Capítulo ocho

14 0 0
                                    

Yun me tiene algo obsesionado, sus labios, su calor, su olor, todo en él me tiene completamente alucinado.  Chang por otro lado no me ha buscado,  su absurda idea de la fidelidad, me ha obligado a mantener mis manos lejos de él.  Si pudiera entender que no se trata de fidelidad, sino, de amor y disfrutar de todo lo que te regala, sin importar con cuantas personas lo sientas.

Cuando eres un inmortal como yo, comienzas a apreciar los momentos, porque los humanos son sólo eso, sus cortas vidas, son como segundos en el tiempo, y no nos podemos dar el lujo de perder el corazón por un segundo.  Pero Yun amenaza con convertirse en algo mucho más... que un simple segundo.

- ¿Cómo puedes mantener a un humano de ayudante? - me pregunta Chang mirando con recelo a Yori.
- Yori es un viejo amigo, uno que durante muchos años se ha encargado de administrar todos mis bienes, primero fue su bisabuelo, después su abuelo, su padre y finalmente él.  Es muy probable que su hijo tome su lugar después.
- Interesante forma de referirse a nuestro trabajo familiar- interviene Yori- sin mencionar que también arreglamos los accidentes que a veces dejan cadáveres.
- Sólo pequeñeces - le respondo, bajándole el perfil al tema. - Como sea Chang deberías agradecer que Yori esté aquí, te trae excelentes noticias.
- ¿De qué hablas? - nos mira verdaderamente intrigado.
- Pues resulta que este humano, tiene muchas influencias en el mundo, y ha encontrado el lugar de residencia de tu dulce Camile. - Sus ojos se abren enormemente, no sé si por la sorpresa o por el miedo.
- ¿Y qué esperas que haga con esa información? - me pregunta, le sonrío con malicia.
- Eres un vampiro hermoso, aprovecha eso a tú favor.  Ve a hacerle una visita amistosa, quiero que la seduzcas - la risa se escapa de mis labios al ver su rostro de incredulidad - vamos pequeño Chang, sé que eres perfectamente capaz de hacerlo.
- ¡Es una Sactuary! - me gritas - ¿Crees que es como cualquier humana a la que puedes engañar?
- Por supuesto que no, no seas ridículo, sé muy bien quién es ella.  Pero tiene cierta obsesión contigo, te ha perseguido, por lo que me has dicho, durante años, creo que no lo ha hecho por simple diversión.
- ¿Crees que yo le gusto? - la manera en que me lo pregunta, me hace pensar que no le desagrada tanto la idea de que Camile esté interesado en él.
- ¿Te gustaría que así fuera? - abre sus ojos y por segunda vez la risa se escapa de mis labios - Mi querido Chang, estas enamorado de tu perseguidora.
- ¡No! - te exaltas, y eso solo confirma mis sospechas, esto se está tornando muy interesante.
- Tranquilo - le sonrío - toma, ve a hacer lo que pido.  Yori te acompañará por si algo más ocurre.
- ¿Y tú, dónde irás?
- A ver a Yun, por supuesto - se da la media vuelta y se marcha más enojado de lo habitual.  Este niño, está haciendo que mi inmortalidad sea bastante divertida.

Chang

Odio que se haya dado cuenta, odio ser tan evidente, pero es que Camile se ha convertido en una mujer hermosa, inteligente, y realmente sexy.  La he visto crecer, como un diamante en bruto que ha sido insistentemente pulido, hasta que finalmente brilla con todo su esplendor.

Leo la dirección, si, he estado antes ahí, en noches en las que me imagino entre sus piernas, abiertas para mí, sin ningún reparo.  Pero solo es eso, imaginación, y la frustración ha sido más dolorosa de lo que nunca imaginé.

Yori conduce el auto en silencio, es un hombre de unos 38 años, atractivo sin duda, y noto su anillo matrimonial.  Además, Jae habló de un hijo como posible heredero del "negocio familiar".

- ¿Jae te paga bien? - me observas de reojo y tu vista se vuelve a fijar en el camino.
- Aunque es algo que no debería importante, debo decir que Jae es en extremo generoso - me responde con tranquilidad.
-Lo siento - digo - se que no es de mi incumbencia, solo quería entablar una conversación.
- Jae me dijo que eres como su medio hermano - me sorprende saber que me considera de esa manera, pero en cierto punto, es verdad, fuimos creados por el mismo padre.
- Se puede decir que lo somos.
- Jae es muy cuidadoso con aquellos que considera de su propiedad, cauteloso y porque no decirlo, muy posesivo, y me sorprendío  mucho cuando me habló de tí.  No siempre se muestra tan abierto a ayudar a alguno de su especie.
- Ayuda haber sido convertido por el mismo vampiro - respondo con ironía.
- Tal vez - dice encogiéndose de hombros - pero ten cuidado, no lo pongas en peligro innecesariamente, para mí él es muy valioso.  Aclarado ese punto, la ventana de la izquierda es la de Camile, ahora hay cambio de turno, así que no hay nadie vigilando.  Tengo el control de las cámaras - encendío su computadora portátil y pude ver el interior y exterior de toda la gran casa - tienes quince minutos, antes de que ella regrese.

Besos Con Sabor A Sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora