Capitulo 4. De rojo y azul

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Las luces rojas y azules atormentaban mis ojos, intentaba levantar mi cabeza pero me era inútil. Una voz tenue voz femenina se escuchaba frente a mi y podía percibir que conversaba con alguien más. Aun no estaba consiente de mi entorno, era una sensación extraña, como si mi cuerpo no reaccionara en un instante.

Pronto la voz se hacía más clara y a medida de que la escuchaba, abría mis ojos de poco en poco.

- ¿Señorita? ¿Señorita puede oírme?

- Hmmm... ¿Que?...

- ¿Señorita, esta conmigo? ¿Cuál es su nombre?

- ...Faith Soledo

Frente a mi, estaba esta chica con el cabello recogido en una perfecta y bien peinada coleta, con un suéter amarillo chillante y azul claro, grandes pantalones de los mismos colores y con unos guantes azules de látex quienes sostenían una especie de gasa que cubría mi antebrazo donde me habían hecho el corte, notando mi entorno, me encontraba aun en la orilla del asiento trasero de mi coche sentada. Cuando note mejor las prendas de la chica que me atendía note el logo estampado al costado de su suéter de un hospital, ahora era mas que claro que se trataba de una chica paramédico.

- Muy bien Faith ¿Qué edad tienes? -preguntaba la chica con paciencia mientras giraba a sus espaldas y manoteaba su mano libre al aire a uno de sus compañeros para que viniera-

- Tengo 25 años... -respondí aun débil-

- Perfecto Faith -me miro nuevamente con una sonrisa- Me llamo Olivia, te llevaremos ahora al hospital a suturar tu herida para que no se infecten ¿Muy bien?

A lado de Olivia, llegaba otro joven chico con las mismas prendas de paramédico que inmediatamente me ayudaba a levantarme con sumo cuidado y siendo de soporte para mi.

- Con cuidado Demian -pidió la chica mientras ayudaba aun sosteniendo mi brazo y haciendo presión con la gasa en sus manos-

- Cuéntame ¿Qué le ocurre? -pregunto el chico a su compañera mientras me llevaba a paso constante pero con cuidado-

- Perdió el conocimiento pero parece que fue por shock. Raspones en ambas palmas, requerirá desinfectarlas. Herida incisiva profunda por arma blanca, parece que no llego al hueso pero habrá que ver sus tendones.

- ¿Requiere suturas? -pregunto sin retraso-

- Es probable, es una herida bastante larga... Pero tendrá que evaluarla el medico. Parece que perdió algo de sangre, debemos hacer presión en la herida.

Un poco ajena a la platica, pude girar un poco mi cabeza en dirección a mi cafetería, había muchas cosas que no note hasta que pude ver en ese rumbo. Justo ahí, estaban dos patrullas de policía con sus luces encendidas que iluminaban todo al rededor, mas que las luces de los postes; y sobre el capó de uno de ellos, estaba boca abajo y siendo detenido por un oficial el hombre encapuchado que me había atacado, con el rostro hinchado apenas reconocible y forcejeando con el policía que ahora lo esposaba, dejando de lado su ahora horrible aspecto, parecía una persona violenta, con su cabello era corto y desaliñado y su ropa se veía bastante sucia, era realmente desagradable.

Y justo a escasos metros de este, sentado en la orilla de la banqueta frente al local cerrado de Allen, estaba... el misterioso hombre que me salvo, siendo atendido por otro paramédico y mirando a un policía quien lo interrogaba, se notaba muy tranquilo, como si nada hubiera pasado con él y ahora, gracias a las luces, podía ver mejor su rostro.

Su cabello era en efecto rubio, basto y un poco largo, era como ver un diminuto campo de trigo. De ojos azules como el mar y mirada profunda, nariz respingona y de unos labios finos. Llevaba una camisa blanca que ahora se veía vuelta en girones, rota y manchada entre tierra y sangre, pantalones de mezclilla y se veía totalmente empapado en sudor. Se encontraba sentado con sus brazos recargados sobre sus rodillas dobladas y podía notar sus nudillos rojos y abiertos, supongo efecto de los golpes que propicio al asesino, una mejilla lastimada y así también, a la par veía en su boca un gran hilo de sangre que recorría hasta llegar a su barbilla, parecía no importarle a pesar de que veía como a ratos el paramédico que lo atendía le pedía se limpiara con una gasa que le entregaba en sus manos.

Quería saber como estaba, quería saber si estaba bien, no podía dejarlo así de solo pensar que gracias a ese hombre, yo estaba aun con vida.

Inconsciente en todo sentido, quise desviar mis pasos a donde el, olvidando por completo que estaba siendo guiada por ambos paramédicos, tropezando con mis propios pasos y provocando alerta en ambos elementos de la ambulancia y soltando un "¡CUIDADO!" al unísono.

El hombre rubio giro su cabeza a mi dirección ante el llamado de cuidado y al lograr mirarme bien, vi como de inmediato se levanto del suelo y camino hacia mi dirección con previsión en su rostro.

El hombre rubio giro su cabeza a mi dirección ante el llamado de cuidado y al lograr mirarme bien, vi como de inmediato se levanto del suelo y camino hacia mi dirección con previsión en su rostro

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Los paramédicos por fin habían llegado a la ambulancia, me subieron con cuidado a una camilla y antes de que pudieran acomodarme bien, el chico llego.

- ¡¿Que paso?! ¡¿Sucede algo?! ¡¿Ella esta bien?! -cuestiono apurado aquel chico a los paramédicos mientras intentaba verme-

- Esta algo débil, necesitamos llevarla al hospital de inmediato -comento Olivia mientras me soltaba e intentaba apartar al rubio lejos de la puerta de la ambulancia-

- ¿Puedo ayudar en algo? ¡¿Que le paso en el brazo?!

- ¡Caballero! ¡Debe de calmarse! Necesita que le revisen sus heridas -volvió a responderle Olivia mientras que detrás de aquel chico, otro paramédico lo intentaba detener para que pudieran atenderlo-

Quería hablarle y decirle que estaría bien, ante mis ojos se notaba genuinamente preocupado, pero para mi desgracia y antes de que pudiera estirar mi mano izquierda con la esperanza de llamar la atención de él, la paramédico Olivia había cerrado las puertas de metal blanco y pude sentir como el vehículo avanzo sin contratiempos. Mi mano callo rendida en la camilla y simplemente desistí decepcionada, dejando caer mi cabeza hacia atrás en la pequeña almohadilla de la camilla, me sentía impotente en ese instante, pero tan desfallecida para siquiera reprenderme por no haber alcanzado a hablar.

El aroma a medicina y alcohol inundaban mi olfato y me hacían sentir autentico disgusto en todo el cuerpo, las cosas de metal moverse y chocar levemente y lo frio de la camilla eran de las cosas mas nuevas y horribles que podía experimentar en ese momento, nunca en lo que tengo de vida me había subido a una ambulancia ni mucho menos, supongo que había tenido mucha suerte para no lidiar con algo de gravedad... Al menos hasta ahora.

Como un ultimo esfuerzo, eche un vistazo al camillero a lado de conmigo, quien no dejaba de hacer presión en mi corte para cortar el flujo de sangre. Y mientras miraba poco a poco a mi brazo derecho vendado y con la enorme gasa de rojo carmín, empecé a pensar en todo lo que pude escuchar de aquellos dos paramédicos; ¿Herida profunda? ¿Suturas? ¿Tendones? Esto no sonaba nada bueno, si de verdad esta herida habría lastimado mis tendones entonces tendría que pasar por una recuperación lenta y dolorosa, una de la que probablemente ya no pudiera mover bien mi mano y dedos...

Y si fuera así ¿Qué seria de mi después? ¿De mi amada cafetería?...

...Sin mi mano funcional, ya no podría hacer todos los lates y macchiatos que tanto gustaba hacer...

...No podría hacer los capuchinos que tanto disfrutaba Allen.

No podría trabajar en un largo tiempo, perdería dinero...

En un tiempo mas ya no podría costear la renta y tendría que vender todo lo que en algún momento me dio un aire de fe...

Todo por lo que luche, escapando de entre mis dedos por un inadaptado desdichado y su tonta navaja, esto era realmente injusto.

En cierto momento antes de que el sopor me asechara, intente como un pequeño impulso, mover los dedos de mi mano con toda la fuerza que tuviera; lo intente por al menos dos veces, pero solo podía moverlos muy débilmente, esto solo me dio mas desesperanza que nada, temí otra vez y juro que desee que todo esto solo fuera una horrible pesadilla.

La Catábasis de Johnny || Johnny Lawrence  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora