Narrador universal:
De nuevo esa gran camioneta estaba drogándolas, llevándolas a un lugar desconocido, y todo solo por dinero.
Ambas dormidas, viajaban, esta vez en diferentes camionetas, de igual modo se encontrarían en la gran "bodega".
El camino fue largo; al igual que la vez pasada, los hombres de rojo las vistieron, confiando en que la droga duraría lo necesario, obviamente no contaron con que la inteligencia de Sae-byeok logró superarlos.
Ésta despertó antes de lo debido y, fingiendo estar drogada, logró robar un arma. No sabía si la ocuparía, pero su experiencia pasada le enseñó muchas cosas.
Los hombres de rojo acomodaron a las personas dormidas, cada una en una cama diferente. Fue coincidencia, por asi decirlo, que las camas de 240 y 067 quedaron de nuevo juntas, ésta vez una alado de la otra, no encima.
Sae-byeok estuvo alerta todo el tiempo, "despertó" cuando vió a más personas hacerlo, tenía que mezclarse.
Ji-yeong, bueno ella solo buscaba sobrevivir, ni siquiera el ruido de las personas la despertó, quería dormir, el día anterior no lo hizo.
Terminó de despertar cuando esa música y voz robótica apareció, odiaba esa voz, las pocas veces que la escuchó fueron suficientes para odiarla.
Se sentó en la cama y observó a su alrededor. Suspiró y caminó hacía los enmarcados que repartían el desayuno.
Se levantó y se dirigió por su porción. No tenía hambre, al contrario, tenía nauseas. Lamentablemente tuvo que formarse y tomar su "desayuno", si quería el dinero debía alimentarse.
Sae-byeok estaba igual, no tenía hambre pues nunca desayunaba, sin embargo también se formó y tomó su porción.
Ambas estaban tan cansadas que ninguna de las dos notaron que de nuevo estaban juntas. Solo desayunaron en silencio, ni el fuerte aroma de Ji-yeong fue suficiente para que Sae-byeok se diera cuenta que la "niña" del metro estaba con ella.
Como era de esperarse después de unas horas, la observadora de Ji-yeong se dió cuenta quien era su vecina de cama, sin embargo no hizo ni el intento por acercarse, sabía que ella la rechazaría.
Cuando apagaron las luces, Ji-yeong sintió unas ganas intensas de orinar, lo nervios tal vez, aunque pensándolo bien nunca supo el porque. Las ganas inmensas de ir al baño y el gran show de la señora de pelo chino, que al parecer tenía la misma necesidad que ella, provocó que se despertara.
Ésta se sentó en su cama y solo espero que le abrieran la puerta, para así ir con ella al baño. Cuando la señora de pelo rizado logró su cometido, Ji-yeong se levantó y comenzó a caminar muy rápido para llegar a tiempo; no contaba con que Sae-byeok estaría detrás de ella, pues al girar su cabeza dió un pequeño salto por el susto que le había dado.
Se miraron y juntas logran ir al baño, obviamente recibieron gritos y quejas por parte de la señora.
Con una cara de disgusto, Ji-yeong entró a un baño, odiaba a las personas así, ella podría hablar demasiado pero nunca sería empalagosa y castrante.
Sae-byeok, bueno ella solo se mantenía callada, era obvio que ya había notada la presencia de la "niña" para ese momento, pero simplemente no lo importaba; ella iba por una cosa, investigación.
Asi que se puso manos a la obra, sacó la navaja de antes y invadiendo la privacidad de la señora, se adentro a las grandes ______ .
Mientras que Ji-yeong solo observaba todo lo que sucedía, era tierna, se veía inocente y tranquila. Incluso a la fría de Sae-byeok se le hizo tierno la forma en la que observaba.
La tranquilidad de Ji-yeong se acabó cuando la ruidosa señora empezó a gritar y hacer un escándalo, ella entendía porque lo hacía, incluso esperaba a que Sae-byeok regresara para ayudarla a bajar. Enserio le estresaba el ruido, pues creció en una casa donde le gritaban todos los días.
Sae-byeok bajó justo a tiempo, lograron salir de ese baño sanas y salvas. Ji-yeong nunca habló, como se dijo antes odiaba molestar, no hablaría sabiendo que Sae-byeok lo odiaba, incluso mantenía su distancia evitando que ella pudiera oler su aroma.
Sae-byeok llegó a sentir lastima, no era algo nuevo en ella, aunque suene como una mentira, solía ser dulce con las personas mentalmente agotadas, bueno al menos era mucho menos fría.
Sabía por lo que pasaba la "niña", no sabía su nombre pero lo notaba.
Ya en sus camas ella dirigió su mirada a jugadora de alado. Ji-yeong no dormía, miraba el techo, transmitía tranquilidad y paz.
Ji-yeong giró su cabeza al sentir su mirada y, con toda su tranquilidad, le sonrió. Era una sonrisa simple, linda, tierna y honesta.
Ésta se levantó y se dirigió hacía Sae-byeok, mantuvo su distancia, siempre evitando que el su olor llegara a ella.
-Hola- un simple y tranquilo hola fue lo único que dijo.
Sae-byeok no contestó solo la miró.
-Mi nombre es..., ¿quieres saber mi nombre?- por su experiencia con ella, decidió preguntar antes de hablar.
Sae-byeok solo la observó y le dió a entender que no le importaba.
-Bien, mi nombre es Ji-yeong, dime yeong, solo si quieres- terminó de presentarse mientras se sentaba un poco más cerca.
Le dió su mano, no es algo que suela hacerse en corea del sur, pero de igual forma lo hizo, no sabía si era diferente en corea del norte.
Sae-byeok la miró, la analizó, miró el piso y se acercó más hacía aquella "niña", giró su cabeza y resistiendo el fuerte aroma, aceptó su mano.
Era un comienzo, ambas estaban mal, sin familia y rotas, ¿qué más perderían?.
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I know, no actualicé ayer, perdón por eso. Sin embargo ya tienen capítulo, espero les guste, sae y yeong ya empiezan a interactuar más ♡∇♡.
Por cierto en un párrafo puse ___ pero es que no tengo idea de cómo se llama esa cosa (* - -)
Tomen spoiler:
"la miró, respiró, y al ver su tranquilidad, decidió continuar, necesitaba ganar".
Listo tomen foto:
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Me volverás a ver si mueres.
FanfictionKang Sae-byeok, una introvertida sin ganas de seguir con vida pero con una razón para seguir peleando. Ji-yeong, una gran parlanchina sin sueños ni esperanza. Ambas solo intentan perseguir la gloria del dinero, sin importar las consecuencias de hace...