She is my Girlfriend ©

Capítulo#15

Ana:

— ¡Te voy a matar Hope Adams!!

Grito con lágrimas en los ojos parada sobre el sofá, Sheila literalemente está sobre la mesa de la cocina mientras Hope intenta estirar su delgado brazo para agarrar a su animalito.

Explico lo que pasó en la última media hora.

Entramos a la casa, le mostré todo a Sheila y dejamos las maletas en mi habitación, mi tía y mamá estaban en la cocina preparando el almuerzo, cuando ocurrió la tragedia.

— ¿Te gusta Sheila verdad?

Hope se dejó caer entre la mencionada y yo en el sofa, el teléfono de Sheila casi cae al suelo mientras le escribía a Rosa que habíamos llegado bien.

— ¿Que estas diciendo?

— Te gusta Sheila.

No sono está vez como una pregunta, más bien era una afirmación, mis mejillas se volvieron rosadas y Sheila podría ser un tomate, Hope sólo lucia divertida.

— Empecé a sospecharlo hace semanas, pero ahora que las veo juntas y tan tranquilas con el contacto físico y las miradas que se dan es obvio que se gustan entre ustedes, tranquila no le diré nada a la tía Julia.

— Quiero decirle yo.

Dije tormente porque estaba un poco en shock, pero cuando iba a decir algo coherente una maldita rata gigante subió a mi muslo con una corona en su cabeza.

— ¡Príncipe! Te presento a mi prima y a Sheila.

Hope iba a agarrar al bicho pero ya no estaba de pie y este cayó al sofá, parece que se asustó y corrió debajo de la mesa de la cocina.

Entonces volvemos al presente, donde las gruesas lágrimas bajan por mis cachetes.

— Atrapa esa cosa Hope, o no vivirás para terminar la secundaria.

— !Es un cuy no una rata! No hace nada.

— !Quiso atacarme, Sheila ti viste como me miraba! —Lloro aún más, me dan mucho miedo esos animales.

— Es como la cucaracha. —Murmura ella levantándose con el animalito en su mano.

— Iré a buscar la jaula.

— !Te odio Hope!

Pero ya estaba subiendo las escaleras por lo que supongo que no me escucho.

Sheila:

—  El odio es un sentimiento muy fuerte Ana, sólo estas molesta, no odias a Hope. —Lauren acaricio al cuy en mis manos y me miro con una sonrisa.

— Tiene su cosa suelta en la casa.

— Tu no estabas aquí y ella no sabía que te asustaban las ratas, aunque no es una rata.

— Bueno.

Refunfuñando bajo del sofá, a la vez que Hope descendía por las escaleras con una jaula de colores llena de tubos y juguetes.

— Puedes ponerlo aquí, y lo llevaré a mi habitación. — Se veía un poco desanimada— Así no molestará más.

— Lo siento Hope.

Ambas miramos a Ana.

— No tenía que decirte esas cosas feas cuando tu no sabías que me iba a asustar.

Hope dejó la jaula en el suelo y fue corriendo a abrazar a Ana, ella correspondió al instante.

La casa de Ana es muy espaciosa y acogedora. Tiene 4 habitaciones en la planta alta, con baños independientes o al menos eso dijo Ana ya que sólo entre a la suya.

Estaba decorada con pósters y fotografías, también había muchos libros y peluches.

— ¿Quieres ir a ver la casa de Príncipe?

— Vamos.

— Yo me quedaré poniéndome al día con mamá.

Puse mi mano en su hombro y le Di una sonrisa.

— Gracias por traerme.

— No es nada tonta.

Hizo el gesto que hace siempre cuando va a besarme pero no lo hace, y entiendo, le doy una sonrisa y subo escaleras arriba con Hope, nos dirigimos a su habitación.

La puerta está decorada con flores y patitas de gatos, parece que heredó el amor por los animales que tiene su madre.

— ¿También quieres ser veterinaria ?

— Si— Abre la puerta—Tu primero, desde pequeña me han encantado los animales, y mamá siempre me llevaba a la clínica donde trabaja en vacaciones.

Su habitación era magnífica de ver, en una esquina tenía una reja con una manta donde dejó al cuy y abro la puertecita de la jaula que bajo a la sala, tiene comida y varios objetos para subir.

Un escritorio, un armario abierto y al lado lo que supongo que es la puerta para su baño, tiene un estante con libros de animales. Muchos peluches descansan sobre su cama.

Pero mis ojos van a su armario, hay ropa de todos colores, y de todos los estilos.

- Tienes gustos muy variados. -Menciono antes de procesarlo bien y ella ríe, yo m sonrojo.

— Si, me encanta probar nuevos estilos y colores, es aburrido vestir siempre igual. Pero cambiando de tema, ¿en verdad de gusta Ana?

Parece realmente curiosa, me mira espectante.

— Sip —Juego con mis manos— Me gusta mucho Ana, ¿es un problema ? —Aunque me siento más segura de mi misma hace unos años, sigo teniendo miedo a que me rechacen.

— No no, al menos yo creo que no. — Se encogió de hombros— Pero si le haces daño si abran problemas.

Sus cejas casi se juntan mientas me observa.

— No le haré daño a tu prima.

— Eso espero —Hizo un trompita con sus labios y luego relajo su expresión— Ana se ve realmente feliz, siempre nos cayó mal aquí en casa su tonto ex-novio, no la merecía.

— Algo de eso escuche por ahí. —Recuerdo la conversación que tuve con Ana cuando comenzamos a vivir juntas.

— Me alegro que hayas venido en las vacaciones, eres una buena chica, y estoy feliz de ser tu amiga. Mañana podemos ir de compras o a conocer la ciudad, también podemos jugar con la nieve!

Y así sin darme cuenta termine riendo junto a ella mientras hablamos de cosas que nos habían ocurrido, lo que queríamos hacer en el futuro. Sólo con conocer a Ana conseguí una amiga, y conocí a una familia genial que me acepto sólo porque su hija lo hizo.

Mi abuela tenía razón, sólo debía ser yo misma para lograr grandes cosas.