clara y George no se demoro ni un momento más en ir al jardín. Los dos adultos sonrieron.

-Corazón, cuéntame qué tal ha estado todo- preguntó Pai mientras le dejaba un beso en la mejilla.
-Abraxas y Hamish son imparables, Rosie crece cada día más. Y bueno, que te puedo decir entre los casos y los asuntos políticos, esto es interminable. Pero yo te noto más relajado, qué tal estuvieron las islas griegas- dijo Clara
-Magníficas, corazón. Además, como tú dices, los niños nunca dejan de tener energía y George siempre nos trae a Horacio y a mí de un lado para el otro.
Clara le sonrió.
-Por cierto hablando de viajes, tu querido Mycroft se quejó de que nuestras vacaciones fueron muy largas, pero como no quiere que Horacio le pida vacaciones tan seguido, si lo explota- se quejó Pai
Clara al escuchar eso se rio sonoramente y luego respondió.
-Le diré a Mycroft que le tenga más consideración. No te preocupes.
Pai también rio muy divertido y ambos entraron a la casa.

Más tarde el timbre volvió a sonar. Clara fue a abrir la puerta. Irene le sonrió y sin esperar más tiempo ambas compartieron un abrazo. Luego Clara rápidamente les dijo a sus hijos.
-Pequeños, ya llegó su tía Irene.
Abraxas, Hamish y Rosie fueron a su encuentro y ella los recibió con los brazos abiertos.
-Mis amores...
-Tía, te extrañamos mucho- dijo Hamish
-Incluso pensamos que no vendrías- apoyó Abraxas.
-Jamás podría dejar de venir a verlos y menos en su cumpleaños- contestó Irene y beso la frente de los tres.
Clara no dejo de sonreír ante esa imagen y cuando Irene se separo de sus sobrinos, le dijo.
-Pasa querida, te estábamos esperando, además ya llego Pai.
Irene asintió y no dudo en seguirla.

-Pero si ya está aquí, mi amada dominatrix- saludó Pai al verla.
-Que soberbio- dijo Irene con una sonrisa. Luego ellos también compartieron un abrazo.

Las siguientes en llegar fueron Nancy y Kitty
-Mi pequeña Clara- saludó Nancy
-Nancy, qué bueno verte y la misión.
-Todo un éxito- contestó ella y avanzó por el corredor
-Palomilla, cómo estás- saludó también Kitty
-Muy bien, Kitty. Pero dime que tal la temporada de ballet.
-Aun no puedo creer que vuelva a bailar
-Ves, yo sabía que todo saldría bien- dijo ella
-Y los cumpleañeros- preguntó Nancy
-En el jardín, jugando. Además, ya llegó George
-Con razón, juntos los cuatro son dinamita pura- comentó ella.
Clara sonrió e hizo un gesto afirmativo, luego agregó, -pero vamos con los demás, ya llegaron Pai e Irene.

Luego llegó Susan.
-Clara, he traído lo que me pediste- mencionó Susan a forma de saludo
-Qué bueno, ya sabes que es una sorpresa
-Les encantará en cuanto lo vean- afirmó Susan con una sonrisa

Después llegaron Astraea, Thomas y Martha.
-Mi niña- dijo Martha y la abrazó
-Pequeña Clara- saludaron los señores Holmes
-Y Australia- preguntó ella
-Perfecta.
Dijeron los tres y pasaron a la sala.
Tras de ellos, venía Stephen.
-Cómo te fue- preguntó Clara
-Hubo más pacientes que otros días- dijo él
-Y John
-Fue con Sherlock a ver un posible caso
-Eso tiene más sentido
-No pasa nada, de todos modos yo me tomaré unas vacaciones- mencionó Stephen
Clara solo le dio una palmada en la espalda