Fictober 2021

13. Solo a un anillo

Este día está escrito por Hikari

~∆~

Un anillo.

Así fue como inicio su relación.

Con solo un anillo.

Sería una mentira decir que todo inició como si fuera un camino de rosas, porque Bakura sabía que eso no fue así.

Su relación no fue como la del faraoncete y su enano, donde confiaron inmediatamente el uno en el otro. No. Él controlo a su yadonushi, lo utilizó para lograr su objetivo, aun si Ryou no deseaba hacerlo.

Su oscuridad envolvió y casi desapareció a su preciosa luz.

Aunque, si era sincero, en algunas ocasiones, su relación no fue tan mala.
Incluso llegó a defender a su luz de los matones, y hacerle compañía cuando no tenía ningún amigo. Incluso llegó a molestar al albino de vez en cuando, solo para ver qué reacciones interesantes le mostraría.

Y así fue, hasta que aceptó finalmente, que ese sentimiento que tenía hacia su yadonushi... era amor.

Fue gracias a la amabilidad y dulzura de Ryou, que él finalmente decidió dejar todo su odio atrás e intentar cambiar.

Había sido difícil, pero por Ryou...por Ryou era capaz de hacer cualquier cosa.

Aunque, si era sincero, aun no sabía cómo es que Ryou lo había perdonado tan fácil después de todo lo que hizo.
Él mismo aún se odiaba por todo el daño que le causó.

No merecía el hermoso corazón de su otra mitad pero, aun así, era tan codicioso como para desear que fuese solamente suyo, por toda la eternidad, y se esforzaba por ser digno de eso.

Inconscientemente, tocó la caja en su bolsillo, mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios.

Hoy al fin, después de años juntos, le pediría a Ryou que fuera suyo para toda su vida.
No es que no lo fuera ya, pero quería hacer esto. Quería crear un hermoso recuerdo para su dulce yadonushi.

Había estado preparándose por semanas para esto.

Todos lo habían ayudado a preparar todo:
Desde el lugar, la reservación de todo un restaurante al que Ryou había estado deseando ir -cortesía de Seto Kaiba y su futura esposa Rose-
El distraer a Ryou durante toda la semana mientras preparaba todo -lo cual había sido trabajo de las otras dos luces, de su cuñada Dany, Hikari y de Rose.
Akefia, el demente de Marick, y los gemelos cabeza de puerco espín, lo habían acompañado a buscar el anillo perfecto para su luz, el cual era una banda plateada con una esmeralda de un color verde tan brillante como los ojos de su Ryou, y una espinela de color lila similar al de sus propios ojos. Ambas gemas se habían cortado y unido para formar las dos mitades de un corazón, como un Cambio de Corazón.

Cuando notaron los motivos de su elección, los idiotas de su hermano y sus amigos rieron al ver "su lado cursi" como lo llamaron. Una parte de él quiso golpearlos. pero otra sabía que era verdad.
Solo Ryou provocaba eso.
Su yadonushi era el culpable de todo.

Gracias a él, consiguió cosas que jamás pensó que tendría: una gran familia extraña y rara, amigos idiotas pero confiables y, lo más importante, a él... Porque Ryou lo era todo para Bakura.
Era su luz.
Su otra mitad.
Su pequeño conejo blanco.
Su felicidad, con su suave y delicada piel blanca, la cual amaba ver cómo cambiaba a rojiza cuando su luz se sonrojaba; con su largo y brillante cabello blanco, él adoraba pasar sus dedos y jugar con aquellas hebras blancas; sus suaves y rosados labios, los cuales amaba besar, no había sabor más delicioso en el mundo que el de la boca de su yadonushi; y también estaban esos ojos tan verdes como el bosque, esos ojos que brillaban más que cualquier estrella, Bakura amaba esos ojos que lo miraban con todo el amor del mundo.

Él se hubiera perdido en la oscuridad si no hubiera sido por esos ojos.

Su parte favorita del día era cuando despertaba y lo primero que veía era esas esmeraldas llenas de vida, lo primero que tocaba era ese blanco y brillante pelo, antes de rodear su pálida cintura, y lo primero que probaba eran esos suaves y rosados labios.

No había nada que amara más.

Sacó el anillo del estuche para observarlo nuevamente.

Un anillo los había hecho cruzar sus caminos y, ahora, un anillo los uniría por toda la vida.
Aunque él sabía que estarían juntos aún más que eso, porque ellos eran almas gemelas.
Estaban unidos por el destino para toda la eternidad.