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Su nacimiento... todo comenzó con su nacimiento.

Era un bastardo, un hijo bastardo.

Resultaba ser hijo de una relación de una noche de un guitarrista famoso, de nombre Luka Couffaine, y la directora del hotel Le Grand Paris, Chloe Bourgueois, el problema era que Luka estaba ya casado con Kagami Tsurugi, una esgrimista famosa.

La mujer de blondos cabellos tuvo al pequeño, su vida era solitaria... ¿Y por qué no tener ese bebé? Quería tener a alguien a su lado ya que se sentía sola y ese bebé, aunque fuese un bastardo, la haría sentir que alguien lo quería y la respetaba.

Su piel era delicada y fina, era una criaturita traída del cielo para esa mujer solitaria de tan alta clase social.

El cabello del muchacho era rubio como la de su madre. Era delicado y de rostro dulce.

Chloe le dio un suave beso a su hijo para en eso pasar suavemente sus dedos por las mejillas de este.

—Cariño... Bienvenido al mundo—

Fueron las dulces palabras de la mujer rubia viendo a la pequeña criatura que tenía en sus brazos, el bebé rio dulcemente en los brazos de la mujer.

—Tu nombre será Orson, tal vez no sea el mejor nombre del mundo, pero eres realmente mi angelito... mi niño— hablo Chloe mientras en eso su rostro empezaron a caer lágrimas de alegría y tristeza a la misma vez.

Los años empezaron a pasar y se empezaron a notar cosas de quien era el padre, su color de ojos, de un azul más claro que el de su madre además de la forma de los ojos. Algo que si heredero de su madre era su pelo, suavemente ondulado y rubio, y el perfil de la nariz, los labios y mandíbula sí que era una mezcla de ambos progenitores, que por culpa de esto tenia cierto aspecto andrógino, no del todo, pero era algo femenino de aspecto.

Al pequeño le empezó a interesar la música y también en parte el ser elegante, Chloe tenía cierto miedo a que fuese como Luka, pero no le prohibió escuchar música, si no que probó que le gustase otro tipo de música, más el pop de los 80 o 90 y lo consiguió.

Chloe lo educo hasta los 6 o 7 años en casa, ya que a ella le criaron igual. Le enseño a hacer las primeras sumas y restas y algunas multiplicaciones fáciles como divisiones, a escribir palabras bien, a leer, a hablar.

Ya cumplidos los 8, empezó a ir al colegio, era un chico promedio como cualquier otro, pero destacaba sobre todo en las artes y en la lengua, y Chloe se empezó a dar cuenta de esto cuando ya empezó a traerle Orson alguna que otra vez del colegio dibujos o algún pequeño poema que él joven pedía a su madre de que le dijesen como estaba.

El problema que tenía Orson era que tenía cierto pánico a mostrar sus cosas a los demás, no le gustaba enseñarle sus dibujos o poemas si no era a su amada madre.

Un día, ya con Orson con unos 10 u 11 años aproximadamente a Chloe unos conocidos que tenía por negocios le regalaron una extraña caja que venía de Ecuador.

La mujer, de unos 40 años estaba mirando la caja, de madera como de un color azul abisal con un símbolo raro, no sabía qué hacer con ella y en eso pensó regalárselo a su hijo, dentro de unos días era su cumpleaños y se lo quería dar.

— ¡Orson! ¿Puedes venir? —

— ¡Ya voy mamá! — diría el chico.

El joven fue hacia allí y se le pudo ver, de pelo corto y rubio pero que se le notaba ondulado, ojos azul cielo y ciertos rasgos ligeramente femeninos.

— ¿Qué es lo que quieres? — pregunto el niño de cabellos rubios a su madre.

La mujer en eso le entrego la cajita a su hijo, para en eso verlo.

—Me lo dieron unos conocidos del trabajo... pero prefiero que te lo quedes tú, considéralo un regalo adelantado a tu cumpleaños— dijo Chloe a Orson, que dio una sonrisa ante esto y se volvió a la habitación.

La habitación del muchacho era muy grande, era la antigua habitación de su madre, pero que le había hecho algunos cambios para que se adaptase al muchacho.

El chico se ilusiono mucho por el regalo que le había dado su madre y abrió la caja, viendo que había dentro de allí dos cosas dentro, un collar con una gema ovalada, como una perla pero en grande y un mitón con 4 pequeñas gemas de igual procedencia que el del collar.

El muchacho en eso se puso las dos cosas, el collar en el cuello y el mitón en su mano derecha, quedando esas 4 pequeñas gemas en sus nudillos, lo que no se esperaba que en eso un brillo apareciera en su collar y mitón, de un color rojo intenso y en eso aparecieron 4 seres

Parecían aves, un cuervo de plumas doradas, un halcón oscuro, una lechuza color ocre y una oca blanca.

El chico se asustó y se alejó de allí, pero se empezó a dar cuenta de que esas aves que parecían criaturas chibis o algo similar, se le quedaron viendo y flotando.

— ¿¡Ustedes que sois!? — grito el muchacho con miedo.

—No vamos a hacer nada chico, somos buenos, somos Renlings, que digamos que somos primos de los kwamis— diría la oca blanca al muchacho.

Orson abrió y cerró los ojos con sorpresa.

—Nosotros somos los renlings que representan el cielo, somos representantes de los 4 vientos del mundo...— hablo el cuervo dorado con amabilidad para en eso presentarse—... Yo soy Isst, el viento del este—

—Yo soy Soor, el viento del sur— diría la oca blanca

—Yo soy Wosst, el viento del oeste— dijo la lechuza ocre

—Y yo soy Nuut, el viento del norte— diría por ultimo el halcón oscuro.

El joven se sorprendió, estaba hecho un completo lio en ese momento y no sabía absolutamente de que hacer aunque se hubiesen presentado esos cuatro seres en forma de aves

—Entonces... ¿Qué debo de hacer? ¿Por qué estáis aquí? — pregunto asustado Orson a las 4 aves que había allí.

—Estamos aquí porque nos estas portando, el collar y el guante que llevas es lo que nos enlaza con nosotros— diría con amabilidad Nuut al muchacho.

Orson se vio el collar, y seguido ver al mitón, estaba muy confuso con lo que le estaba pasando.

—Sabes... creo que puedes ser un gran portador— hablo con amabilidad la oca blanca.

Orson en eso levanto suavemente su mano para en eso los cuatro seres en forma de pájaro empezaron a volar alrededor de él, empezó el chico a darse cuenta de que no debía de tener miedo a eso... si no que esos seres eran fastuosos.

Sus ojos se iluminaron de la emoción, aunque se sentía con cierta culpabilidad si no se lo contaba a su madre.

—Pero... ¿Puedo contarle a mi madre sobre ustedes? Solo a ella— dijo el muchacho rubio preocupado.

Los cuatro seres en eso se vieron entre sí para en eso hablarle al muchacho.

—Solo a tu madre se lo puedes decir, ¿De acuerdo? A nadie más ¿Te quedo claro? — dijo Wosst al rubio.

Este iba a ser el nacimiento de un héroe, era muy joven aun como para arriesgarse a hacer cosas tan temerarias... necesitaría aprender y saber los poderes que tiene.

Bastard (New Generiation MLB) [Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora