Capítulo 8 "Una trampa de Amor"

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La hora del receso había llegado. Uraraka y sus amigas optaron por almorzar en el aula debido a que había un poco más de privacidad.

-Entonces le dije " ya que te gusta entrenar, podríamos ir juntos al gimnasio que esta de apertura en la plaza". Fue una propuesta que no pudo rechazar- relataba con satisfacción la pelirrosa.

-Estoy feliz por ti, Mina.-dijo Ochaco ahora con una sonrisa.

-Aunque no sé si llamaría cita a una reunión de entrenamiento-comentó dudosa Tsuyu, mordiendo sus palillos.

-Pues verán; Kirishima termina hambriento con cada rutina, y ya que estamos de paso podríamos aprovechar para comer dango en algún lugar- contestó victoriosa- No hay manera de que falle mi trampa amorosa.

-No sabia que fueras tan metódica, Mina-chan- la pelinegra se veía un poco sorprendida.

El buen humor de las chicas se esfumó cuando un golpe seco aterrizo sobre la mesa.

-Uraraka- entonó con molestia Bakugou- Afuera.

No espero respuesta, salió con el ceño fruncido. Algo no iba bien.

-"Uraraka. Afuera" - imitó la pelirrosa con en tono un tanto estúpido- Vaya neandertal.

-Ochaco...- llamó Tsuyu cuando la vio ponerse en pie.

-Continúen sin mí, no tardo- se disculpo con una sonrisa.

Bakugou aguardaba fuera del salón. Lo siguió por toda la escuela. Era inusual en él que quisiera dar paseos cuando quería evitar que sus compañeros los vieran juntos. Llegaron por fin a un pasillo que conducía a unas escaleras que daban a la terraza del instituto.

-Wooo, no sabía que estaba permitido venir aquí- Ochaco recorría con la vista el lugar.

-No lo está- contestó cortante.

Ochaco primero se paseo por la azotea, hasta que reparó en que no había estado a solas con Katsuki en el colegio desde hacia rato. Además de que ahora la situación era diferente. Se sintió un poco nerviosa pero también excitada. Los colores se le vinieron encima tan solo de pensar en ello.

Uraraka caminó hacia él, coqueta lo sujeto del saco, aproximando sus labios a los de el rubio.

-¿Qué crees que estas haciendo?- Katsuki le quitó sus manos de encima. Su rostro no mostraba emoción.

-¿Eh...? Es que yo pensé que...-empezaba a inquietarse.

-¿...Que te traería hasta aquí para jugar a los noviecitos? No seas tan ingenua.- le pasó por un lado.

Ochaco se llevó las manos sudorosas a la corbata para hacerla girones.

-Tienes razón- le sonrío rascándose la cabeza- Soy una tonta, lo siento.

Bakugou no la miraba a la cara. El viento agitaba su alborotada cabellera así como la falda de las castaña. Era la primera vez que Ochaco se sentía tan distanciada de él, como si hubiera un abismo entre ellos el cual Katsuki no le dejaba atravesar. Se acercó con lentitud, estirando una mano para tomarlo del saco por detrás.

-Me mentiste cuando pregunté si había algo entre tú y Monoma.- acusó con firmeza sin voltear.

-¿Qué?- Ochaco se detuvo pasmada.

-¡Todos en la maldita escuela están hablando sobre ustedes dos!-fue hasta ese momento que se giró y rompió con la seriedad que había mantenido todo ese tiempo- ¡Has estado paseándote por ahí con él, en el metro y ahora también en el colegio!

La razón vs el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora