(Rain)
Me desperté y no terminaba de reconocer la habitación en la que me encontraba. Me sonaba muchísimo, era como la de una preadolescente. Se encontraba llena de posters de artistas y de tíos buenos de películas.
Pasados unos minutos la reconocí, me encontraba en mi refugio. Yo había sido muy feliz en esta casa, más que en la de la ciudad.
Aún recuerdo cuándo llegué a aquí, yo tenía a penas cinco añitos y mis padres acababan de fallecer, se encontraban en el paseo marítimo cuando se desató un temporal y una gran ola se los llevó para siempre lejos de mí. Yo me encontraba con mi nana en casa, cuando llamó la guardia costera...Bueno durante un par de semanas estuvo en una especie de orfanato y allí conocí a mi madre Isabela. Me pareció tan bonita cuando la vi, de hecho cuando me habló le hice una reverencia porque pensé que era de la realeza.
Mientras rememoraba todo esto, he abrazado uno de los cojines de la cama y estoy sonriendo y llorando a la vez.
Sí, el motivo por el cual llegué aquí es trágico pero no cambiaría ni una de mis experiencias vividas en esta casa. Hace tiempo este era el único sitio donde Alexander no estaba con Sharon y me prestaba toda su atención. Era como si en este sitio, escondido del mundo, dejara de verme como su hermanita pequeña y tal vez me viera como lo que yo más deseaba, una chica, simplemente una chica.
Al ver el rumbo que tomaban mis pensamientos decidí que era hora de levantarme, miré el reloj y eran las 8 de la mañana. Me fui a la ducha que estaba en medio del pasillo, entre la habitación de Alexander y la mía.
Me duché y cuando terminé e iba a coger la toalla noté algo con patas peludas en mi hombro.
Y grité.
(Alexander)
Un grito me hizo saltar de la cama y salir corriendo a ver que sucedía.
-¡Rain! ¿Dónde estás?-
-¡Alexander, por favor ayúdame!-
El grito vino del baño y cuando iba a entrar mi instinto de supervivencia me paró en seco y me vino un recuerdo a la cabeza.
(Flashback)
Me recordaba a mí mareado, con la boca pastosa, como si tuviera resaca. Estaba en una habitación de hotel, no, de motel mejor dicho. Intentaba recordar algo de la noche anterior y no podía. Me dirigí al baño a echarme agua en la cara para despejarme y cuando abrí la puerta, me la encontré a ella. Se encontraba total y completamente desnuda, en la ducha y cuando se giró, lo que ví, simplemente me encantó. Aunque seguramente solo fue un efecto de la borrachera.
(Alexander)
-¡Alexander!-
Volví al tiempo presente y me decidí a abrir la puerta. Mala idea, muy mala idea.
Allí estaba Rain, en la ducha, con los ojos cerrados, con una araña peluda en el hombro y lo más grave desnuda.
-Rain, ¿Se puede saber que haces desnuda?-
-Alexander ¿se puede saber que le pasó a tu cerebro al nacer?- contestó entre dientes. -¡No me iba a duchar vestida! ¡Y ahora quítame esta cosa de encima!.
Está era una oportunidad única en la vida, así que decidí hacerla sufrir un poco por el lo de dejarme tirado en la carretera.
-¿Cómo se piden las cosas Rain?-
-¡Déjate de gilipolleces y ayúdame!-
-No recuerdo que nuestra madre te haya enseñado esas palabras-
-¡Alexander te juro que te voy a matar!
-Sigo esperandooo-
-Por favor Alexander, serías tan amable de quitarme este bicho de encima-
-Oh mi dueño y señor-
Si las miradas matasen, yo ya me habría convertido en un montoncito de hollín.
-Oh mi dueño y señor-
Ya había sido suficiente, además la araña comenzaba a moverse y tampoco era mi intención que la picara. Cogí la araña suavemente, abrí la ventana del baño y la lancé.
-¡Dios! Gracias, gracias, gracias-
Se sentía realmente aliviada porque me dio un abrazo y todo. Entonces noté cuanto había cambiado. Notaba cada una de sus nuevas cuervas, el largo de su pelo, la altura que había crecido.
Levantó la cabeza y se me quedó mirando, esa mirada la conocía bien fue la misma que me puso el día que cumplió 14 años y me dijo que a ella nunca la había besado nadie.
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¿Por qué me haces esto?
RomansaRain y Alexander son dos hermanos (ella adoptada) con mucha tensión sexual acumulada a lo largo de los años. Rain siempre le vio como al hombre de su vida por más gilipolleces que él hiciera. Alexander a pesar de sentirse atraído por ella quiso evit...