Malcom logro alcanzar a Reese, lo tomó de la mano para que esté parara de alejarse, había corrido tanto que le tomo unos momentos empezar a hablar por la falta de aire.
— Por favor Reese...en verdad lo siento pero no hagas esto, no actúes así conmigo — aunque el sentía que llorar no era algo que hiciera a menudo, sentía ganas de hacerlo en ese momento, esas ganas aumentaron cuando su hermano mayor lo miro con tristeza.
En su vida lo había visto de esa manera, se sentía fatal, se arrepentía por completo del rechazo pero no podía volver a lo de antes, por eso mismo lo rechazó, el ya tenía una novia, una vida, una que tenía que cambiar para mucho si intentaba estar con su hermano.
— Al menos dime algo, odio este silencio
— Déjame tranquilo
— ¿Qué?
— Déjame en paz Malcom, no quiero saber nada de ti ahora
— Por favor, ¡enserio estás haciendo todo esto porque te rechace!
— Suéltame
— Reese...
— ¡Que me sueltes! — después de esos gritos, el menor por fin empezó a soltar su mano, quizás era muy pronto para hablar pero sentía que estaba perdiendo a su hermano, como si tuviera lo más valioso del mundo en sus manos y el solo lo soltará, odiaba esa sensación.
En su mente paso una idea muy impulsiva, ni el creería que haría algo así pero tanto era el sentimiento de perdida que se decidió por hacerlo.
Volteó a todos lados, la calle estaba bastante vacía ya que la mayoría de personas estaba con sus hijos llevándolos a la escuela.
Entonces corrió a Reese, parándose enfrente de el y tomando su cara entre sus manos para besarlo, beso que apenas duro unos segundos, el mayor abrió los ojos bastante sorprendido, apenas iba a formular unas palabras cuando Malcom salió corriendo.
¿Que había pasado? ¿Tenía una oportunidad? ¿Debía ilusionarse?
Agitó la cabeza de un lado a otro, debía sacarse esos pensamientos de su cabeza, no era no y le había quedado bastante claro.
