CAPÍTULO 1

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Estaba agotada solo quería descansar, eh estado trabajando todo el día sin parar, han sido muchos los pedidos. Creo que era esta la dirección, salí tan rápido que no la anote bien, o la menos eso creo. Baje de la moto y subí las escaleras. Es un edificio muy bonito la verdad, el pedido es para el último piso, el Penthouse. Toqué y escuché la orden de entrada.

-Buenas noches -hice la reverencia, tomó meses en adaptarme- aquí tiene su orden. -al empezar a sacar la comida estabilice mi vista.

Abrí mis ojos, al ver aquel hombre sentado en el sofá en toalla de baño secando su cabello, Dios mío. Era tan sofocante ver esa escena que me ruborice en fracciones de segundos.

-aquí... Bueno... La comida... Adiós... -cogí la maleta dónde llevo las órdenes y salí de inmediato.

Claramente pude escuchar un grito que vino de adentro y dijo,

-¡oye, gracias chico!

¿Chico? Jaja que bien, me vieron cara de hombre. Diablos el dinero. Pero era obvio que no volvería. Me daba ardor ver ese hombre, es muy, Dios, guapo.

Mejor que me apresure en hacer las entregas si no quiero terminar despedida por estar pensando en el cuerpo tonificado que se gasta ese hombre.

Me presento, mi nombre Lara Jean, 25 de edad, actualmente en la ciudad de Seúl, soy repartidora, si es raro de una chica, pero me gusta este trabajo. Ganó dinero extra por las propinas y además dignamente puedo hacer entregas de otras tiendas en mis tiempos libres. No me va mal, pero tampoco de la maravilla. No me quejo.

-adiós -tome mi bolso y salí de la tienda- ni tan mal el día -dije para mí dando una mirada al cielo cerrando los ojos recibiendo la brisa de la noche.

-¡Oye Lara Jean! -escuche la voz de la señora Won que tiene su tienda a una cuantas de donde trabajo fijo- se que ya es tarde para ti y debes ir  a descansar, pero los chicos andan haciendo entregas y necesito a alguien con urgencia en este momento -fue directo al grano-

-claro señora Won, en que la puedo ayudar. -me ofrecí amablemente. No es primera vez que le haga entregas.

-esta es la dirección -me entrego un papel con la dirección y una bolsa, vague mi vista y vi dentro de la bolsa.

-¿en serio, quien pide leche y galletas a las once de la noche? -me rei

-no lo sé -río vagamente- ve muchacha -me apuro con la mano- pasa mañana por acá, te agradecé.

Siempre puede pagar con dinero o darme comida de la tienda. Me fui en mi moto. La dirección es en un barrio lujoso. Llegue a la entrada, ni siquiera se ve hacia adentro de la casa, intente saltar para ver por encima pero muy alta la pared. Toqué al timbre. Luego de un par de minutos se abrió la puerta. Ay en serio, el día de los chicos guapos hoy.

-¿el pedido? -pregunto el chico.

-si. -me acerque un poco y extendí mi brazo con el paquete en la mano- aqui tiene -lo agarro y mi mente vago- ¿quien pide leche a esta hora? -se me escapo.

-no podía dormir. -contesto de inmediato- y olvide comprarla hoy en el mercado -aclaro- ey, además no tengo porqué dar explicaciones de esto -me mira fijamente.

-no se las pedí -eleve mis hombro- usted empezó a contar -volví a elevar mis hombros.

-gracias, ten. -me entregó el dinero sin quejas.

Me miro, lo miré tímidamente, la verdad es muy simpático y transmite una buena aura. Incluso pensé por un momento que estaba actuando con nerviosismo delante de él. Así que, me di media vuelta y camine rápido hacia la moto. Antes de subirme sonreí y me voltee.

-oiga. -me estaba viendo- puede leer algún libro, así sea aburrido, le aseguro que le dará sueño se aburrirá y podrá dormir. -sonreí estúpidamente y subí a la moto.

-seguro que sí. -me sonrió- ¡Oye! Cómo te llamas -intenta acercarse pero enciendo la moto.

-Lara Jean. Debo irme, muy buena la plática -rei e hizo lo mismo

-Adiós Lara Jean. -Juro que sentí sonrojarme, ando susceptible hoy con los chicos guapos. -ve con cuidado no debería una chica andar sola a estas horas de la noche.

-no soy una chica cualquiera -dije inocentemente.

Él se le escapó una sonrisa diría que esperanzado. Es muy lindo.

-Adiós

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-Adiós. -ni siquiera pregunte su nombre y me fui.

En todo el camino a mi casa pensé en esa plática.

El Príncipe Del Café (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora