CAPÍTULO 3

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Lo que supuse, la moto arruinada sería el pase directo a no seguir trabajando, o la pagaba y seguí y me iría y quedaría sin trabajo. Y es lo obvio. No tengo como pagarla.

Me fui a mi casa, ahora como una inútil sin mover mi brazo por unos días. Me senté en la orilla de la cama y suspire tantas veces posible pensando que haría ahora. Jugueteaba con mis pies, y pasé mi vista en el pantalón que tenía puesto ayer cuando el estúpido aquel me arrolló. Y bueno, la tarjeta con la dirección esta ahí. Que podía perder, el orgullo.

Me fuí, tarde unos 20 minutos en llegar. El lugar estaba muy bien ubicado, aunque el establecimiento era una cafetería no estaba ambientado como una cafetería (risa). Entre, y ví  a tres chicos y un señor.

-hola -dije algo tímida.

-hola muchacho -saludo un señor, de lentes. Otro que me confunde como un chico.

-eehh... Me dijeron venir por acá para el empleo -aclare.

-Han Kyul no ha llegado si es a él a quien buscas -contestó un chico, de un aspecto un poco engreído.

Quién es Han Kyul, claro supongo el jefe. Me senté a esperar mientras ellos conversaban, en un rato llegó. Me miro serio.

-entonces, será el príncipe del café -dijo otro de los muchachos de cabello largo y, a mi parecer tenía aspecto Japonés.

-suena bien -dijo el engreído.

-me parece bien, ese nombre suena  bien, además solo seremos chicos acá -dijo Han Kyul, el que casi me mata ayer de un accidente.

Yo me extrañe cuando dijo eso acaso no ve que soy una chica. Aunque, a juzgar por mi apariencia, parecía más hombre que mujer, ni me maquillo.

-¡ey tu! Como te llamas -dijo el otro de los muchachos.

-La...

-Lara Jean, se llama Lara Jean. Lo sé no es chico pero parece, así estaremos completos. -me interrumpió Han Kyul..

-oh vaya, si pareces hombre -se acerca y me mira riendo- mi nombre Min-yeop -hizo reverencia.

-Lara Jean -dije, ok no tomaron tan mal ser la única mujer, pero debo adaptarme a un ambiente de solo hombres

-el mío Ha-rim -dijo el engreído. Pero era divertido.

-Yo Sun-ki  -se presentó el de cabello largo.

-¿y usted? -le pregunte al señor.

-Hong -contesto modesto.

-ok. -asentí.

-Bien mucha presentación, a trabajar. Tu, Lara Jean ven conmigo. -empezó a caminar en dirección a una escalera que lleva al segundo piso.

Lo seguí. Llegamos a la terraza. Me miro serio, y la verdad me sentía incómoda.

-ahora en adelante debes comportarte como un chico es la única manera que puedas estar en mi café -aclaro sin mucho preámbulo.

-pero soy mujer. -proteste.

-lo dejas o te vas -que insoportable.

-esta bien. -dije rendida- ¿no será difícil? Digo...

-pareces más hombre que mujer, aunque realmente eres mujer, tranquila no será difícil adaptarte a solos chicos. -sonrió algo excéntrico.

-si señor -voltee la mirada.

-bien empieza, abriremos en una semana y este lugar debe estar completamente listo para entonces. No puedes hacer mucho esfuerzo por tu brazo, pero tendrás algo que hacer. -no se por qué su mirada me pone incomoda.

-si seguro, no soy una inútil de mujer -hice una pausa sarcástica- a perdón, hombre -le di la espalda y me fui.

Escuche como dio un suspiro de *dame paciencia por favor*. Emane una sonrisa vaga y baje.

Nos pusimos de acuerdo con las tareas. Este lugar estaba muy desordenado así que debíamos dejarlo como nuevo. En el fondo me alegraba mucho esta idea de comenzar en un  lugar que recién estaría inaugurado, sería punto de motivación para hacer crecer un negocio.

En todo el día Han Kyul estuvo con nosotros. La verdad me relacioné muy bien con los chico, nos llevábamos muy bien, a excepción de Han Kyul que cualquier oportunidad era perfecta para molestarme. Pero aún así tratabamos bien.

-adiós -dijimos todos en unísono despidiéndonos del ahora Jefe.

-¡Ey Lara Jean! -me voltee, estaba parado junto a su auto con las manos en los bolsillos, creo que ya era costumbre.

-si señor. -lo mire con atención.

-eh... Gracias por las ideas para la inauguración -sonrió levemente.

-no hay de que señor, nos vemos mañana. Cuídese. -hice reverencia.

-no me digas señor, tampoco soy tan viejo, solo tengo veintinueve -abrió los ojos.

Me reí. -esta bien Jefe.

Se río dándose por vencido que aún lo seguiré tratando con respeto.

Nos quedamos viendo por un tiempo hasta que ofreció llevarme, yo no quise y tampoco insistió.

El Príncipe Del Café (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora