Capítulo 7: Una Tarde Ocupada

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Severus caminaba por los pasillos del colegio dirigiéndose hacia la enfermería donde Poppy lo esperaba para recibir el suministro de pociones para la enfermería  como todos los años. Entró en la sala y vio que la bruja lo esperaba le entregó sus productos y salió rápidamente dirigiéndose hacia sus habitaciónes privadas donde había dejado a Harry en su corralito solo por unos momentos mientras bajaba a hacer su entrega. Entró y encontró a su hijo dormido  dentro del corralito como lo había dejado y a su lado akima que lo estaba cuidado mientras se iba, le dio una caricia a la perra y vio como su bebé se iba despertando y lo miraba con sus grandes ojos verdes que pronto se llenaron de lágrimas, lo tomó en brazos meciendolo suavemente, desde que se había transformado en bebé las pesadillas habían aparecido casi al instante y siempre era la misma:su madre siendo asesinada por Voldemort, recuerdos que su mente adulta no podía recordar pero que al estar ahora en forma de bebé volvieron a surgir esos recuerdos que generalmente se manifestaban en sueños. Se sentó en el sillón y coloco a su hijo sobre su pecho de modo que pudiera escuchar su corazón  latir haciendo que el niño se tranquilizara lentamente, luego de diez minutos Harry levantó la cabeza del hombro de su padre

— misma pesadilla? — preguntó Snape suavemente

Harry asintió miserablemente

—no te preocupes. Recuerda siempre que tu madre está bien en donde sea que esté—le recordó el pocionista

Harry asintió y volvió a colocar su cabeza sobre el hombro de su padre, siempre se le dificultaba poder tranquilizarse luego de aquel "sueño" tan horrible. Snape llevó a su hijo a la cocina y le dio un Puré de zapallo pisado que el bebé tampoco le gustó mucho pero comió porque tenía hambre. Luego de que su hijo almorzara lo volvió a dejar en el corralito con varios juguetes, el bebé lo miró confundido

— tengo algunas pociones que preparar — aviso Snape— quedate aquí y no salga de aquí

Y dicho esto se fue, no quería dejar a su hijo ahí solo para que se divirtiera solo pero esa poción era muy importante y debía terminarla ya que hacía varias semanas que la había empezado. Harry lo miró irse entre furioso y triste, quería estar con su padre! Y sin embargo el lo dejaba solo. Miró los peluches que tenía a su alrededor había de perro, gato, lobo y... Oh! Sus ojos se llenaron de lagrimas al recordar a su vieja amiga blanca como la nieve, ella había muerto hace un año y medio atrás cuando había defendido a su dueño de un Mortifago que había querido atacarlo en el pueblo de Hogsmeade, ella había aparecido de la nada y se había lanzado hacia el atacante clavando sus garras en el rostro de aquel hombre y cuando se elevó sobre el cielo para volver a atacar el Mortifago había sacado su varita y había lanzado la maldición asesina acabando con la vida de Hedwig en un instante y todo en una milésima de segundo. Esa semana después de la muerte  de su amiga fue muy dura especialmente ver como sus compañeros enviaban o recibían mensajes de sus búhos o como éstos pasaban tiempo con sus dueños. Su padre había hablado con él al respecto pero no había hecho que se sintiera mejor, Hedwig era muy especial para el ya que fue su primer mejor amiga que tuvo desde que supo que era mago y su contacto con el mundo mágico cuando estaba encerrado en los Dursley. Volvió a la realidad y se largo a llorar, realmente la extrañaba mucho y no había querido reemplazarla comprando otro búho ya que aunque hubiera comprado otro no iba a ser lo mismo que con ella. Snape apareció por el pasillo y tomó en brazos a su hijo, Harry noto que estaba de mal humor por la mirada que le dio

— que te dije Harry Severus Snape? — regaño Snape—  tengo una poción muy importante que terminar!!—

Harry lo miró ofendido, al parecer su padre le importaba más una maldita poción que su propio hijo. Harry se aferro a la túnica y no lo soltó, pero Snape lo obligó a hacerlo y volvió a dejarlo sobre el corralito y con una última mirada de advertencia volvió sus pasos hacia su laboratorio privado para terminar lo que había empezado. Harry por otro lado sólo se acostó y observó al peluche de Hedwig que su abuelo le había dado la primera vez que se había transformado en bebé, estiró su manito y abrazo a "Hedwig" sintiéndose un poco mejor, pocos minutos después Harry se quedó dormido aún con rastros de lágrimas en los ojos y abrazado al peluche.

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