El pabellón Wisteria

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Nunca habían visto tanta ira en una reina. Y es que esta reina está cansada de ser modesta, ella siempre ha tenido el liderazgo y eso es lo que los demás quieren, pero si somos honestos aquellos que se creen superiores, nunca tomarán mi poder.
Por eso no quedará nada de ellos cuando termine.

Esa tarde Clara llegaba a la cafetería, y se encontró a Pai que estaba esperandola.
-Corazón- saludó él
Clara le dio un beso en la mejilla, y le dio una sonrisa poco animada.
-Qué sucede- preguntó Pai
-Nada, problemas con mi mamá- contestó ella sin ganas
Pai le dio una mirada comprensiva.
-Te cuento después, mejor dime a qué debo tu visita- preguntó Clara
-Quería invitarte a una fiesta de disfraces esta noche en la mansión de los duques de Harrow- mencionó Pai
-Yo...
-Anda corazón, esta vez no quiero ir solo y así sirve que te distraes- insistió él
Clara se lo pensó un poco, y terminó por asentir.
-Perfecto, yo me encargo de todo- dijo Pai con una sonrisa ingeniosa.

-Sabes Leo, ese tal Sherlock Holmes me intriga, qué tal inteligente es- preguntó una mujer con un tono demandante
-Tiene una reputación- mencionó él
-Vaya, así que entiende de crímenes y de mujeres- comentó ella y vio directamente la puerta del 221 B de Baker Street.

Sherlock estaba a punto de caer en el aburrimiento, hasta que el sonido del timbre interrumpió el silencio.
-Señora Hudson- gritó él
Unos minutos después, la señora Hudson venía entrando acompañada de una futura cliente. Sherlock supo que por su elegante vestido se trataba de una mujer importante que tal vez trabajaba en el gobierno, y más cuando su mirada era parecida a la de su hermano, estoica y seria.
-Tengo un caso para usted, señor Holmes- dijo ella
-Dígale a mi hermano que no tengo tiempo- respondió él con molestia
Aquella enigmática mujer sonrió y como si nada se sentó en el sofá.
-No estaría nada mal que me diera un poco de información acerca de Mycroft Holmes, pero en realidad quiero pedirle que me ayude a recuperar cierta información valiosa- propuso ella con una sonrisa seductora

Por la noche Pai se paseaba cómodamente por los jardines de la mansión Harrow. La fiesta había comenzado y los invitados portaban disfraces coloridos, a excepción de algunos.
-Myc te has visto, que clase de...- regañó él, luego al verlo mejor, agregó -oh! por supuesto estás por encima de la frivolidad del disfraz, pero acaso la vida no te parece un misterio suficiente.
-Cuánta gente, cuan poco objetivos- se quejó Mycroft con desinterés, quien vestía solo un elegante traje clásico si ningún tipo de adornos.
-Querido, son los enigmas del destino y si los mortales los resolvieramos...
-Tu vida no tendría sentido- acotó él friamente
-Cruel, muy cruel Myc. Pero sabes una vez le dije a Clara que si nuestro difunto amigo Charles Augustus Magnussen era el ángel negro, yo soy el ángel guardián, escondo mucho más de lo que exhibo sino que clase de mundo sería este...
-Uno mucho mejor- mencionó Mycroft con una sonrisa irónica
-Hoy vienes muy grosero, querido. Y creo que no te mereces la sorpresa que te tengo- comentó Pai molesto
Mycroft prefirió ignorarlo, y solo se dedico a mirar a las personas. Deducirlos era una mejor distracción. Pero cierta sonrisa logró captar su atención.
Era Clara, quien venía llegando, ella traía un vestido verde agua, largo y con muchos pliegues, algo muy sencillo pero elegante.
-Mi corazón ya llegó, nos vemos Myc- exclamó Pai
-Por qué la invitaste- reclamó él
-No quería estar solito, además tú no la invitaste- se defendió Pai con una mueca infantil
-Porque yo no quiero que Clara se relacione con este mundo- afirmó él
-Mycroft no te pongas sobreprotector, además siento que subestimas demasiado a Clara, crees que no me entere que ambos hundieron a los Donahyle, mejor ponte a pensar en la excelente pareja que podrían ser, y si me disculpas, voy a verla- dijo Pai y se fue con un paso elegante.

Mientras tanto en Baker Street, Sherlock aún repasaba el caso que rechazó, había muchos detalles que esa mujer omitió. Y lo que más le intrigaba era el interés que tenía por su hermano, y que no dudo en ocultar, al contrario fue muy directa. Por ahora solo tenía un nombre.

Los Holmes, un Watson y una HudsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora