Capítulo 1.

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Frey.

Familia de cazadores.

Regla No 3. No asesinamos inocentes.

—A la mierda con eso.

Dije para por fin soltar el cuello del cuerpo sin vida de Carla. Una tonta chica que decía que éramos almas gemelas o algo así.

Luego llegaba la culpabilidad y desesperación.

Volví a echar un vistazo a el cuerpo que ya estaba frío por estar unas cuantas horas sin vida, además, el clima no ayudaba mucho, estaba nevando.

Sollozando agarre mi celular, con los ojos cristalizados marque al número de mi hermano.

—Heist— Pronuncie con la voz entrecortada.

—¿Donde estás?— dijo con un tono serio— Te dejo solo unas horas y desapareces, ¡maldita sea, Frey!, ¿Donde estás?

—En el callejón cerca de la iglesia, la parte que es oscura y hay un aviso de no pasar.

—Voy para allá, porfavor cálmate y no cometas estupideces. No te muevas de ahí.

Colgó y me aleje un poco del cuerpo, tenía que calmarme, si entraba en panico todo podía salir mal, tenía que calmarme.

¿Por qué no me acuerdo lo que me dijo Mayne que hiciera en estos casos?

Respira, Frey.

Me acurruque en una esquina del callejón y puse mis brazos sobre mis piernas, las escenas del asesinato pasaban por mi mente una vez y otra vez.

Vi como el carro de Heist se parqueo en el fondo del callejón, el rostro enojado de Heist paso sus ojos desde la chica tirada en el suelo y mi anatomía en el rincón.

—Frey.

—La mate, yo...

—Shhh, primero hay que ocultar el cuerpo, luego te ducharas y tendremos una charla.

Asentí y lo ayude a subir el cuerpo al baúl el cual ya tenía una manta negra, sobre esta pusimos el pequeño cuerpo de Carla.

Luego de subir las montañas dejamos el cuerpo de la chica sobre la nieve, pero de repente escuchamos un ruido extraño.

—¿Oíste eso? Acaso alguien nos...

—Silencio— me callo y fue caminando al lugar proveniente del ruido, lo seguí, muy precavido, medido que nos íbamos acercando, mi corazón latía más y más fuerte.

Si alguien nos vio, había que eliminarlo. No podemos dejar testigos sueltos. Varios segundos más tarde, que se sintieron horas, Heist se asomó a los arbustos listo para atacar, pero algo rojo sale saltando hacia su pecho. Heist cae de espaldas y la pequeña criatura se va al otro extremo del lugar.

Es un zorro.

—Mierda, me asusto.

Se rió y fue andando colina abajo, lo seguí a paso lento, aún seguía nervioso por los acontecimientos anteriores. Después de varios minutos llegamos a casa e hice exactamente lo que Heist me ordeno.

Subí a mi habitación, abrí la puerta y me metí al baño, me quite la ropa para por fin meterme en la tina de agua caliente. Necesitaba esto, cerré los ojos para despejar mi mente de todos los malos pensamientos.

Al salir, me enrolle la toalla en la cintura y fui por mi pijama. Una cómoda pijama azul de tela fina, me la coloque y sacudí mi cabeza para secar mi cabello. Salí de mi habitación y al bajar las escaleras note que Heist me estaba esperando en la sala, tome asiento en el sofá de al lado.

—Frey, ya hablamos de esto, tienes que aprender a controlarte.

—¿Crees que no lo intento?, joder Heist, es muy dificil.

—Lo sé Frey, pero tienes que encontrar un punto de control, algo que te haga consciente y te haga pensar antes de actuar.

—¿Como hago eso?

—No lo se Frey, eso lo tienes que averiguar tú, pero que sea lo más pronto posible.

Gruñi, su respuesta no sirvió para nada.

—Debes ser más responsable, Frey.

Me quedé en silencio.

Heist suspiro y se dirigió a la puerta principal.

—¿A donde vas?

—Con la vecina.

—¿El narco tiene hija?

—Dos, T/n y Leigh. Leigh es la chica que molestaré estos meses.

Salió de la casa y observé cómo miraba fijamente a la ventana de nuestra vecina, tiró una piedrita y Heist al ver quién se asomó frunció el ceño. La que estaba en la ventana era la hermana de Leigh.

Estaba en pijama, tenía su cabello suelto y un poco de delineador corrido, ella rápidamente entro a la habitación y más tarde se asomó Leigh, le dio una mirada asesina y cerró sus cortinas.

Cuando Heist se devolvió a la casa un poco frustrado, me quedé mirando la ventana donde minutos antes estaba T/n, se ve de lejos que no es como su hermana o las demás chicas sumisas del pueblo.

Interesante.

Entonces, aquella chica de delineador corrido, esa noche, despertó una peligrosa curiosidad en mi.

The mistery boy of the shadows- ꜰʀᴇʏ ꜱᴛᴇɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora