Let's get it started

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Tony se entera de las almas gemelas a la edad de 5 años. Era otoño se encontraba en la cocina con Anna Jarvis, ayudando a hornear un pastel de zanahoria, al pasar los ingredientes se fijó en la catarina roja impresa en el dorso de la mano del adulto.

El castaño no apartaba los ojos curiosos, su atención fue tan intensa que Anna lo captó.

-Veo que estás interesado en mi marca, osito, ¿Quieres saber lo que significa?- la mujer de ondulados rizos castaño, alzó al niño sentándolo en la encimera; Sonrió al ver la expresión eufórica de Anthony.- está es mi marca del alma, la recibes cuando tú otra mitad muere - Anna pasó distraídamente su dedos por el dibujo de la catarina, recordando la sensación de ahogamiento, compartiendo el dolor de la muerte de Edwin, en esos momentos a su mente llegó la imagen del hombre junto con su nombre, al regresar del tormento se embarcó en la búsqueda de su alma gemela, esperando ser una de las afortunadas en portar una falsa alarma impresa en su piel. Pudo suspirar de alivio al encontrarse cara a cara con Jarvis; el hombre en sus últimos respiros vio su cara y nombre, empujando más rápido su reencuentro.

Tony inclinó la cabeza no logrando comprender del todo la situación, entendía que saber de la existencia de tu otra mitad debería ser motivo de alegría pero todo se eclipsaba en tristeza al saber que posiblemente estaría muerta; No sabía qué sentir y nunca lograría descifrar lo contradictorio de este misterio cósmico.

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Años después, con 20 años a sus espaldas Tony visita la tumba de Anna y Edwin Jarvis, están ubicadas una al lado de la otra. El castaño deja las flores, sentándose frente a las lápidas. Decidió visitarlos por lo abrumado que se estaba volviendo su vida, tanto que inició el pensamiento de apagar momentáneamente su vida en un ambiente controlado para conocer a su Alma gemela, la idea era peligrosa, sumamente impredecible, Anna estaría enfadada si lo hiciera.

Suspiro cerrando los ojos, abriéndolos al sentir algo caminar por su mano, fijándose que era una hermosa catarina roja, el viento soplo levantando al pequeño insecto en vuelo, por un momento le pareció escuchar la voz británica de Anna cantar esa canción alegre para levantar el ánimo de Tony cuando su padre era un total imbécil.

Se levantó de la hierba, mientras abandonaba el cementerio su cabeza estaba llena de algoritmos y ecuaciones, crearía dos IA's con los nombres de sus personas amadas.
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JARVIS y ANNA se complementaban a la perfección, el primero siendo una bola de códigos con exceso de sarcasmo y comentarios inteligentes. La segunda Dulzura sin precedentes,  comprensión y paciencia para tratar con los que interactuaba. Los dos compartían  la sobreprotección a su creador; aunque ANNA prácticamente reforzó esa actitud después de Afganistán y el incidente de Obadiah; Una madre gallina en toda palabra.

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No esperaba morir a los 35, ¡joder no! Puede que le gustará ponerse en peligro pero  jura por todos sus Bots que no buscaba desesperadamente quitarse la vida; sabía muy bien cuáles eran sus límites aunque a la gente le gustará decir lo contrario.

Estaba acostado en el hueco de la dona gigante, cuando SHIELD decidió acercarse con una falsa simpatía, estaba hablando con su director cuando la espía que recorría su empresa como un ratoncito decidió apuñalar una aguja con una "cura" en su cuello.

ANNA enseguida captó los cambios en su ritmo cardíaco, la IA tomo control del traje llevándolo al hospital más cercano, por otro lado JARVIS alarmó a la policía, aviso a la señorita Potts y el señor Rhodes por el intento de asesinato a Sir.

Tony falleció cuando los Doctores lo acostaron en una camilla, ahí fue cuando vio la cara de un hombre; pómulos afilados, cabello salpimentado, ojos con la cualidad de los Opalos, cambiando de color dependiendo de la luz, los labios acorazonados del varón se abrieron susurrando con una voz aterciopelado un nombre  "Stephen Vincent Strange" ¿Podía ser más perfecta su alma gemela?