Capítulo 11 "Rumores"

270 36 36
                                    


Apenas Katsuki tomó el primer taxi que apareció, le pasó la dirección que había anotado de Ashido. Reconoció la casa desde lejos por el ruido característico de una fiesta. Le pasó un billete al taxista y cuando estaba por bajarse los vio. Desde un balcón con los cuerpos tan juntos, a punto de besarse. No había más por hacer.

-Regrese- cerró la puerta del auto.

-Pero...

-¡Dije vámonos!- ordenó.

Y así el auto avanzo de nuevo con un pasajero frustrado. No podía sacarse de la cabeza la idea de Uraraka con ese idiota, Katsuki siempre supo que ella merecía a alguien mejor, pero Monoma no era ese alguien. Tal vez era momento de dejarla tranquila como ojos de mapache le había advertido, quizá Uraraka era realmente feliz con ese bastardo... Quizás Monoma la haría feliz, lo que él no pudo hacer. ¡Carajo, por supuesto que no!

-¡De la vuelta!- se precipitó hacia el conductor, provocándole un susto.

-¡Qué demonios?-retomó el control

-¡Dije que diera la maldita vuelta!

Nadie haría más feliz a Uraraka que él, Bakugou se lo repetía a cada segundo.

-¿Por donde era?- el distraido taxista se metió por una calle equivocada.

-¡Demonios, detenga el auto!- su paciencia se agotó. Salió cerrando la puerta con descuido- ¡Regrese por la siguiente calle!

Escuchó al conductor quejarse cuando trataba de dar la vuelta en un callejón. Él corrió hacia la casa, girando por una esquina, agitado se detuvo cuando vio a una chica salir tambaleándose.

-¡Uraraka!

No hizo caso pero sabia que era ella, la reconocería donde fuera.

-¡Uraraka!- terminó por acortar la distancia entre los dos, revisando que no estuviera lastimada-¡Estas bien?¿QUIÉN MIER...?

-¡BAKUGOU!

La chica se aferró a él con fuerza, no paraba de llorar ni de temblar. Lo único que pudo hacer fue abrazarla con igual fuerza, para protegerla y para no matar al primer cabrón que se encontrara en la fiesta.



Bakugou bajó a Uraraka del taxi en brazos, apoyándola en el umbral solo un momento para abrir la puerta de la entrada. La cargó sin dificultad llevándola hasta su alcoba, la recostó con sumo cuidado en la cama quitándole los tenis con precaución para no despertarla. Estaba a punto de cubrirla con una frazada cuando ella se acomodó de costado provocando que se le subiera el vestido.

-¿Uh?- rozó las marcas rojas sobre la pierna de las castaña- ¿Qué fue lo que te sucedió?

-Katsu...- la chica lo llamó entre sueños, pero no dio más señales de estar despierta.

Él se sentó a la orilla de la cama, llevándose las manos a la cara. Estaba tan enojado consigo mismo por haberle fallado, sentía una impotencia aplastante pensando en lo que le pudo haber pasado y todo a causa de su arrogancia.

Se volvió hacia ella, acariciando su cabello castaño y besándola con delicadeza en la frente. Después de esa noche ya no podía ser el mismo chico cerrado y grotesco con Uraraka, porque por primera vez, sintió miedo de perderla para siempre.

*****************************

El olor a tocino y huevos acompañados de una taza de chocolate la despertó. Su madre colocaba la charola con el almuerzo sobre la cómoda cerca de la cama.

La razón vs el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora