Balthazar Blake

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Tony suspiró observando la carretera bañada en colores naranjas por el atardecer; suspiro agotado, estaba cansado de arreglar los problemas que dejaban a su paso los vengadores, últimamente ya no se sentía cómodo con ellos, especialmente desde que decidieron integrar a la bruja que manipuló su mente junto con la de Bruce.

El castaño estaba meditando en alejarse, dar un paso atrás, nunca fue un vengador, solamente un simple consultor. Ayudaría en lo que fuera necesario pero mantendría su distancia, establecería límites y no dejaría que su opinión se tomará a menos.

Un poco más alegré por su nueva resolución, Tony comenzó a tararear una canción, golpeando un dedo en el volante al ritmo de un sonido imaginario. Un escalofrío repentino lo sacudió al ver en el horizonte una enorme mancha negra elevarse, inclinándose sobre el vehículo como si quisiera engullirlo; Intento esquivarlo pero fue tarde, esa cosa se le aventó encima y todo se pinto se negro.

Escuchaba una voz masculino, por su timbre diría que la persona se encontraba excitada, abrió los ojos lentamente encontrándose con un techo de madera del cual colgaban un montón de atrapasueños.
Parpadeó desconcertado, giró la cabeza topándose a un hombre no muy lejos de él. Si no se equivocaba rondaría los 30, de cabello oscuro rizado, piel clara con muchas pecas esparcidas por el rostro, ojos miel, debajo del derecho tenía un lunar, por encima de los delgados labios otro.

-¡Oh por Dios No puedo creerlo, Anthony Stark está en mi habitación! Jamás pensé tenerlo tan cerca y joder que bueno está- el varón gesticulaba al aire, moviéndose por la habitación abarrotada de artefactos místicos, volvió a fijarse en la cama donde se encontraba su invitado, quien se encontraba despierto mirándole aturdido.

-¿que...?- el inventor no pudo completar sus palabras, porqué el tipo se le abalanzó encima, acunando su rostro con esos largos dedos, prácticamente dejó de respirar al tenerlo nariz con nariz.

-¿Estás bien verdad? Realmente lo lamento, el hechizo de invocación se salió de control y esa criatura no seguía mis órdenes, ¿Me perdonas? ¡Oh! Por cierto soy Balthazar Blake, gusto en conocerte- el hombre saltaba tanto de tema que era complicado seguirle el ritmo.

Tony simplemente asintió, sonriendo un poco por lo lunático que era Balthazar, le recordaba un poquito a él de jóven.

-se que quieres volver a tu maravilloso hogar, y juro por dios que esto no es un secuestro, pero necesito que te quedes unos días en mi cabaña, por seguridad, aún no he atrapado a la criatura y ella al parecer se obsesionó con tu energía- el hombre se apartó, gesticulando con las manos haciendo que varios libros flotarán de los estantes hasta apilarse a un lado de la cama donde descansaba el castaño.

Tony tembló al ver que Balthazar era otro usuario de magia, pero a diferencia de los que conocía este no expulsaba esa aura viciada de maldad, decidió proceder con cautela, nunca se sabía si lo estaban engañando.
Mientras que el otro estaba distraído, sacó su teléfono avisando a VIERNES de estar alerta e inventarse una excusa de su prolongada desaparición a los vengadores, por otro lado le contó brevemente a Pepper, Happy y Rhodey sobre la actual situación; Una vez terminado centró su atención en Balthazar

-entonces ... ¿Eres un mago? ¿Hechicero?- el castaño inclinó la cabeza en un gesto adorable que casi hizo morir de ternura al pelinegro.

-Joder soy lo que tú quieras bebé, ¡No, olvida eso! Soy un amigable hechicero- Balthazar se encontraba en racha con su coqueteo, sería muy estúpido perder la oportunidad de conquistar al Grandioso Ironman

Tony se mordió los labios ocultando la risa que quería brotar de ellos, definitivamente este hombre no era como los otros usuarios.

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