12. Noche de fiesta

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Este OS fue escrito por Rose y pertenece a su fic "La esencia de: el amor, el pasado, la magia y el tiempo" 

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Mahad jamás había sido alguien fanático de las fiestas, al menos no las que organizaban los jóvenes de su edad. Nunca fue de su agrado el beber hasta perderse, tampoco el consumir y expulsar humo como si fueran olla exprés y ni se diga de las cosas que "le hacían volar" o "sentir genial" siempre se le consideró un joven muy maduro para su edad, alguien recto y responsable, un buen ejemplo a seguir. Claro que, a pesar de ello, a veces aceptaba salir con amigos a esa clase de fiestas, normalmente iba por compromiso y solo un pequeño rato.

Nunca le gustaron estas fiestas y menos si eran fuera de los regímenes establecidos para personas como ellos, no le gustaba mucho ir a la dimensión no mágica, no entendía como era que muchos jóvenes preferían irse de fiesta de ese lado, decían que era más divertido, no sabía bien el porqué, él no le miraba realmente la diferencia, aparte del hecho de no poder usar magia libremente claro está, pero allí estaba, con un trago de licor en sus manos, mirando a sus amigos reírse y disfrutar del ambiente, la música no estaba mal, estaría mejor si tuviera un volumen más bajo, no era fanático de esa música, pero no era como que no pudiera tolerarla.

Realmente Mahad había aceptado ir solo porque en verdad quería distraerse, ya que hacía pocas horas había discutido con su novia y en verdad que estaba molesto, no entendía que tenía Vivian últimamente que estaba insoportable o quizás era el que últimamente no tenía cabeza para tolerar dos o tres cosas de ella, no lo sabía y una parte de su mente no quería descubrirlo. Por más que le daba vueltas al asunto no llegaba a nada y solo le provocaba un dolor de cabeza que no quería tener, se tomó el contenido de su vaso, para después levantarse a ir a la barra por otro, sinceramente era de las pocas veces que un poco de licor le caía tan bien.

—... Ellas no son las misma'... Una está segura de sí misma, la otra es una estrella sin carisma... La nueva se enchisma, por sus celos ya me lo confirma... —escuchó a un chico a su lado cantar mientras tomaba unas botellas que el barman le daba.

—Quisieras que fueran celos —le grito otra voz con diversión, Mahad rápidamente volteo debido a que era voz femenina la conocía muy bien.

—En el fondo me amas hermosa —opinó el chico alejado de la barra hacia la chica que estaba a unos pasos suyos, esta volvió a reír tomando una de las botellas.

—Sobre todo —alardeó entre risas, Mahad la vio y vaya que no se equivocó.

— ¿Mana? —cuestionó sorprendido, pero debido al ruido y a que ella ya se había dado la vuelta no le escuchó.

El castaño buscó a su amiga entre la gente y después de un rato la encontró bailando con un grupo de personas mientras sostenía un vaso en su mano derecha, la verdad es que estaba completamente sorprendido, esa no era la Mana que el miraba en la escuela, no era la chica linda e infantil, la joven inocente que él debía proteger y cuidar, ahora... Esa no era Mana, al menos no la chica que el conocía desde niña.

Cabellos rizados, ropa ceñida a su cuerpo, zapatos altos y maquillaje en su rostro, además de beber de un vaso que estaba 100% seguro era alcohol, aunque primero que nada ¿Qué hacía Mana en ese lugar? ¿Si quiera podía entrar a esos lugares? Su amiga castaña se movía con soltura al ritmo de la música, saltaba y reía, parecía que ese era su ambiente y eso a Mahad no le gustó. Mana era linda y dulce, no tenía por qué estar en ese lugar y menos bebiendo, pero lo que hizo que se acercara y la apartara de todos fue verla consumir otra cosa.

— ¡Oye! —se quejó al ser casi arrastrada a una zona con menor ruido — ¿Pero que carajos te pasa...? ¿Mahad?

— ¿A mí? ¡Que te pasa a ti! —le riñó seriamente sin soltarla del brazo.

—Pero... ¿Tu qué haces aquí? —preguntó Mana, completamente sorprendida.

—Creo que esa es mi pregunta —le respondió Mahad soltando su brazo — ¿Por qué estás aquí?

— ¿No lo ves? Para pasarla bien —dijo la morena con una sonrisa divertida, Mahad lo noto, ella tenía ya alcohol en su sistema.

—Ni siquiera estas en edad de beber.

—Eso no te importa, ya estoy grande y hago mi vida.

—Seguro tus padres no saben de esto —aseguró el castaño, más serio, la joven solo rió y se alzó de hombros.

—Sabes que no, mis padres jamás me dejarían venir a la dimensión no mágica —dijo ella antes de acomodar su cabello ligeramente —pero no me importa y espero que no vayas de chismoso.

—Debería decirles.

—No eres nadie Mahad, nadie... —dijo Mana ahora enojada, pero después comenzó a reírse —La verdad me da lo mismo.

— ¡Ni siquiera puedes tomarte esto en serio! —le regaño Mahad, ya enojado.

—Me vale, me vale... No hago nada malo.

—Te vi consumir esa cosa, Mana —contradijo el mayor, aunque ahora estaba preocupado.

—No sé a qué viene el sermón —le dijo Mana, cruzándose de brazos —Tiene mucho que dejé de importarte realmente.

—Me importas.

— ¡Por favor! Salgo de fiesta cada fin semana, hago lo que quiera y ni siquiera lo habías notado —le reclamó la menor —Lo vez ahora porque, por algún motivo, estas aquí.

—Mana, hemos estado juntos desde pequeños, te vi crecer, eres como una hermana para mí, me preocupas mucho ¿no vez que esto puede destruirte?

— ¡Lo veo! ¡Y no me importa! —gritó mientras lo empujaba —No me importa, que me destruya, que acaba conmigo. Al final que ya estoy harta de todo, Mahad, de todo... De ti, de ella, de ellos, de esto... de toda esta basura que ha sido mi corazón... Te juro que si pudiera arrancármelo, lo haría.

— ¿Quién te ha hecho tanto daño? —preguntó mientras la tomaba de los hombros con suavidad, no entendía como era que su pequeña Mana había estado sufriendo y él no se había dado cuenta, que su preciosa y dulce flor estaba destruyéndose lentamente.

—Lo sabes, pero no lo aceptas —respondió antes de empujarlo —Y ya me cansé de gritártelo a la cara, así que hazme el favor de alejarte de mi vida —agregó antes de regresar a la fiesta.

Mahad se quedó de pie, mirando por donde se fue la castaña, no sabía qué pasaba realmente, pero algo tenía que hacer, Mana no podía hacerse ese daño, él tenía que hacer algo... En verdad que en ese momento una parte dentro de sí se lamentaba el haber aceptado ir a ese lugar, pero otra parte de igual forma sabía que había sido lo mejor el aceptar esa noche de fiesta, que seguro no iba a terminar nada bien.

Fictober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora