2. Algodón de Azucar

124 11 1
                                    

Día escrito por Hikari.

.

Una joven bicolor corría rápidamente hacia su salón de clases mientras se quejaba de su suerte.

Su despertador, por alguna maldita razón, no había sonado esa mañana, y su padre tuvo que irse al trabajo más temprano de lo habitual, por lo que nadie la despertó.
Incluso Tikki se había quedado dormida, aunque no la culpaba, culpaba al maldito de Hawk Moth por akumatizar a alguna pobre persona ¡A las 3 de la maña!

¡¿Es que acaso ese hombre no sabía lo que era dormir, o qué carajos?!
¿Él no tenía una vida propia o un trabajo donde tuviera que levantarse temprano?

Solo esperaba que sus compañeros de equipo no tuvieran una mala mañana como ella.

Un suspiro escapó de sus labios, este iba a ser un largo día. Para colmo, su cabello había decidido que hoy era un buen día para ser más rebelde de lo normal, por lo que lucía aún más revuelto y esponjoso de lo habitual. Casi podía jurar que lucía como la melea de un león y ni siquiera pudo tratar de arreglarlo, por que en verdad se le estaba haciendo tarde.
Solo esperaba que la suerte de tikki la ayudara a que Nikaido-sensei estuviera lo suficientemente distraído como para no notar su retraso.

Para suerte de la oji-café, llegó justamente cuando el profesor había salido por unas copias faltantes para la clase, por lo que rápidamente entro al aula para dirigirse a su asiento.

—Pensé que no llegaría —suspiró, sentándose en su lugar junto al albino menor, quien la miró sorprendido —hoy ha sido una mañana horrible —murmuró, dejando caer su cabeza contra su escritorio.

— ¿Te sientes bien, Hikari? —preguntó, preocupado, Ryou al ver a su amiga llegando de esa forma.

— ¿Qué te pasó, enana? ¿Te topaste con un tornado de camino hacia aquí? —preguntó burlón el albino mayor, mirando el cabello de la chica.

—Ja, ja. Muy gracioso, Bakura —dijo sarcástica mientras un pequeño bostezo escapaba de sus labios para después levantar su cabeza, para mirar a sus amigos —es solo que no pude dormir muy bien y me quedé dormida, vine corriendo para llegar. Incluso dejé mis audífonos en casa por la prisa —suspiró antes de tomar un mechón de su pelo — ¿se ve tan mal? —miró a su compañero de asiento apenada.

—No es eso, Hikari. Solo luce diferente, pero está bien —respondió amable el chico — ¿No es así, Atem? —volteó su cabeza hacia el tricolor, el cual había permanecido en silencio desde que vio a la bicolor, pero antes de que el ojirubí respondiera, el profesor llegó.

El ojirubi reaccionó con un ligero sonrojo ante la pregunta de su amigo, un tanto aliviado por el regreso del profesor, ya que gracias a eso, nadie notó que había estado más embobado en la bicolor que en la plática ¡Pero no podían culparlo! Hikari lucía adorable con el cabello de esa forma, por alguna razón lo hacía pensar en un algodón de azúcar. Un dulce y esponjoso algodón de azúcar. Aunque le preocupaba un poco lo cansada que lucía la bicolor, y él mismo no estaba mejor.
Anoche habían tenido un ataque akuma, exactamente a las tres de la mañana.
¿Qué tan desesperado debía estar el viejo mariposón como para enviar un akuma a esa hora?

Por suerte, su hermana había decidido hacer café esa mañana. Gracias a eso había podido despertarse.
Se preguntaba si su Lady también había podido despertase sin problemas esa mañana.

Aprovechando que el profesor estaba escribiendo algunas cosas en la pizarra, decidió pasarle una nota a su amiga bicolor.

"¿Segura que estas bien?"

"Descuida solo tengo un poco de sueño ¿crees que Nikaidou-sensei note si duermo una siesta? n.nu"

Una sonrisa leve apareció en sus labios antes de escribir su respuesta.

"Te despertaré si mira hacia aquí ;)"

"Mejor no arriesgarnos a un regaño n.nu pero gracias"
La nota tenía un pequeño dibujo de una bicolor chibi, dormida, con 'zzz' saliendo de su cabeza, lo cual le pareció tan tierno al mayor que no pudo evitar soltar una risilla que apeno a la oji-café.

.

La clase continuó con normalidad el resto del día, excepto para un tricolor que observaba con cariño a una bicolor medio somnolienta, tratando de no ceder a su impulso de estirar la mano y tocar los esponjados rizos bicolores, aun más porque podía sentir la mirada burlona de su compañero de mesa y no planeaba darle a Bakura algo con que molestarlo por meses.
Suficiente tenía desde que el albino y su hermano notaron sus sentimientos por la bicolor, por suerte no habían notado los que tenía también por cierta heroína de rojo, o lo molestarían por años.

Las clases estaban a unas horas de acabar cuando sonó una alarma, alertando de un ataque akuma. Fue una señal para ambos adolescentes, de que era hora de esconderse para transformarse.

— ¡Tikki, transfomemoi!

— ¡Pollenm transformemoi!

.

Lady Aakai se columpiaba en con ayuda de su yoyo por los edificios cuando fue alcanzada por su compañero tricolor.

—My Lady, luces más dulces que la miel el día de hoy —halagó el héroe de amarillo, al ver que su compañera, en lugar de su usual cabello suelto, lucía una linda coleta alta, de la cual salían varios mechones desordenados, casi como si lo hubiera hecho con prisa — ¿Acaso es una ocasión especial?

—Mi cabello parece no querer cooperar conmigo hoy, por lo que tuve que atarlo de rápido o me estorbaría para pelear —confesó ella. Por suerte había podido encontrar una cinta para atarlo después de transformarse —pero no hay tiempo para hablar de mi cabello King, tenemos que alcanzar a Foxy y a Lynx —lo apresuró.

—A la orden, mi reina —guiñó un ojo, coqueto, antes de seguirla hacia donde ya se veían las siluetas de sus compañeros, peleando contra un akuma y su sentimonstruo.

Por suerte, acabaron rápidamente con la situación, por lo que pudieron volver a la escuela antes de que terminara el horario de clase.

.

Mientras todos se despedían, el tricolor se acercó a la bicolor, la cual seguía molesta por su día, para hacer lo mismo.

—Nos vemos mañana, Hikari —se despidió, sonriendo amable.

—Hasta mañana, Atem —ella le regresó, con una pequeña sonrisa, lista para ir a casa y dormir de una buena vez, pero antes de poder dar la vuelta, el tricolor la interrumpió.

—Por cierto, lo de esta mañana... —exclamó, levemente avergonzado.

— ¿Esta mañana? —lo miró confundida, ladeando ligeramente su rostro, lo cual le pareció de lo más adorable al chico.

—La pregunta de Ryou.

—Oh, eso. Descuida, yo sé que mi cabello luce como la melena de un león —exclamó apenada.

—No es así, Hikari. Yo creo que se ve bien —respondió, sorprendiendo a la oji-café —luce como un algodón de azúcar, es lindo —exclamó, antes de darse la vuelta para alcanzar al par de hermanos albinos, los cuales lo esperaban, dejando a la bicolor totalmente sonrojada.

—Tikki ¿Estoy soñando o Atem me dijo que mi cabello luce lindo como un algodón de azúcar? —murmuró, sorprendida y muy sonrojada, provocando la risita de su kwami.

Bueno... Tal vez su suerte el día de hoy no fue tan mala.

Fictober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora