[Segunda parte de: Baile]
Luca estaba en camino hacia la habitación de Giulia, con una tablilla de pastillas y una taza con té caliente en sus manos, al ingresar, la chica estaba recostada debajo de las frazadas, abrigada a más no poder con la nariz enrojecida y una mueca de malestar inquietante. Y sentado a los pies de ésta se encontraba Alberto con una manta alrededor suyo para abrigarse igualmente. Ambos comenzaron a toser al mismo tiempo, mientras Luca se sentía el enfermero de ellos.
– Tu papá me mandó a traer ésto para ustedes, espero que los ayude...
– No te acerques mucho, no queremos contagiarte. –mencionó Giulia constipada con bochorno, cubriéndose hasta el puente de la nariz con el edredón que la mantenía en calor.
– Tienes unas ojeras terribles, amigo, ¿llegaste a dormir últimamente? –cuestionó el moreno extendiendo las manos hacia Luca para recibir la taza de té y dársela a la pelirroja junto con la medicina.
– No te preocupes por mí, estoy bien, traeré el té que dejé en la cocina para ti, ya vuelvo. –les dedicó una sonrisa afable y se retiró de la habitación con rapidez.
– No está durmiendo bien, ¿será que está preocupado de nuestro resfriado? Porque apenas empezó hace tres días.
La fémina suspiró con tristeza.
– Posiblemente...
Giulia sabía la razón de esas ojeras, y le daba vergüenza decírselo a Alberto, puesto que se sentía culpable al hacer que el generoso de Paguro venga seguido a su habitación en las tres últimas noches para que le dé compañía desde la puerta. Ella al estar enferma, no podía dormir bien, y su amigo Luca trataba de platicar con ella hasta que pudiera conciliar el sueño, cosa que resultaba apartir de las 2 a.m. Ni siquiera podía abrazarlo y agradecerle por su paciencia, temía que al acercarse a él, podría transmitirle el resfrío. Y sinceramente, extrañaba la sensación del beso que se dieron aquella noche después de jugar en la playa, pero la vida es tan apática cuando quiere, que decidió darle el resfriado más fuerte de su vida.
– Bueno, ésto es para que aprendas a no salir de noche en traje de baño con tremendo frío. –regaña Alberto a su media hermana, porque sí, Massimo lo había adoptado.
– No hacía taaanto frío, ¡cof! ¡cof! –tomó papel de encima de su velador y lo desenrolló para sonarse la nariz–. Portorosso suele ser un lugar cálido. Además, quería distraerme esa noche, nunca te obligué a que fueras y terminarás así.
El ojiverde suspira mientras se envuelve más entre la manta.
– Lo sé. –le da la razón con un ápice de molestia, no debido a la chica, sino al dolor de cabeza.
– Lo siento... –lamenta Giulia de repente.
– ¿Hmn? ¿Por qué? Tú tienes un buen punto, yo solo fuí a buscarlos.
– Pero no habría sido así sino fuera porque salí a nadar, para después ser seguida por Luca y que finalmente te nos unieras por escuchar mi voz.
– Es verdad, es tu culpa. –dice en son de broma el de dermis oscura, recibiendo una mirada fulminante de la pelirroja.
– La próxima saldré más temprano. –sonríe para restarle importancia al comentario del muchacho.
– ¡Ya traje el té! –dijo de repente el semiacuático de Luca y fue hacia Alberto entregándole la infusión, quien enseguida agarró la aza de la taza y bebió de ella para poder digerir con facilidad las pastillas contra el resfriado que le sobraron a Giulia–, ¿de qué hablaban, chicos? –miró a ambos con curiosidad.
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Indumenti; Luca x Giulia
Diversos• One shots sobre Luca y Giulia. • ☆゚.*・。゚.。*♡✧*。☆゚.*・。゚.。*♡✧*。☆゚.*・。゚ Él es una especie marina muy tímido, pero increíblemente curioso, gentil e imaginativo. Ella es una intrépida europea muy perseverante, pero tiernamente descuidada a la hora de...