Fictober 2021

25. Esencia

AU omegaverse. Escrito por Rose
Puzzle, KaiShin, Egypking, Akeny mencionados

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En esta sociedad que se define en tres castas principales, Alfas, Betas y Omegas...

Atem y Yami, desde que su hermana mayor se presentó como una omega, supieron que debían protegerla y cuidarla. De todo y todos, incluso de sus propios padres, su hermana era una bella joven de piel trigueña, con ojos café brillantes y dulces, además de un precioso cabello negro, largo y suave.
Dany, su querida hermana, era hermosa y delicada como una flor, la flor más hermosa que los gemelos podrían tener, ella era todo para ellos, así como sabían que era reciproco, porque ella también los adoraba con todo su corazón. Así, cuando se presentaron como alfas no duraron ni un segundo en que ellos la protegerían, serian bueno alfas, no serían como su padre, que no era malo, pero cuando quiso usar a su hermana para un negocio, cuando le busco otra "utilidad" a su hija omega, aparte de criar a sus hermanos... sí, quizás su padre no quiso decirlo así, pero ellos lo sabían, su padre no miraba gran futuro en Dany, solo por ser una omega.

Y ellos sabían que la esencia de su hermana era más que solo cuidar y criar cachorros, ella merecía vivir, soñar, enamorarse de alguien, encontrar a su destinado, a un alfa que la hiciera más feliz, que también pudiera protegerla y cuidarla, y claro que la respetara.

Fue un gran golpe cuando su padre se atrevió a entregársela a la familia que eran de uno de sus mejores socios, la familia Kaiba,

...

Dany siempre fue dulce y amable, soñadora y alegre, con esperanzas, con planes en su vida, pero primero debía proteger a sus hermanos. Hasta que su casta estuviera definida y ella estuviera segura de que podrían resolver problemas por su cuenta, ella como omega, desarrolló el instinto materno que su madre, una beta, no desarrollo por ellos.
No la odiaba, era su madre y se preocupaba por ellos de alguna forma, pero no entendía como ella no podía amar a ese par de tricolores que eran un encanto, tan dulces y adorables, ella los adoraba, eran sus hermanos menores y los cuidaría.

El único temor fue que alguno saliera omega, y no por ella, si no por sus padres. Sabía que su padre no tomaría a bien el hecho de que uno de sus hijos varones fuera un omega.
Dany sabía que su papa sí la quería, pero que él hubiera sido más feliz si ella fuera un alfa o de perdido una beta, pero no, fue una omega y, aunque su casta no le había generado problemas jamás, sabía que muchos la subestimaban por eso; así que cuando sus hermanos se presentaron como alfas, estuvo feliz, quizás la vida fuera mejor para ellos, pero también se preocupaba, ya que sus padres les exigirían mucho debido a su casta...

Pero algo se apagó dentro de ella cuando su padre, sin pedirle opinión, la entregó a la familia de uno de sus socios.
Sin voz ni voto, fue entregada a la familia Kaiba.

Por suerte no le fue tan mal, el alfa al que "fue entregada" en realidad era un buen chico.
Seto Kaiba era un buen hombre, aunque al principio fue aterrador, la esencia que dejaban ver los alfas era fría, seria y muy despectiva. Conocerlo bien fue diferente.

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Cuando ingreso a la mansión Kaiba, tuvo mucho miedo, desde que se subió a la costosa y extravagante limosina, pero no le daría el gusto a ese señor, de nombre Gozaburo Kaiba, de darle el placer de verla débil, no. Quizás fuese una omega, pero no le daría el placer a ese alfa de verla como él quería. Su orgullo era más grande.
Al entrar vio guardias, mayordomos y sirvientas, esperaba que en verdad no fuera tan mala su estadía en ese lugar, que era como una jaula de oro.

—Te presento a mi hijo, Seto Kaiba —dijo el alfa mayor. Ella lo miró, por el aroma supo rápidamente que era otro alfa, de gran altura, cabellos castaños oscuros y unos ojos azules muy fríos y serios, su libo interior se sintió aún más imitado por ese joven que por el hombre adulto a sus espaldas —Ella es la hija de mi socio, tu nueva adquisición —anunció, empujándola sin nada de delicadeza hacia él. Reprimió un chillido de terror cuando ese hombre la tocó.