Narra Alaia:
Me desperté por la voz de Shawn, al parecer estaba sentado al lado mío cantando algo.
-"Hey, buenos días."- le susurré refregándome los ojos y sentándome en la cama.
-"Alaia, ¡despertaste al fin!"- dijo emocionado. Reí. -"Son casi las dos de la tarde, Nash salió a comprar algo de comida, no tiene idea de que dormiste aquí, sé que eso no le agradaría..."- dijo finalmente.
-"Tranquilo Shawn, no tiene porqué enojarse, no somos nada"- dije sonriendole ampliamente.
Me levanté de la cama y salí de la habitación a preparar la mesa, Shawn me acompañó mientras reíamos por un tonto chiste que me había contado.
Cuándo quise agarrar los vasos, mi altura falló y llegó Shawn por detrás y me los alcanzó, fue todo como una escena de alguna especie de novela y al darnos cuenta reímos tontamente.
En ese momento entró Nash por la puerta sonriente y con tres bolsas de Mc Donalds, estaba atractivo, con una camisa a cuadros, jeans ajustados algo gastados y su pelo peinado para atrás muy prolijamente, sensual. En ese momento se me vino Lexa a la cabeza, ¿en dónde estaría metida esa zorra? Raro de ella no haberme mandado algún mensaje, o aunque sea llamado para avisar que no llegaría a casa, estaba preocupada.
-"Nash, ¿has oído llegar a Lexa esta mañana?"- dije acercándome a él.
-"No nena, creo que está con mi hermano, se fueron a algún lado, me llamó esta mañana, hacen linda pareja"- dijo riendo mientras le di un fuerte codazo y gimió. Maldita perra, si que era rápida.
-"Oh."- musité- "No creo que hayan tenido sexo, son niños, me quedo tranquila con eso"- dije revoleando los ojos.
Luego de terminar de organizar la mesa nos sentamos a comer mientras los chicos jugaban un videojuego con unas Nintendo DS, que enviciados estaban, no sé como podían comer y concentrarse, solo reí por la situación de aquellos dos.
Cuándo al fin terminaron, me tocó lavar los platos y levantar la mesa mientras ellos se iban hacia sus respectivas habitaciones dejándome sola con mis pensamientos.
Unos minutos después, cuándo estaba terminando con el último plato, entró Lexa por la puerta junto al hermano de Nash, ni siquiera me notaron, sólo se fueron hacia otra habitación, al parecer no habían dormido en toda la noche, se les notaba en la cara.
Exahusta, toqué la puerta de la habitación de Shawn y lo vi acostado en su cama y me tiré a su lado.
-"Supe que eras tú, por eso no me di vuelta a mirarte mientras entrabas"- dijo dándose vuelta mientras yo me tapaba con las sabanas, calentando mis pies con sus piernas. El podría ser mi mejor amigo, lo sentía, lo que acaba de decir es verdaderamente importante y hermoso.
-"¿Ya conoces mi olor?"- dije riendo.
-"Algo así, tienes un olor a frutilla y limón que se puede reconocer en cualquier lado rubia"-dijo cerrando sus ojos.
-"Pues, gracias, tu olor a almendras y tilo quedó impregnado en mi ropa"- musité mientras jugaba con su cara, estirándola.
Entonces pensé en Nash, ¿que estaría haciendo? Él era increíble, creo que sería un novio perfecto, el problema es que todavía no estoy preparada para volver a tener otra relación, no ahora, pero siento que no puedo amar a nadie, que en este momento, solo necesito que me amen, yo no puedo hacerlo, necesito a alguien que repare mis partes rotas y que me ofrezca su corazón para cuidarlo. Necesito ese alguien que llame a las 2am y me diga que viene por mí para ir al bosque por una caminata, ir de picnic y terminar haciendo el ridículo en alguna parte, alguien con quién pueda compartir mis sentimientos sin tener que evitar ciertos temas, y una persona con la que el silencio no sea incómodo, solo melodioso, dónde no se necesiten palabras para llenar ningún vacío, solo el amor del uno al otro. No sabía si ese alguien existía.
Abracé a Shawn, por lo menos tenía a ese chico que sí me entendía, el era muy bueno y gracioso, además tenía increíbles talentos, le pediría que me enseñe a tocar la guitarra, no estaría demás...
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Narra Lexa:Hayes y yo nos separamos y nos arreglamos la ropa rápidamente, la señora que nos había gritado se había ido, seguro con un gran trauma de ver a dos adolescentes casi teniendo relaciones en una banca en medio de un parque abandonado.
Luego de eso, Hayes y yo nos quedamos en un profundo silencio, ninguno se atrevía a hablar por miedo a lo que dijera el otro, luego de un tiempo él habló.-"Em, oye, ¿quieres ir a caminar? Digo, mi hermano y tu amiga deben estar haciendo cosas en casa.." -rascando su nuca.
-"Claro, me encantaría" -le respondí algo nerviosa, ¿que digo nerviosa? ¡Estaba que temblaba!
Caminamos unas cuantas calles y de pronto se empezó a escuchar ruidos de olas.
-"Hayes, ¿que hay más adelante?" -pregunté.
-"Una playa, casi nunca van las personas, pero es preciosa, ¿quieres ir?"-me dijo.
-"Claro, ¿podemos?"-.
-"Claro, vamos"-dijo sonriéndome.
Era de madrugada, yo diría que las 3 o 4de la mañana, y yo estaba ahí con él, en la playa, acostados en la arena, mirando las estrellas, me sentía como en una novela. Empecé a tiritar, a esas horas empezaba a hacer bastante frío, y yo solo había salidos con mi blusa sin mangas, un short corto de jean, y obviamente, mis preciadas Vans, Hayes me vio así y dijo.
-"Oye, tienes frío, quieres mi chaqueta?"-.
-"No, estoy bien, además, si me la das, te dará frío a ti"-le dije.
-"Am, okay"-dijo no muy convencido.
A pesar de haberle dicho que no, cada vez tiritaba más, al parecer Hayes se dio cuenta y me abrazó.
-"Hayes, ¿que haces?"-le pregunté.
-"Tienes frío, pero como no quieres mi chaqueta por que según tú, 'me dará a mí' te abrazo, así ninguno tiene frío"-me dijo sonriendome a pocos centímetros de mi cara.
-"Gracias, eres muy tierno"-dije acariciando su mejilla y devolviéndole la sonrisa.
-"No hay de que"-respondió.
Nos quedamos mirándonos un momento, pero yo aparté la miraba y me puse a ver el mar, estaba precioso, algo que me llamó la atención fue que ya estaba medio amaneciendo, el sol estaba por salir en cualquier momento, ¿estuve con Hayes toda la noche?
-"Mira, está precioso el mar, ¿no crees?.-dijo Hayes.
-"Claro, es muy hermoso"-dije sonriendole.
Estuvimos abrazados por un tiempo más, y nos acostamos de nuevo en la arena, me sentía tan cómoda allí con él, se me empezaron a cerrar los ojos y quedé dormida..
Desperté y me di cuenta de que seguía en aquella playa, pero Hayes no estaba a mi lado, estaba tapada con su chaqueta. Lo busqué con la mirada y lo ubiqué hablando por teléfono, me quedé sentada admirándolo por un rato, cuando terminó de hablar se volteó y me vió y dijo.
-"¿Disfrutando la vista, preciosa?"-.
-"Claro que si, precioso"-le respondí sonrojada.
Él solo río y me di cuenta de algo, ¡No había ido a casa, ni le había enviado un mensaje a Laia! Seguro me mataría al llegar a casa.
-"¡Hayes, No le he avisado a Laia que no llegaría a casa, ni que estaría contigo!"-dije preocupada.
-"Tranquila bonita, ya he llamado a Nash diciéndole que estabas conmigo"-dijo tratando de tranquilizarme.
-"No ha malpensado eso ¿o si?-pregunté.
-"Tranquila, ya le he explicado todo"-respondió riendo.
-"¡Gracias! Oye, Hayes, me podrías llevar a casa?"-le pregunté.
-"Claro linda, vámonos"-dijo agarrando mi mano y entrelazandola con la suya.
Caminamos hasta casa con las manos entrelazadas, yo llevaba su chaqueta. Llegamos a casa y fuimos a mi habitación a dormir un poco más.