Capítulo 12: Just Desserts

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La población escolar estaba reunida en el Gran Comedor para cenar y el director estaba enfrascado en una conversación con la profesora McGonagall cuando se detuvo lo suficiente para llevarse una gota de limón a la boca. Justo cuando empezaba a responder a su pregunta, Albus estalló y se convirtió en un loro. El pájaro de colores brillantes miró a su alrededor con lo que parecía ser un asombro mientras una quietud antinatural caía sobre la sala. Unos ojos curiosos observaron cómo el loro graznaba y agitaba sus plumas. Minerva jadeó al mirar a su colega y amante de muchos años. Se oyeron suaves risitas por todo el vestíbulo, mientras los alumnos intentaban, sin éxito, contener su diversión ante la situación del director. Poppy se llevó la servilleta a la cara para ocultar su evidente risa. En lo que respecta a la medibruja, ya era hora de que el viejo manipulador recibiera su merecido. Una expresiva ceja alzada fue el único indicio de que el maestro de pociones había notado siquiera el espectacular cambio de aspecto de su empleador. En la mesa de Gryffindor, Harry y sus amigos abandonaron la batalla por contener la risa y pronto el resto de los reunidos siguieron su ejemplo. Incluso Minerva permitió que una pequeña risa pasara por sus labios apretados. Sólo Severus Snape consiguió mantener el control y dirigió un ceño fruncido sobre las cabezas de los estudiantes.

El loro, confundido, agitó las alas hasta que la subdirectora decidió tomar cartas en el asunto. De pie, recogió al confuso pájaro y anunció escuetamente que los alumnos volvieran inmediatamente a sus salas comunes. La severa mujer salió entonces de la sala con el desafortunado director.

Los alumnos sabían que no debían desobedecer a la bruja y rápidamente desalojaron la sala. Harry se despidió de sus amigos y se volvió para bajar a las mazmorras y a los aposentos de su compañero.

Entrando silenciosamente en la acogedora sala de estar, Harry sonrió a su compañero. -Un loro, ¿eh?- Cruzando la habitación para abrazar a su amante, Harry dijo -¿Cuánto tiempo crees que pasará antes de que vuelva a ser él mismo?-.

Severus sonrió antes de responder -La poción debería desaparecer en una hora. Tal vez el viejo tonto entrometido aprenda a no reírse a costa de los demás-. Enarcando una ceja al joven Gryffindor, Severus respondió -Esa poción fue una de mis ideas más inspiradas. Pero ahora tengo otra-. Y así, el maestro de pociones capturó con los suyos los tentadores labios de su compañero de vida. Pronto la pareja se olvidó de los viejos directores entrometidos y de los planes de venganza, y en su lugar concentraron toda su energía en su amor.

~El Fin~

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