Narrador universal:
Amor, es una palabra fuerte, con tantos diferentes significados; cuando piensas en amor imaginas tener pareja, estar con amigos, incluso piensas en animales como un gato o un perro; para esas jóvenes la palabra amor era un sinónimo de odio y terror. Tener a una nueva persona como amigo o pareja es un reto, más para ellas, estar en un momento tan débil donde en cualquier momento pueden morir, las vuelve vulnerables, es más fácil querer ser amado en un momento como ese, es mas fácil caer en las garras de un desconsuelo infinito, tanto que si dejas de pensar un momento puedes terminar muy lastimado.
Sus miradas se cruzaban buscando un consuelo, era como si las dos supieran que se necesitaban en ese momento; su taquicardia se escuchaba a kilómetros de distancia y cada vez estaban más sonrojadas, ni siquiera estaban tan juntas, una alado de la otra. Su cansancio hizo que separaran sus miradas, ocasionando un sin fin de emociones diferentes en ellas.
El cansancio en algún momento abrumo a Ji-yeong, era algo nuevo pues ella sufría de un insomnio severo, para ella dormir era igual de difícil que correr un maratón. Sin saberlo dejó caer su cabeza en el hombro de su compañera, ésta se giró al sentir el peso y no pudo evitar sonrojarse. Era incomodo, le dolía el hombro; alzo su mano disponible y con el más sumo cuidado empezó a jalar a la castaña, con su otro brazo que estaba un poco disponible logró acomodarla en sus piernas.
Yeong supo del movimiento, sin embargo no se resistió, solo aceptó el cambio y volvió dormir; aunque debían cuidar a el equipo, en ese momento no pensaban en nada; Ji-yeong tenía demasiado sueño como para hacerlo y Sae-byeok estaba demasiado metida en sus pensamientos de adolescente.
¿Será que tal vez la vida no era tan mierda como ellas creían?, tal vez solo fue suerte de principiante, pero estaban ahi por algo, la mezcla de cariño y confusión que tenían no era por suerte, no era normal y ahora lo sabían.
El fuerte aroma a rosas de Yeong llenaba de reconforte a la pelinegra, era idiota pero ese aroma la traía a la vida, como si su energía volviera. Cada que respiraba ese aroma se sentía feliz, tanto asi que estuvo a nada de acercar su cabeza a su cabello y olerlo, sin embargo no se movía, tanto las ganas de no despertar a su amada amiga y tanto la vergüenza que le provocaba el momento, ocasionaba que no se moviera.
Para ese momento nadie se había acercado a el equipo, parecía que todo se había tranquilizado, era como si el universo quisiera que eso pasara, que ellas estuvieran unidas para juntar sus pedazos, para amarse.
Recuerdan a la señora Eun-ji, aquella anciana que Ji-yeong tanto amaba, aquella que murió de regreso a casa. ¿Se imaginan que hubiera sido de Yeong si ella hubiera abierto la puerta?, vaya que todo pasa por algo y Ji-yeong lo sabía, lo sabía más que nadie, sabía que aquella señora jamás dejaría que le hicieran daño, por eso confiaba en Sae-byeok, confiaba en su desconfianza y dureza, le tenía un cariño un tanto especial, podría decirse que ella estaba ahí, junto a Sae-byeok solo por aquella dama, el dilema aquí es si ella realmente se quedaba por la anciana, tal vez había una razón mucho más adentro de ella que la hacía querer quedarse junto a ella.
La noche fue larga, Sae-byeok durmió entre lapsos cortos, tocaba el cambio; levantó a Ji-yeong tocando su hombro, y casi susurrando, la llamaba. Ji-yeong se levantó y se fue a la cama, solo un gracias y una mirada fue lo que la joven recibió a cambio.
La mañana, bueno fue no fue tan tranquila como suele serlo; hombres de rojo entraban por las puertas, haciendo ruido y despertando a los jugadores, era como si hubieran cometido el peor de los crímenes. Todos se levantaron agitados y confundidos, ellos los despertaban con armas, hacian demasiado ruido y revisaban a los jugadores.
Nadie entendía lo que sucedía, no les tocó desayuno, se dieron las indicaciones para empezar el próximo juego y nadie entendía nada. Ji-yeong y Sae-byeok se acercaron y se juntaron, cruzaron a toda la gente y se formaron como lo indicado, los hombres de rojo analizaban a todos como si buscaran algo.
Fueron llevado de nuevo al laberinto de escaleras; mierda, ¿qué clase de lección era ésto?. Dos muertos, había dos cuerpos sin vida colgados en el centro de todo, los estaban mostrando como si fueran animales en un zoológico, ¿era su forma de decir que obedecieran?.
Una voz empezó a hablar, se disculpaba por lo ocurrido y decía que debían de obedecer, por supuesto que ésto era una lección, pero ¿qué tan psicópata tienes que estar para hacer algo asi?, tanto crear los juegos y hacer las acciones pasadas, ya te convertía en un maniático, mejor dicho, en un asesino.
Caminaron de nuevo, subieron y subieron hasta que llegaron de nuevo a una habitación blanca, vaya que tenían una obsesión con las habitaciones blancas.
La voz robótica regresó y comenzó a indicar lo que debían de hacer:
-Deben encontrar pareja con la cual jugar, tienen 10 minutos, corre el tiempo-
Era obvio que ambas jóvenes se buscarían, cruzaron miradas y se acercaron.
-¿Quieres ser mi pareja?- preguntó Ji-yeong sin miedo, tendiendo su mano para obtener respuesta.
La otra joven aceptó la mano, dándole a entender que aceptaba. Podría ser arriesgado, no sabían cual era el juego, no sabían si perderían o contra quién pelearían, pero necesitaban estar juntas, eso lo sabían, tal vez con un poco de suerte saldrían de ahi con vida, sanas y juntas.
Después de un gran drama por parte de la dama del baño, lograron quedarse juntas, Ji-yeong tomó inconsientemente la mano de su compañera y suspiró, era un alivio estar juntas o al menos eso esperaban.
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Yo sé que saben que viene lo feo, no prometo nada ni diré nada, solo sé que se vienen muy buenos capítulos :)
No me enfoco en los demás personajes porque le fanfic es solo de ellas, entonces si no doy detalles de la historia en general es por eso~
Gracias por leer<33
_Π____。 ˚ ˚ ˛ ˚ ˛ ·˛ ·˚
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l 田田|門| ˚ ˛ ˚ ˛ ·Atte:MIN
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Me volverás a ver si mueres.
FanfictionKang Sae-byeok, una introvertida sin ganas de seguir con vida pero con una razón para seguir peleando. Ji-yeong, una gran parlanchina sin sueños ni esperanza. Ambas solo intentan perseguir la gloria del dinero, sin importar las consecuencias de hace...