CAPÍTULO 2

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Iba tarde. Aparte de dormirme tarde también me despierto tarde. Y para mí mala suerte me arrolla una carro en un cruce de una esquina y logra tumbarme de la moto.

-¡oye imbécil! -grite intentado levantarme- ¡demonios estúpido estas ciego!

-¡estas ciego! -me grito bajandose del carro- no sabes las leyes de cruce

-ciego estarás tu imbécil... Ay... -me quejé me dolió el brazo y me raspe el codo.

-haber estúpido -intenta agarrarme.

-olvidelo, acaso no me ve que soy mujer, para tratarme de estúpido -lo reconoci, fue el mismo hombre que me confundió ayer con un chico, acaso así de fea soy- déjeme, idiota.

Me solté murmurando cual insulto bobo se me viniera a la mente, intentado recoger mi moto vuelta nada.

-espera, estas lastimado, perdón... Lastimada -se acercó, creo que ahora sí se ve asustado.

-suelteme -me solté de su agarre-

-no seas terca -me volvió agarrar- vamos al hospital -ordenó.

-olvidelo -lo mire- con usted tan grosero no iré a ningún lado. -frunci el cejo- me voy.

-te dije que iremos al hospital. -débil quedé cuando me volvió agarrar y me subió al auto a regañadientes.

No me resisti la verdad me dolía mucho el brazo. No articule palabra durante el camino hasta llegar. Luego de una hora, salí de la Sala de cura. Ahí estaba el idiota.

-gracias debo irme a trabajar. -se levantó del asiento. Me miro de pies a cabeza.

-disculpa, aquí tienes. -me paso dinero- fue mi culpa, esto es por si necesitas medicamentos para el dolor o cualquier cosa.

-no es suficiente, mi moto quedo arruinada, no puedo mover mi brazo por un par de días y de paso cree que solo con esto remienda todo -sentí indignación- que estúpido -le di la espalda y sentí un dolor en mi pecho, me sentí débil por lo que me pasó, mi moto es mi fuente de trabajo.

-espera, no seas grosera -subió el tono de su voz y me siguió.

-grosero usted, primero me trata como hombre y después me atropella... Ahgs olvidelo -lo mire mal- ahora por su culpa me botaran de mi trabajo.

Sentí tanta rabia que salí lo más pronto de ahí. Al llegar a la salida salí corriendo, me senté a llorar en una banca. Que rabia. Tan estúpido.

El mismo auto se estacionó cerca y él bajo. Para que me sigue.

-qué quiere ahora, golpearme. -lo mire molesta.

-no seas boba. -me miraba con sus manos metidas en los bolsillos- no te quedaras sin empleo -me miro algo dudoso- ve mañana a... -suspiro- ...mi cafetería, estoy necesitando chicos.

Me reí y dije- sigue ofendiendome. -me levante- no iré gracias.

-bien, tu decides, estar sin trabajo...

-cállese, usted me arrolló y ahora le doy lastima

-te compensaré con trabajo, y puedes recuperar tu moto. -dijo serio- no pretendo hacer una obra de caridad contigo, solo es el deber ser. Esta es la dirección. -me entregó una tarjeta.

Solo se la arranque de la mano sin leerla la guarde en mi bolsillo.

-adiós. -me arte. Le di la espalda y continúe mi camino.

-bien, tu... Tu decides, terca. -me grito.

-ay cállese. -le dije y me fui.

El Príncipe Del Café (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora