"30 de Octubre del 2019".
"8:15 p.m".
Dichos números rondaban por la cabeza de una europea de estatura baja que se encontraba recostada boca arriba sobre su cama con los brazos extendidos a los lados, escudriñaba el techo como si fuera lo más impresionante del mundo, dado que no le quitaba la vista de encima, pero su mirada desganada demostraban que realmente no le importaba en lo más mínimo.
Mañana sería Halloween, pero ya no le encontraba algo interesante a esa fecha.
Suspiró de pronto al escuchar entre murmuros ser llamada por su padre, quitándose los auriculares de sus oídos y pausando la canción que sonaba en su celular: Can't Help Falling in Love de Elvis Presley
- Luego terminaré de escucharte. -dijo para su teléfono móvil.
- ¡Giulia! -la llamó nuevamente su padre desde el primer piso.
- ¡Voy!
La susodicha asió una vincha azulada que estaba encima de su mesita de noche y se la colocó alrededor de la cabeza, se colocó una sandalias y salió de su habitación; bajó las escaleras viendo a su padre llegar del trabajo con unas bolsas, así que rápidamente corrió hacia él y lo ayudó a cargar algunas.
- Traje la cena, ¿puedes llevarlo a la cocina?
- Claro, papá. -le dedicó una cálida sonrisa de bienvenida.
Ambos caminaron al lugar dejando las bolsas sobre la mesada.
- Y... ¿Qué tal te fue en la pescadería?
- Bien. Tu amigo Alberto tuvo un problema con la carga, sino fuera por mí habría acabado en el suelo con tres cajas llenas de pescado encima.
La chica rió. Sabía que su amigo se esforzaba mucho en el trabajo, pero no evitaba verlo como algo cómico, el moreno tratando de llevar tres cajas grandes para hacerse el rudo, qué divertida escena.
- Me alegra que se lleven bien incluso en el trabajo.
- Es tu amigo desde kinder, y el único que perdura hasta ahora, ¿como no llevarme bien con él?
- Todo bien hasta que mencionaste lo de perdurar. -hizo un gesto dramático de dolor, sonriendo divertida después, sabiendo en el fondo que tristemente era cierto, no tenía muchos amigos, y Alberto era de los pocos que congeniaba con su rareza.
- Perdón. -mostró una sutil sonrisa apenada y comenzó a sacar la cena de una bolsa en particular, que realmente contenía envoltorios de papel con el logo de McDonald's alrededor de dos hamburguesas, seguramente los compró cerca.
- Es la segunda hamburguesa que comeremos esta semana, ¿quieres que me crezca la barriga como a ti? -bromeó y el aludido negó con la cabeza.
Ella sacó los demás víveres y comenzó a guardarlos en los lugares donde correspondían, tanto en las repisas y cajones como en la refrigeradora. Al terminar, ambos fueron a la sala y se sentaron en el sofá para degustar la comida rápida.
- ¿Mañana también trabajarás? -preguntó Giulia luego de digerir un bocado de su hamburguesa.
- Sí, y quería saber si podrías hacerme un favor. -al verla asentir, prosiguió-. ¿Mañana a las seis de la tarde podrías recoger las calabazas decoradas que le pedí a la signora Marsigliese? Ya las pagué, sólo te las tiene que entregar en su local. -le dió una mordida a su aperitivo.
- Está bien, papá. -miró con desánimo su cena y continuó comiendo.
- ¿Acaso mi petición interfiere con alguna actividad que tengas que hacer a esa hora?
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Indumenti; Luca x Giulia
De Todo• One shots sobre Luca y Giulia. • ☆゚.*・。゚.。*♡✧*。☆゚.*・。゚.。*♡✧*。☆゚.*・。゚ Él es una especie marina muy tímido, pero increíblemente curioso, gentil e imaginativo. Ella es una intrépida europea muy perseverante, pero tiernamente descuidada a la hora de...