tres es mejor que dos part3

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Tony primero entró al Granero, mirándose en el espejo que había colgado como lucían los revestimientos, amaba como el gris de sus cuernos combinado con el dorado de los accesorios.
Tan embelesado en su reflejo que no noto la figura alta que lo acechaba.

-¿De dónde sacaste eso?- el bovino pegó un pequeño salto del susto, girando para estar cara a cara con Clark.

-me los regalaron, ¿algún problema?- Tony sacó pecho enfrentándose al Lobo, mala decisión ya que lo agarraron por la parte delantera de la camisa, algunos botones se desprendieron por el forcejeo, revelando los irritados pezones rojos.

-¿Dejaste que te tocaran?! - Rugió enfadado lanzándose sobre el cuerpo del bovino, Tony se quedó quieto al caer boca abajo, sabiendo que empeoraba si forcejeaba, Clark enterró la nariz en el cuello canela, captando el fuerte olor del otro Alpha, sin pensarlo abrió la boca y enterró con fuerza los dientes rasgando la piel, repitiendo la acción en varias zonas.
El castaño apretó los labios reteniendo la sarta de insultos que quería soltar, no era su primera vez aguantando las mordeduras de Clark, testigo eran las heridas de dientes en sus muslos, pero hacerlo en un lugar tan expuesto
Dejaba en claro que ya tenía dueño.
Satisfecho con su reclamo, el pelinegro pasó la lengua por las heridas, lavando la sangre, Tony suspiro de alivio pensando que ya había terminado el castigo.

Pero un dedo presiono por sobre la ropa en su entrada.

-Clarky, mi lobo de azúcar, enserio no me acosté con él, te lo juro- El bovino por reflejo retrocedió, tratando de sentir más del toqué, llevaba tiempo sin follar con el granjero.

-si dices la verdad, entonces no te molestara que de un vistazo- las manos de Clark liberaron el botón y bajaron la corredera, deslizando el Short por las regordetas piernas, volvió a resoplar furioso viendo lo atrevido que era Tony al no llevar ropa interior,  cambio de posición el cuerpo del bovino dejándole en cuatro, separó las redondas nalgas, el anillo de músculos rosa no mostraba señales de ser abusada.

-vez querido, parcialmente vírgen- Tony meneo el culo burlón, golpeando con su cola la mejilla del Lobo.
Clark  le mordió la cadera en represalia; mirando al bovino en esta posición le trajo recuerdos, sus épocas de calor las pasó enterrado hasta el fondo en ese culo que le succionaba tan bien.
Con su dedo pulgar se deslizó por el perineo, amasando los testículos, hasta agarrar el semiduro pene del Bovino, sonrió a Tony le encantaba jugar agresivo.

acarició con los dedos índice y corazón de su mano libre los labios del castaño quien captó la señal, abriendo la boca, pasando la lengua en los dos dígitos, succionando imaginando que era algo más grueso.

Clark a cada segundo se ponía más duro, sin esperar más saco los dedos, introduciendo dos de un solo tirón en la entrada del castaño, Tony soltó un gemido confuso entre dolor y placer.
El Lupino liberó el agarre del pene para apretar uno de los  pesados pechos, la estimulación hizo que un chorro de leche se derramará sobre el suelo.

-qué desperdicio - se lamentó Clark, buscando alrededor del granero, encontró un cubo de metal cerca, lo rodó hasta alinearlo con los pezones de la vaca, continuó ordeñandole.
Tony se aflojó ante el estímulo,quejándose cuando los dedos abandonaron su interior ahora siendo reemplazados por algo mejor.
Clark Aulló de gusto ante la caliente asfixia en su miembro, agarró con fuerza las caderas del bovino  utilizándolas como punto de apoyo, dando riendo suelta a las duras embestidas;Tony por su parte tuvo que plantar bien las manos al suelo para no caer de cara al suelo y llevarse de paso el cubo de leche.
Clark embestía con fuerza tratando de introducir su nudo en la estrecha entrada, aún era muy pronto para hacerlo pero extrañaba demasiado la sensación, saliendo por completo se tumbó boca arriba en el Heno dejando a Tony sentado a horcajadas en su pelvis.

-¿quieres que te monte Mi dulce lobo de azúcar? Soy un buen vaquero - el bovino roto sus caderas, frotando la enorme polla entre su raja, hasta que se enganchó en su entrada, Tony acaricio sus pezones dejando que los hilos de leche recorrieran su cuerpo, Clark se deleitaba ante la vista.
Dejando de juguetear el castaño se apoyó en el pecho musculoso de su compañero, dándose impulso para subir y bajar, de vez en cuando moviendo sus caderas circularmente, los movimientos hacían que la campanita que descansaba en su pecho emitiera un tintineó mezclándose con los sonidos lascivos.

Desde la entrada del granero Bruce observaba el espectáculo, esperando su turno.

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