Tal vez, es mejor así [Hanma,Kisaki&Tú]

51.

NARRADOR

-¡Kisaki! -Koko entró a la oficina, habían otros de sus compañeros ahí- ustedes, fuera -mandó. Hanma obviamente fue el único que se quedó-. Qué diablos le hiciste.

-De qué estás habland—

-¡De ____! ¡La chica que me juraste que cuidarías y que ahora está desaparecida!

-Hajime, en serio, hoy no estoy para tus dramas -dijo Kisaki con lo último de paciencia que le quedaba-.

-¡¡Dramas?! ¡¿Mis dramas?! ¡¿La vida de esa chica no significa nada para ti?!

-Detente ahí, ¡no tienes puta idea de lo que significa para mi!

-¡¿Entonces por qué mierda dicen cuidarla y luego me entero de que lleva 2 días desaparecida?! Dime en qué sucios negocios la metiste

Los golpes no tardaron en llegar en esa oficina, todos se gritaban y maldecían al resto. Lo que mas irritaba a Kisaki eran las palabras de Koko, diciendo que sabía que ella estaba mejor lejos de ellos, que solo la dejó acercárseles porque ella insistió.

_____'s POV

Desperté de un salto, miré al rededor, seguía en la bodega, pero ahora no estaban las cajas. Escuché golpes y algo salpicar, levanté mi vista y vi a 3 hombres, uno de ellos en el suelo siendo golpeado y un tercero de pie. Dos de ellos con traje. Aún no habían notado que desperté.

-Entonces dime, ¿cómo mierda explico eso? -nadie respondió, los golpes seguían-. ¡Sanzu!

"Ese era... claro, ese era el nombre."

Otro golpe fuerte sonó, yo miraba el suelo y un pedazo de carne ensangrentado saltó hacia mi pie desnudo. Solo escuchaba una respiración agitada y con miedo levanté la mirada.

-Oh mira, hiciste una escena frente a la dama -mencionó el tipo de pie, tragué en seco y Sanzu se volteó hacia mí, lleno de sangre-.

-¡Pero si es nuestra mejor huésped! -Sanzu se apoyó en sus rodillas para verme- Ya es media noche, ¡es hora de celebrar nuestro tercer día juntos~!

"¿Qué? 3 días? No... está mintiendo. Se equivocó. No pueden ser 3 días..."

Estaba con mi mirada en el suelo, vi las piernas de Sanzu y lo siguiente que sentí fue un líquido caer sobre mi, vaciaba un jarrón en mi, no sé qué era pero hizo todas mis heridas arder como el infierno. Me tomó por sorpresa, no pude evitar gritar. Me movía aunque me hiciera más daño al hacerlo.