La ventana de tu apartamento hizo un sonido de clic cuando Chat abrió fácilmente la cerradura con sus garras mientras aún lo sostenía detrás de su espalda.
-¿No te dije que cambiaras esta cerradura, chérie? -Chat suspiró mientras te llevaba adentro.
Resoplaste, apretando tus brazos alrededor de su cuello momentáneamente mientras él se movía.
-El apartamento no es realmente mío, no puedo hacer cambios como ese.
Le había tomado unos minutos más llegar a su piso, ya que Chat había decidido tomar un camino más largo. Cuando le preguntaste al respecto, dijo que solo se estaba asegurando de que nadie los siguiera a los dos. Con el corazón en la garganta, habias decidido estar callada por el resto del viaje.
Te sentiste aliviada de estar finalmente en tu casa, donde el viento frío ya no podía cortar profundamente tus huesos.
Chat se detuvo en medio de la sala de estar y pones con cuidado uno de tus pies en el suelo, tratando de equilibrarte. Pero tus músculos parecían haberse congelado durante el viaje a tu piso y te aferraste a Chat cuando tus pies cedieron.
-Whoa. -Chat agarró tu muslo, levantándote antes de que colapsaras. -¿Estás bien, princesa?
Él te miró con cara de preocupación, pero en lo único que podías concentrarte eran en sus garras perforando tu piel. Las hendiduras en la carne eran profundas, casi como si pudieran rasgar la tela de tu ropa.
Antes de que tu cara se calentara, asentiste con la cabeza y procediste a intentar levantarte de nuevo.
-Estoy bien. -Seguiste repitiéndote eso hasta que estuviste de pie y a una distancia segura de Chat. Temblaste por la pérdida de contacto. El chico gato era muy cálido y todo lo que querías era estar cerca de él. -Entonces, gracias por traerme a casa, pero... -Resististe la tentación de acercarte a su calor acogedor y en su lugar te lamiste los labios secos. -¿Qué hacías solo en las calles en una fría noche de Navidad?
-Bueno, yo... -Chat hizo una mueca y tu arqueaste una ceja hacia él. Un momento después estornudó. Ese fue... el estornudo de gato más lindo que jamás hayas escuchado.
-Está bien, nos prepararé algo caliente antes de que te resfríes. -Sonreiste mientras te dirigías a la cocina. Al encender la luz, viste varios paquetes en el mostrador. -¿Tienes alguna preferencia?
Chat negó con la cabeza con una sonrisa.
-Estoy seguro de que cualquier cosa que elijas será genial, ma belle.
Frunciste los labios ante su vaga respuesta, rasgaste un paquete de té y lo pusiste dentro de una taza. Chat parecía estar distraído por algo y te preguntabas cuál era el motivo.
Pusiste agua a hervir en una calentadera eléctrica y esperaste. Hubo un cómodo silencio entre Chat y tu. Parecía estar sumido en sus pensamientos, mirando por la ventana, y no te atreviste a interrumpirlo, decidiendo lavar algunos platos sucios que habías dejado en el fregadero.
Era extraño creer que hace unos minutos acababas de llegar a un acuerdo sobre algún tipo de relación, pero gracias a ese extraño ruido el momento sentimental terminó demasiado pronto. Dejas que el agua tibia del grifo corra sobre un vaso, recordando a Chat pidiéndote que no tengas otra musa. Hizo que tu estómago se agitara. Marinette te había dicho que hablaras con el chico gato, pero ¿qué podrías decir? ¿Que lo extrañaste? Que solo querías agarrarlo y besarlo...
-¿Qué estás pensando? -La voz de Chat estaba muy cerca de tu oído derecho y jadeaste, casi soltando el vaso en tus manos. Te volteaste y miraste al chico gato. Levantó las manos, una pequeña sonrisa de culpa en sus labios. -Desolé, chérie , pero parecías preocupada por algo. -Hizo un gesto con la cabeza hacia la calentadera. -Y el agua ya está hirviendo.
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𝕮𝖍𝖆𝖙 𝕹𝖔𝖎𝖗 𝖃 𝕽𝖊𝖆𝖉𝖊𝖗: 𝕿𝖍𝖊 𝕸𝖚𝖘𝖊 +18 *ESPAÑOL*
FanfictionComo estudiante de intercambio de arte en parís, esperabas que las cosas fueran diferentes a las que estabas acostumbrada. Lo que no esperabas era un chico gato coqueto fuera tu fuente de inspiración, así como de constante vergüenza. 🐱Esta historia...