Me volverás a ver si mueres.

Un día de locos

3/5 [maratón].

Narrador universal.

Ji-yeong tuvo que detenerse un momento, aparte del golpe, había corrido demasiado y necesitaba un descanso.

Después de detenerse su brazo derecho le dolía tanto que tuvo que quitarse la sudadera para observarlo, efectivamente su brazo derecho tenía un gran moretón en el hombro.

Se quejó un poco y continúo con su camino, ya no corría; justo antes de entrar a la estación de metro una ola de tristeza la invadió. El día de hoy había sido una locura, era medianoche y ella acababa de presenciar el asesinato de su madre y asesinar a su padre.

Estaba destrozada, cansada y con mucha hambre, la señora Eun-ji no le abrió la puerta y no tenía hogar ahora.

Había hecho una idiotez, no tenía duda de eso, sin embargo había algo en ella que no se arrepentía.

Se levantó de donde estaba y se adentró a la gran estación del metro.

Estuvo mendigando alrededor de 30 minutos, no sabía que hacer o cómo actuar.

Se acercó a dos hombre, uno lucía muy rico mientras que el otro era todo lo contrario, pensó lo que todos los hambrientos pensarían, iba a robarles.

Se acercó a ellos buscando alguna oportunidad, sin embargo no pudo obtener nada pues una joven, a la que ni siquiera le pudo ver la cara, estaba observándolos, no podría tocarlos.

Siguió caminando un poco más cerca de ellos y solo pudo ver que jugaban un juego, no le importo y solo se alejó.

Pasó menos de una hora, ella se encontraba bajando del metro, caminó un poco y sintió que le tocaban el hombro.

El hombre tocó justo su hombro derecho, el que estaba herido, ésta se giró para reclamarle pero el hombre habló primero.

-Buenas noches, ¿le gustaría jugar un juego?- preguntó.

-¿Para qué?- respondió, mejor dicho preguntó la chica .

-Podrá ganar todo este dinero- le mostró el portafolio como lo había hecho ya las dos veces anteriores.

Y jugaron, después de todo ese dinero le serviría de algo. A la tercera ronda Ji-yeong logró ganar, un poco de bofetadas valieron la pena.

-Puedes ganar más dinero jugando éste tipo de juegos durante una semana, toma- le sugirió el hombre dándole su tarjeta -Marca a el número de ahi, asi podrás participar.

- ¿Y porque?, tome no necesito su tarjeta- Ji-yeong le regresó aquel papel con disgusto.

-Ji-yeong, no creo que tengas a donde ir, la señora Eun-ji falleció hace unas horas, justo cuando regresaba a casa, lamentablemente sufrió un paro cardiaco, asi que si yo fuera tú, jugaría, no tienes a donde ir ¿o si?- el hombre le regresó su tarjeta y se marchó.

Vaya al parecer toda su miseria aún no acababa, lo único que le faltaba para romperse era eso, saber que su querida amiga había muerto.

Aunque por más rota que estuviera, no lloró, no se quebró, solo se quedó en shock, había pasado por tanto ya que no tenía más fuerzas para llorar, ni siquiera para moverse. O eso creía, a lo lejos escuchó un ruido muy fuerte, luces y de nuevo, la policía.

Se levantó lo más rápido que pudo y corrió, salió de la estación sin importar nada, ella solo corría intentando salvarse.

...

¿Qué más tenía que perder?, no tenía otra idea, no tenía más fuerza, solo marcó al número de la tarjeta y espero en el lugar solicitado.

Lo último que recuerda fue una camioneta, un hombre con mascara y traje rojo, y a una joven subiéndose a la misma camioneta donde ella se encontraba.

Sin nada de presión, acostó su cabeza en la ventana del vehículo y dejó que la droga la durmiera, necesitaba un gran descanso, pues ese día había sido un día de locos.

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Éste fue demasiado corto, pero se necesitaba un contexto sobre lo que pasó con Ji-yeong,ya casi llegan a mi capítulo favorito, el siguiente es mucho más largo asi que disfruten.
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