Stay with you | FLUFFTOBER 2021

✉ 06 ✉

Hoseok estaba enamorado.

O bueno, eso es lo que creía porque en su pupitre siempre encontraba una carta junto con algún tipo de regalo, principalmente se encontraba con su jugo de fresa favorito.

No era un secreto para los estudiantes de esa escuela que el joven Jung era alguien muy popular entre todos, chicas y chicos, todo por su animo siempre arriba, siempre tan risueño y divertido con cualquier persona que se le parara enfrente. 

Por obvias razones es que en más de una ocasión llegó a recibir flores, dulces, carteles y entre otras cosas, todo como una manera de confesar sus sentimientos por el pelirosa, quien se sentía demasiado alagado por las atenciones pero de una manera delicada los rechazaba a todos. Apreciaba todos pero con ninguno de ellos había sentido aquella conexión que él buscaba para ser su pareja; lo más cercano que había sentido a eso era por su viejo amigo Yoongi -lo cual era un secreto para todos- pero él se fue a Estados Unidos para estudiar música a un nivel más avanzado.

Pero todo cambió cuando de manera anónima comenzaron a aparecer lindos poemas de amor, resaltando todas sus cualidades y hasta algunos defectos, aquello hacía que poco a poco el corazón de Hoseok se comenzara a acelerar cada día que llegaba a la escuela, ya que, la literatura y entre ello los poemas era algo que le fascinaba pero no muchos lo sabían, aunque siempre hay un famoso "pero"; el de esta ocasión era que por más temprano que intentara llegar al instituto no lograba hallar a la persona responsable de esos bellos detalles y se estaba comenzando a frustrar un poco.

— Hoseok, vamos a comeeeer — le jalaba su mejor amigo, Seokjin — has estado mucho tiempo viendo a la nada, puedes hacer eso en la cafetería — se quejaba un poco, haciendo pucheros.

— Ve tú primero, sé que tienes que mostrar tu belleza a todo el mundo primero — habló en broma pero sabía que el pelinegro en realidad lo haría, como todos los días, semanas, meses e incluso años...desde que lo conoce es así.

— Ohhhhh, casi olvidaba eso — la típica risa del mayor comenzó a sonar en el aula — me adelanto, no tardes mucho.

El pelirosa estaba muy atascado con sus propios sentimientos que se recostó en su pupitre pensando en quien es que podría ser la o el misterioso escritor, llegó a pensar en que le querían hacer una broma pero eso sería demasiado cruel, ¿No? Aparte, no creía que nadie se tomara el tiempo suficiente para hacer dicha acción.

Con un suspiro, se levantó de su asiento y se fue por comida para alimentar a su pobre estomago, ese día no tenía los ánimos suficientes, ya habían pasado casi 6 meses de los pequeños regalos junto con los poemas, estaba comenzando a perder la fé. Cuando regresó al aula para su próxima clase, se encontró un sobre rosa pastel junto a una barrita de chocolate, le sorprendió bastante, ya que, normalmente eran por las mañanas y ese día ya había recibido uno, lo único diferente era que el sobre combinaba con su color de cabello y el chocolate.

Se dispuso a abrir el sobre y cuando terminó de leer sus ojos se abrieron como platos que también dio un brinco y grito de emoción, una muy bonita sonrisa adornó su rostro, sin importarle haber asustado a sus compañeros; la carta decía lo siguiente:

"Durante mucho tiempo he estado lejos de tu alcance, pero he visto como te ha afectado el hecho de no saber quien soy. Espero mucho no decepcionarte, vivo con ese miedo...Así que, precioso solecito que ilumina mis días, te veo después de clases en el salón de música, espero poder decirte finalmente frente a ti lo mucho que te amo."

Hoseok solo quería llorar, estaba muy feliz, por fin conocería a esa persona, por fin podría saber quien era y...joder, realmente no le importaba si era hombre o mujer, él se había enamorado de la bonita forma de ser de aquel escritor tras el papel.

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Ya eran cerca de las 4pm, sus amigos se habían ido a casa y él se dirigía al salón de música, pero antes de llegar siquiera a la puerta, estaba escuchando el piano sonar con una muy bonita canción, que se podía sentir las emociones del interprete.

Cuando abrió, la canción se detuvo y a lo lejos, pudo notar que era un chico, un chico pelicenizo y al parecer muy alto, tragó saliva y se acercó lentamente.

— H-hola...¿Eres quién escribe los poemas cada mañana? — su voz titubeó un poco, estaba muy nervioso.

— Así es, soy yo — el joven se levantó de su asiento pero aún no se daba la vuelta — primero, quiero pedirte disculpas por haber tardado mucho en presentarme ante ti, estaba muy nervioso por pensar en tu reacción al verme...eres tan popular y yo solo ando detrás de todos siempre, no soy tan agraciado como Kim Seokjin.

— Oh... — Hoseok estaba sorprendido pero a la vez un poco enternecido — no hay problema, si te soy sincero, pensé que nunca podría conocerte o que era una broma de mal gusto. Realmente me alegro de que estés aquí, pero...¿Puedo saber tu nombre? ¿Ver tu rostro? 

El chico se dio la vuelta y el pelirosa quedó embobado por lo guapo que era y lo varonil de sus facciones.

— Mi nombre es Kim Namjoon y pues...este soy yo — dijo el moreno con una suave sonrisa en su rostro — estoy en el mismo grado que tú, solo que en otro grupo.

Lo único que Hoseok pudo hacer es ir a abrazarlo fuertemente, jamás lo dejaría ir.

— Un gusto, Namjoon — dijo con una gran sonrisa en su rostro y levantó un poco su rostro, porque el mencionado era más alto — soy Jung Hoseok, pero ya debes saberlo — rió — y desde ahora, no te soltaré nunca, eres muy apuesto aunque no lo creas y respondiendo un poco a tu última carta...yo también te amo.

— Pero no lo he dicho aún — se quejó el peliceniza pero después rió también — te amo, Hoseok.

De esta manera, es como una de las parejas menos inesperadas pero más hermosa se dio a conocer por todo el instituto, algunos fascinados y otros celosos de tan bella relación de ambos chicos, porque a pesar de todo, los poemas en el pupitre de Hoseok siguieron apareciendo junto a un jugo de fresa, solo que esta vez, si estaban firmadas.