-"Alaia, Lexa, nos vamos mañana, espero que sepan hacerse cargo de los asuntos que les dejamos en sus manos, confiamos en ustedes."- dijo Nahem con un aire de superioridad.
-"No te preocupes Nahem, claro que lo haremos."- respondió Lexa.
-"Esperen, estuve pensando que antes de cometer cualquier delito preferimos quedarnos a cargo del negocio, con las ventas y demás...- dije acercándose a Noah- así que cualquier cosa aparte pídanle a sus matones."
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Luego de tomar un par de cervezas y comer pizza los cuatro se fueron a dormir.
Al otro día temprano en la mañana Nahem y Noah se fueron al aeropuerto hacía Suiza.
Lexa se despertó horas después por una llamada, le pidieron que vaya a un lugar a entregar un pedido, y luego, al cortar, escuchó el timbre de la casa. Extrañada bajó las escaleras y abrió la puerta encontrándose con un alto chico castaño de unos 19 años con ojos color cielo, al igual que Alaia.
-"Buenos días, ¿puedo ayudarte?"- preguntó Lexa confundida.
-"Buenos días, estoy buscando a Noah Minestrom, necesito ajustar cuentas, vengo de parte de un amigo."- dijo mirando hacía otro lado.
En ese momento bajó Alaia despeinada y de mal humor por las escaleras.
-"Al, atiende al chico, debo irme, adiós."- dijo y salió por la puerta principal dejando a su amiga en pijamas frente a un completo pero sensual extraño.
Alaia abrió los ojos y miró a aquel chico de arriba hacía abajo. Estaba vestido con unos jeans negros algo gastados, una camisa negra ajustada a su torso, que lo hacia ver malditamente sexy.
-"¿Conoces a Noah Minestrom?."-preguntó con una voz grave aquel chico.
-"Claro, estoy a cargo de su casa y todos sus trámites..."-dijo bajando las escaleras, oliendo su perfume perfectamente varonil.-"Tu eres el que debe viajar a Carolina del Norte verdad?"
-"Si, viajamos esta noche."-dijo mirándola fijamente.
-"A todo esto, ¿cual es tu nombre?." -preguntó con una batalla de miradas.
-"Nash para ti, nena."-dijo coquetamente.