She is my Girlfriend ©

Capítulo#13

Ana:

Agarro a Sheila del brazo que aún está media sedada, despertó en medio del vuelo, estuvo un rato viendo las nubes y haciendo fotos con su teléfono móvil. Tal vez nos besamos un poco, y luego vino la mejor parte (sarcasmo) donde tuve que sostener su cabello en el baño mientras devolvía el desayuno.

Sus náuseas por los viajes me sorprenden. Siempre se marea y no me mal interpreten, sostuviera su cabello todas las veces que fueran necesarias, pero a nadie le gusta realmente hacer eso, ni ver a la persona que quieres pasando por eso.

Caminamos por el pasillo donde podemos recoger nuestras maletas.

Sheila va observando todo con los ojos brillantes, nuestras manos siguen entrelazadas mientas caminamos fueras con nuestras maletas en la mano libre. Busco con la mirada a mi madre, o a papá o a la tía Lauren o a alguien de mi familia.

No logro ver a nadie, pero entonces una chica vestida un amarillo realmente feo viene corriendo hacia mi.

— ¡Hope! —Chillo soltando a Sheila justo al momento que está de guinda de mi cuello, a pesar de sólo tener 14 años es casi de la altura de Sheila.

— Te extrañaba mucho. —Solloza contra mi cuello y paso mis brazos a su alrededor abrazandola contra mi, a pesar de ser menor que yo siempre fue mi mejor amiga.

— También te extrañe mucho a ti.

Sonrió separándome mientras tengo mis manos en sus hombros, ella limpia sus lágrimas y su vista va detrás de mi.

— ¿Sheila? -Pregunta dando unos pasos hacia ella— Soy Hope.

Y sin darle tiempo a responder se lanzó a abrazarla, claramente la castaña se paralizó, pero luego envolvió sus brazos alrededor de mi prima.

Estoy por dar unos pasos hacia ellas pero observó a mi madre, sólo es necesario que abra sus brazos para que yo corra hacia ella.

Sheila:

Hope me abrazo como si me hubiera extrañado toda su vida, no se porque pero realmente se sintió bien que alguien te abrace así cuando sólo han hablado varias veces por teléfono.

Envolvi mis brazos alrededor de su cuerpo, no quiero parecer grosera pero su ropa realmente tiene un color feo, aunque se nota que lleva más de un abrigo, parece que realmente hay frío allí afuera.

— Hola. —Sonrió cuando nos separamos— Soy Sheila aunque ya conoces mi nombre.

— Eres incluso más bonita en persona.

Dice dejándome desconcertada lo que provoca que mis mejillas se vuelvan rojas.

— Gracias, tu igual eres muy guapa. —Murmuro jugando con mis manos.

Ella suelta una risita y agarra la maleta que Ana dejó tirada y agarra mi muñeca arrastrándome hacia lo que supongo que son los padres y la tía de Ana.

Ana tiene la nariz roja y sus ojos cristalizados, me alegro de haber venido con ella, sólo llevo 5minutos con su familia y se nota el amor en el aire.

— Hola cariño, ¿como fue su viaje?

Me pregunta la madre de Ana y por un momento pienso que no me está hablando a mi, mis ojos chocan con los suyos, son de un azul claro pese a que su cabello es tan negro como el de Ana. Sonrió sin darme cuenta, creo que me pondré a llorar si me siguen incluyendo y dándome cariño sin apenas conocerme.

— Muy bien, aunque tuve algunas náuseas, los viajes no son mi fuerte.

— Espero que estés mejor pronto.

Dio unos pasos hacia mi, dudosa, iba a besar mi mejilla pero me adelanté y envolvi mis brazos a su alrededor. Al instante me abrazo fuerte, pude aspirar el olor dulce de su perfume.

Un hombre se acercó a nosotras y dio dos palmaditas en mi cabello.

— Hola a ti, soy Francis, el padre de la niña tonta que se fue al otro lado del país, pero puedo ver que está en buenas manos.

No supe bien que responder en lo que me separaba, sonreí sonrojada y la madre de Hope, Lauren, también me abrazo.

Observe como Ana se colocaba su bufanda nuevamente, y Hope se ponía sobre su ropa un abrigo de pelitos color blanco, ahora que me fijo bien sus padres también estaban abrigados.

Espero no morir de hipotermia con mi sudadera.

Ana:

Es tan hermoso ver a Sheila sonrojada y cómoda con mi familia. Hope fue más cariñosa y abierta porque han charlado antes, pero una vez que mi madre y mi tía agarren confianza probablemente no le dejen ni respirar.

Mi padre es más reservado, pero aún así pasa su brazo sobre mi hombro mientras caminamos fuera del aeropuerto.

Recuerdo la maleta que deje abandonada y giro mi cabeza como el exorcista, pero veo a Hope tirando de ella como si fuera lo más divertido del mundo y me tranquilizo.